viernes, 30 de abril de 2010

Para un papelito...

Texto de DANIELOV (sí, D-A-N-I-E-L-O-V, ¡por favor! ¡No me hagan golpearlos con su analfabetismo en la cara!)

Muchos de ustedes seguramente conocerán a más de una persona que o vive en unión libre o apoya abiertamente la unión consensual; el también denominado "amasiato".

"Es que el amor no lo estipula un papel", dirá más de uno. "Es que el matrimonio es una institución arcaica que solamente sostiene la opresión masculina y (inserte aquí cualquier patraña feminazi/ antimachista)", puede que espeten otros(as) tantos(as). "No es más que darle pa' tragar a los del gobierno", tal vez agregará un grupo más. "Eso es apegarse a una actitud moralina que ya no va con los prácticos tiempos en que vivimos", cita otra postura.

Y por otra parte, nos encontramos con las agrupaciones gays que hasta hace poco pegaban de gritos y sombrerazos porque se les reconociera su derecho de casarse entre sí, así como de poder adoptar hijos, como cualquier hijo de vecino (con su respectiva mujern hasta entonces, claro está).

"Bssss (zumbido de jotito aleteando)... es que como parejas que somos, necesitamos protección legal por el patrimonio común que podamos formar", dicen algunos floripondios. Otros claman: "Ptssss (chispeo de jotito efervescente)... si los bugas pueden casarse, no sé por qué nos quieren hacer menos en nuestro deseo de hacer lo mismo. Los derechos civiles deben ser equitativos no importando nuestras preferencias, aaAaaAsh". "La legalización de nuestro amorsss no debería tener trabas jurídicas; seguimos siendo seres humanos con derecho a amarrsss y ser amados", alegarían otros, aparte. Y puede que digan otras cosas, pero de esas ya ni me acuerdo.

A menos de tres meses de casarme, me son interesantes ambas posturas.

Es cierto que el amor no lo dictamina un papel. Y es cierto que, como otros tantos aseveran, muchas parejas en unión libre resultan más duraderas que bastantes matrimonios hoy día. 'Ora sí que caa'quén ("cada quien", por si no queda bastante claro).

Pero, ¿cómo puede ser que parejas heterosexuales busquen evadir las responsabilidades conyugales -y también derechos, cómo no- como si de la peste se tratase, mientras la comunidad gay busca entrar en tropel en los cercos de esta institución? ¿No les parece curioso?

Ahora bien (y lo digo como mi muuuuy particular punto de vista, no como dogma de fe ni nada por el estilo), yo no veo prueba de amor más grande por la pareja propia que establecer una protección legal como lo es la institución del matrimonio. Protección para ella y la futura descendencia que pudiere resultar. Vamos, darle una certidumbre a la otra persona de lo que le espera una vez que ya no estés con ella.

Porque, siendo claros, ¿qué bienes que se hayan obtenido mutuamente pueden ser reclamados a la muerte de un componente de la pareja, si no hay documento que ampare tal unión? ¿Cómo solicitar apoyos o pensiones si no hay forma de compromar que efectivamente la pareja compartió una vida juntos (por más larga o fructífera que fuera "a pesar de no firmar un papel")?

Es en puntos como éste dónde sí apoyo a los jotitos activistas, cómo diantres no.

Así pues, tal como lo veo, aunque puede que halla amor en una unión no formalizada bajo parámetros legales, veo más como un acto de altruismo hacia la pareja el darle una seguridad y estabilidad ante las instituciones; seguridad que de otra forma no se obtendía. Y siendo sinceros, la actitud de "los papeles no me importan" sí hace gala de amor... de amor hacia uno mismo. No más. "¿Que me morí y ni cómo pudo reclamar nuestros bienes? ¡Que le batalle, pos qué!" Wow, cuánto cariño. Pffft.

Si usted considera que esta entrada tuvo un dejo un tanto pragmático y "materialista" (sí, entrecomillado, porque el materialismo per se, es una doctrina filosófica que apela a la superioridad del mundo material sobre el de las ideas, no al anhelo por posesiones), es por cuestiones de contexto social. Si en nuestro posmoderno mundo la gente ya no es movida por ideales, ética y/o moral, pues que de menos las cosas les calen donde sí les pueda: en el bolsillo y en sus bienes.

He dicho. Hasta la próxima.

NOTA: No tengo nada contra los gays por sí mismos, como podría pensarse por mi choteo inmisericorde. Mientras no me quieran hacer cosas raras, que hagan entre ellos lo que quieran. Díjeles.

martes, 27 de abril de 2010

El fuego en los besos de "el otro"

¡Lo que me faltaba! Ahora resulta que sufro un incendio en mi rostro, un rostro que antes era bello y atractivo, con sus acojinados cachetes, su barba de chino (es decir, "chi, no; chi, no"), su bigotito de Cantinflas, su naricita que sí resulta extraña a la vista, unos ojazos azules que prefiero ocultar bajo unas gafas de color oscuro para no alborotar a las féminas, y, sobre todo, mi invitante y provocativa boca.

Pero, precisamente, ahí es donde recide el problema: Resulta ser, mis devaluados lectores (¿Devaluados por qué? Bueno, no sé, se me ocurrió... no se esponjen) que el domingo por la mañana al salir el sol, yo me disponía a levantarme y arreglarme de la mejor manera para desempeñar mis múltiples actividades de fin de semana. Pero, al despojarme de las ropas de la cama y ponerme en pie, noté una molesta y dolorosa comezón en la parte derecha de mi labio inferior. Yo, como reacción instintiva e instantánea procedí a rascarme enérgicamente en la zona afectada, sin siquiera pensar a qué se podía deber. En fin, transcurrió el día sin novedad ni dificultad, hasta que, por la noche, seguía sufriendo del molesto intruso en mi carnoso labio. Por tanto, no tuve más opción que acudir a alguien más para que me explicara el por qué de mi problema, y, para mi más absoluta sorpresa, mis papás, mi hermana, y un amigo de la familia concordaron en que era “un fuego”. ¡Un maldito y asqueroso fuego! ¿Podéis creerlo?

Y es que mi molestia radica en que jamás me habían salido esas cosas en mi delicada y jugosa trompita. Pero claro, al indagar el por qué de la aparición de semejante protuberancia en la mencionada ubicación, llegamos a la conclusión de que sería calor subido, por el hecho de haber pisado al día anterior el suelo frío de mi habitación sin siquiera unos calcetines que resguardaran mis pezuñas del brusco cambio de temperatura.

Pero ahí no quedó la cosa. Los que saben de eso me dijeron que tuviera cuidado, que podía echarme limón, ponerme un hielo, y así por el estilo diversos remedios para esta afección. Pero sobre todo, me recalcaron qque no debía, bajo ninguna circunstancia, chuparme los labios por temor de que se propagaran.

Pues bien, obviamente yo seguí sus instrucciones al pie de la letra, y llevé a cabo todo lo necesario para no sufrir mayores complicaciones. Sin embargo, hoy amanezco, ¡y resulta que ya tengo otros dos malditos fuegos en pleno desarrollo! Uno en la parte derecha de mi labio superior, y otro en donde se juntan los dos labios por la parte izquierda de mi cavidad oral. A pesar de todas mis medidas tomadas, no sirvió de nada. ¡Incluso me unté Nixon para erradicarlos! (Si es para los fuegos, ¿no?)

Pero, a todo esto, ¿por qué rayos estoy publicando esta clase de asquerosidades? Ah sí, para que me aconsejen. Tengo la esperanza de que algunos de ustedes hayan pasado por esta experiencia y sepan como proceder para finiquitar este problema. O, de plano ¿iré al IMSS? Debe haber fuególogos ¿no?
Bueno, suceda lo que suceda, este galanazo no podrá besar apasionadamente a ninguna mujer por los próximos días hasta su franca recuperación.

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En fin, pasando a otros temas, ¿les ha tocado alguna vez ser “el otro”, el tercero, el amante, el furtivo visitante?

Bueno, a mí nunca me había sucedido, pero ya ocurrió hace ya algún tiempo, y debo decir que, aunque no apoyo dicho comportamiento de la fémina en cuestión, no es del todo desagradable. Y aunque yo no alimentaba ni las esperanzas, ni los deseos, ni los bajos instintos de la susodicha, ella era la que se sentía irremediablemente atraída hacia mí (Y no la culpo. Cof cof… es mi porte de hombre de verdad).

Pero, ¿por qué digo que no es desagradable? Bueno, es que tiene sus ventajas: no tienes que mantenerla; porque la ropa, los zapatos, los accesorios y el perfume que use para las citas contigo, no se los habrás comprado tú sino “el legítimo” (así me referiré a su novio oficial).

Además, tienes la oportunidad de verla únicamente cuando tengas ganas de tener directa relación con una mujer, y no es como tu novia, que tienes que estar para ella las 24 horas del día los 365 días del año (y si el año es bisnieto ¡ya te fregastesSsSs…! Sí se dice "bisnieto", ¿no?).

Además, por lo regular las mujeres que recurren a “el otro”, es porque tienen déficit de cariño y atención por parte del “legítimo”, y por lo tanto, cuando esté contigo, estará ansiosa de cariño y afecto.

Esas son solo algunas de las ventajas que se pueden mencionar, pero, aclaro: Bajo ningún concepto estoy de acuerdo –como dije antes—con este comportamiento. Y sí, este post sonó sumamente ególatra, egoísta, egotista, narcisista y –como dijo Federica Dávalos de Peluche— egópodo.

Nota: Aunque es cierto que pude haber sido el tercero en una relación, no acepté, y además, no crean que yo hice todo lo que expuse arriba. Lo aclaro por mi honor de caballero, y, damicelas, definitivamente jamás pensaría así de una mujer.

¡Hasta que las musas vinieron a visitarme! Lástima que tuvieran que posarse sobre mi boquita para inspirarme.

Bueno camaradas, me les voy. Ya es hora que tengo que ponerme mi pomada. Oigan y por cierto: yo no sabía que el nombre científico de los fuegos fuera “hemorroides”… Pero bueno, todos los días se aprende algo nuevo.
Con su hemorroide… perdón, con su permiso.

lunes, 26 de abril de 2010

El amor, los besos y el chocolate. Advertencia: Este post está súper largo, pero muy interesante.

Quise compartirles este artículo que está por demás interesante, en lo que recobro mi habilidad imaginativa y escritora...

¿Qué es el amor? Para todos los que se lo preguntan, por fin, una respuesta exacta y coherente.

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Con este artículo pretendo ofrecer en un tono divertido y ameno una visión fundamentalmente química de algo tan sencillo como maravilloso que nos ocurre a todos alguna vez en la vida: ¡Enamorarnos!

Los poetas nos han deleitado cantando al más maravilloso de los sentimientos desde todos los ángulos y con infinitos matices, pero los químicos también tenemos cosas que decir al respecto, quizás menos seductoras pero no por ello menos importantes.

¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".

Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.

Cuando encontramos a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).

Sus efectos se hacen notar al instante:
  • El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).
  • La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.
  • Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.
  • Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.
Hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que está enamorado .
Antífanes -388-311 a. C.-, comediógrafo griego

Los síntomas del enamoramiento que muchas personas hemos percibido alguna vez, si hemos sido afortunados, son el resultado de complejas reacciones químicas del organismo que nos hacen a todos sentir aproximadamente lo mismo, aunque a nuestro amor lo sintamos como único en el mundo.

Ese estado de "imbecilidad transitoria", en palabras de Ortega y Gasset, no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo.

No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. El suave músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas.

Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo: ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! Todo es urgente, efervescente, impelente... Aquí no manda el intelecto ni la fuerza de voluntad. Es el reino del siento-luego-existo, de la carne, las atracciones y repulsiones primarias..., el territorio donde la razón es una intrusa.

Hace apenas 13 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.

El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.

Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.

El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.

Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.

Es decir: las anfetaminas naturales te ponen a cien.

El 50% de las mujeres entrevistadas para el libro "Por qué necesitan las mujeres del chocolate" confesó que elegiría el chocolate antes que el sexo. Hay quienes al chocolate lo llaman EL PROZAC VEGETAL.

En una de las aventuras de Charlie Brown se puede leer "una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudín de chocolate".

Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre. La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia-. Dos citas muy interesantes son:

El amor es como la mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo.
Enrique Jardiel Poncela.

El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es para morir.
Jacinto Benavente.

Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.

Para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales (grata convivencia, costumbre, intereses mutuos, etc.), hemos de luchar por que el proceso deje de ser solo químico. Si no se han establecido ligazones de intereses comunes y empatía, la pareja, tras la bajada de FEA, se sentirá cada vez menos enamorada y por ahí llegará la insatisfacción, la frustración, separación e incluso el odio.

Parece que tienen mayor poder estimulante los sentimientos y las emociones que las simples substancias por sí mismas, aquellos sí que pueden activar la alquimia y no al sentido contrario.
Un estudio alemán ha analizado las consecuencias del beso matutino, ése que se dan los cónyuges al despedirse cuando se van a trabajar. Los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más! Para Arthur Sazbo, uno de los científicos autores del estudio, la explicación es sencilla: "Los que salen de casa dando un beso empiezan el día con una actitud más positiva".

Es cierto, no podemos negarlo, es un hecho científico que existe una química interna que se relaciona con nuestras emociones y sentimientos, con nuestro comportamiento, ya que hasta el más sublime está conectado a la producción de alguna hormona.

No hay una causa y un efecto en la conducta sexual, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros.

Existe, sí, una alquimia sexual, pero se relaciona íntimamente con los significados que le damos a los estímulos, y éstos con el poder que les ha concedido una cultura que, a su vez, serán interpretados por cada uno que los vive de acuerdo con sus recursos personales y su historia. Esperemos que estos estudios en un futuro nos conduzcan a descubrir aplicaciones farmacológicas para aliviar las penas de amor.

Espero que una vez leído este artículo no le digáis a vuestra pareja después de hacer el amor: "he tenido una sensación sumamente agradable producto del aumento de testosterona y la disminución consiguiente de serotonina", entre otras cosas porque os estrangularía.

Para terminar, otras interesantes citas:

Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
Antonio Machado

El amor es ciego, el matrimonio le devuelve la vista.

jueves, 22 de abril de 2010

Si yo soy "poco hombre", ¿tú eres...?

Texto de DANIELOV

Recién rememoraba con David pretéritos capítulos de nuestras andanzas sentimentales, cuando éramos más jóvenes pero no más bellos (cof cof, ay mi reuma). Recordábamos particularmente una situación que me ocurrió, en la cual notamos que una jovenzuela que me traía por la calle de la amargura (y cacheteando las banquetas) gustaba de hacerles saber a sus conocidos (y algunos hasta desconocidos) quién había andado detrás de sus huesos, como y por qué, proporcionando toda suerte de pelos y señales.

Esto vino a cuento por lo siguiente: hace cerca de un año (yo ya salía con mi ahora prometida) mi mamá fue a una boda a una remota aldea, vecina de mi aldea natal, al meritito sur de Zacatecas. En ella se encontró a un conocido al que tenía mucho de no ver, el cual preguntó por mí. Al contestarle que yo ya casi no iba para allá porque ya tenía novia, él espetó: "Aaah... oiga, y su novia no es Casiopea Narchios*?" Ella le respondió que no, diciéndole quién es mi azote, contestando él: "Ah, pues como que yo sabía que Casiopea y él andaban". ¿Que qué, que qué, que quéeeeee???

Aquí no me sorprendió tanto que él elucubrara tal conjetura, sino la fuente de sus sospechas. La cuñada de este amigo es hermana de aquella chamaca; luego entonces, ya fui dándome cuenta de dónde venían los tiros y los rumores. O sea: Casiopea (y su familia, por analogía) muy alegremente se dedicaba a platicar cómo es que yo andaba de idiota quedando bien con ella, ya no importando la fea forma en que fui bateado. Era pues, algo digno de presumirse quiénes anduvieron tras ella y que ella pudo darse el lujo de mandarlos a cosechar a un chilar.

De ahí el título de esta entrada. Si un hombre que gusta de humillar a quienes derrapaban por él y fueron sus parejas mediante evidenciarlas, qué era lo que hacían o dejaban de hacer... que fanfarronea al respecto, pa' acabar pronto; si a un hombre así se le llama "poco hombre" ("ay, cómo es capaz de andar de hablador y quemar a esa bendita muchachita, la byrjenzita nos libre"), entonces, ¿cómo se le llama a una mujer que hace lo mismo? ¿Qué adjetivo o sustantivo se imputa a una chica que se regocija y siente satisfacción al hacer saber a otros la manera en que sus pretendientes quedaban como tarados buscando su atención? ¿Eh? ¿Eh? ¡A ver, respondan a esto! ¡AAARRRGH!!!

(A Danielov le explota la cabeza, regando de relleno cremosito su escritorio y anexos)

Y luego las mujeres (esos seres tan extraños que hasta se les dedica un día del año a ellas solitas) quieren un trato equitativo. ¿Cómo se les puede conceder, si ni siquiera en estos aspectos muestran una pizca de equidad?

Tristes viejas, por eso nadie las quiere, snif.

Me voy, tengo que ir al baño. He dicho.

*Se han cambiado algunos nombres.

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UPDATE: Orita que fui al baño, noté que como que mis calzones ya están medio desgastadones (salió el verso y sin esfuerzo). Estamos hablando de unos once balazos, amén de un severo desgaste en la orilla del elástico. ¿Ya va siendo tiempo de comprar otros, o creen que todavía aguantan un rato más?

Lo dejo a su consideración. Hasta la próxima.

miércoles, 21 de abril de 2010

La controversia pega más...

Hoy quiero hacer algo que se ha estado llevando a cabo desde hace tiempo en mi blog, solo que de manera informal: quiero abrir un debate.

Les dejo mi tema, y luego platíquenme sus opiniones a favor o en contra de las mías, y de ahí lo desarrollaremos.

“Capacidades diferentes”… mmm… “capacidades diferentes”, ¿diferentes de quién? ¿Diferentes de los demás…?

Veamos
Un ciego: ¿no puede oler, oír, palpar, caminar, hablar, sonreír, saltar, cantar, imaginar, inventar, comer… como todos los demás?
Un sordo: ¿No puede ver, amar, sentir, abrazar, correr, escribir, aprender, razonar, burlarse de mí, practicar deporte… como todos los demás?

Y no le sigo, para no aburrirlos, estimados lectores. Pero creo que queda clara la idea: ¿quiere decir entonces, que una persona “normal y completa” no puede desarrollar y poseer las habilidades que tiene una persona que padece alguna discapacidad? ¿O viceversa?

Por qué no nos ponemos a pensar un poquito, y utilizamos ese maravilloso don del que fuimos dotados: el raciocinio.

Se le conoce como una persona con “capacidades diferentes” a aquella que desarrolla habilidades comúnmente escasas entre las personas “normales”, con el fin de sobrevivir en este mundo debido a la falta de una capacidad “FÍSICA” (“FÍSICA” entiéndase, y también téngase en cuenta que un problema mental, igualmente es físico, puesto que recide en la disfunción de cierto aspecto del cerebro, órgano físico del cuerpo humano). Pero veamos: ¿es realmente el caso de que –como dije antes--, las personas normales no puedan desarrollar esas habilidades que por estricta necesidad son más patentes en la gente con discapacidad?

Ahora bien, ¿por qué se comenzó a utilizar esta denominación para dichas personas? Aparentemente, y según la idea más extendida, se debe a que es incorrecto llamarles “discapacitados”, puesto que, a pesar de sufrir algún impedimento X, según sea el caso, se valen de las tan mencionadas “capacidades diferentes”, para sobresalir entre el vulgo.

Sin embargo, consultemos el significado literal, y veamos si está correctamente empleado el término o no:
Discapacidad: “Cualidad de un discapacitado.”
Discapacitado: “adj. Dicho de una persona: Que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas.” (Significados tomados literalmente de el diccionario de la Real Academia Española.)

Entonces, ¿cuál es el problema? ¿no es verdad que tienen impedido algún aspecto físico o intelectual?

Opinión personal: En mi experiencia, nunca me ha afectado de ningún modo la denominación popular de mi condición. Aunque varios utilicen el término invidente (mal utilizado por cierto, porque alguien vidente no es el que ve, si no más bien, se utiliza para denominar a una persona con la supuesta capacidad de ver el futuro o leer la mente), y otros, ciego (en este caso sí, bien utilizado), no tengo reparo en ninguna de las dos, y mucho menos si me dicen discapacitado o persona con capacidades diferentes. El problema radica en que al referirse a mi persona o a alguno de diversa condición dentro del mismo ámbito, es la actitud lo que entra en conflicto conmigo. A veces sin quererlo, puede incluso rayar en la hipocresía. Pórtense a la altura de las circunstancias. Para esto hay que ser inteligentes, y muy, pero muy observadores. La persona con x deficiencia, es exactamente “igual” (y lo pongo entre comillas porque ninguno es igual a otro, pero me refiero en el aspecto general) a los demás, con excepción de el impedimento en cuestión.

Claro está, si algún individuo sufre de impedimentos intelectuales, hay que ser muy disernidores, porque ya dependerá de la situación de cada quien.

Y particularmente, los que son realmente hipócritas y con todo conocimiento de causa, son los gobiernos (¿o será que son idiotas?). Supuestamente ponen rampitas en las aseras, para que los colegas en sillas de ruedas no batallen al subir pero, justo enfrente y sin espacio de maniobra… un poste, una caseta telefónica, un anuncio.

Pregonan los valores morales a favor de los discapacitados, o bien, como ellos presumen, “las personas con capacidades diferentes” y hacen alarde de que nosotros tenemos las mismas oportunidades y derechos pero, no nos dan trabajo, no fomentan la cultura, no existe un lugar con la infrestructura, moviliario, inmoviliario, material, tecnología y personal adecuado para nuestro uso (y hablo exclusivamente de nuestro país, y más específicamente de nuestro estado).

Y para muestra:
El otro día necesitaba urgentemente imprimir un documento al sistema braille (sistema utilizado por los ciegos para la lectura y escritura, que se caracteriza por las letras en relieve, formadas por puntos u orificios practicados en un papel), y había escuchado de varias personas el testimonio de que en la biblioteca central de la UAA existía la tecnología para ello. Supuestamente contaba con un espacio donde había literatura en braille, así como computadoras equipadas con el lector de pantalla adecuado para desenvolvernos, y una impresora braille. Afortunadamente conozco a una persona (muy amiga mía que merece mención honorífica por su paciencia y amistad hacia su servilleta) que está estudiando comunicaciones en dicha universidad, y le pedí de favor que me imprimiera dicho documento, después de lo cual yo pasaría a recogerlo. Pues bien, cuando me llamó para que pasara por él, y luego de que me presenté en la biblioteca de la universidad, donde otros dos chavos que se portaron muy bien conmigo estaban corrigiendo los errores de redacción y sintaxis del documento, conocí el lugar del que tanto me habían hablado: no, no hay literatura en braille disponible, no cuentan con el software apropiado, y bueno, la impresora existe, pero más que todo sobrevive al largo transcurrir de las primaveras, pues es más vieja que mi certificado de primaria.

En fin, me decidí a no decir nada, pues, a pesar de todo, quizás me sirviera de algo, y además se me estaba haciendo un favor (aunque luego de impreso el documento me cobrarían por el papel, claro). En cuanto a los amigos que me ayudaron a imprimirlo, no tengo palabras suficientes para agradecerles su tiempo y paciencia, y además de amabilidad. Pero de la calidad del trabajo --obviamente que los culpables son los administradores del lugar, y sostenido por el gobierno--, sí tengo mucho de qué quejarme.

Para no hacérselas más larga, porque ya es, el documento no me sirvió absolutamente de nada. La impresora escribe lo que le da la gana, y no lo que está en el archivo .doc encomendado a sus fierros.

Así las cosas. Pero, ¿y qué? Este post es uno más de los que no servirán de nada o de muy poco.

Bueno sí: me ayudan a distraerme de mis preocupaciones, porque yo estoy en la adolescencia y mi madre en la menopausia y mi padre en la andropausia (a ver si amanezco vivo por decir mentiras como estas…), y claro, tiene que haber roces estando todos aquí metidos el día entero.

Pero ya me desvié del tema: la idea era que yo no estoy de acuerdo con la denominación “Capacidades diferentes”.

Pero en este post, es mucho muy importante su opinión… ¿me la regalan? Y peleémonos (en bien entendido).

martes, 20 de abril de 2010

HONOR Y CODICIA

PARTE I

En la casa de Silvano.
Entran Casimiro y Silvano junto con algunos servidores:

-Pobre del que se atreva a desafiarme
y entonces a un duelo me rete.
Aunque será mejor que antes vaya a confesarme
por si el infeliz me diera un golpe y me mate.
Dijo Casimiro con aire resuelto.
-Y todo por su empeño en criticar lo que digo.
Pero… tal vez sea mejor morir, y no vivir,
y caer al suelo cual maduro hígo,
para entonces no tener más que decir.
-Hermano y amigo mío:
¿No ves que le das mucha importancia,
hasta el punto de llegar a un desafío
en algo que no tendría por qué tener trascendencia?

Lo reprendió suavemente Silvano mientras le daba unas cariñosas palmaditas en el hombro.

-Tú como yo no piensas,
porque el hombre debe defender su dignidad.
Máxime cuando se ponen en duda sus creencias,
y reducen sus opiniones a la oscuridad.
Aunque en ello le vaya la vida,
es el deber de un verdadero caballero:
creer en sí mismo y trepar por la subida,
derribando obstáculos y únicamente acompañado por su escudero.

Al decir aquello, Casimiro tomó sus armas depositadas sobre una mesa y salió intempestivamente. Silvano quedó solo mirando a la nada y se hundió en sus pensamientos:

-Yo sé que no tiene sentido,
batirse así por lo que alguien dijo.
Pero él así no lo ha comprendido,
y luchará con el culpable hasta que alguien muera de fijo.
Admírolo por su entereza y fuerza,
cualidades que en mi persona brillan por su ausencia.
Necesito imitarlo y tener en mí confianza,
y hacerme de más cualidades para tener, de ánimo, presencia.

Poniéndose de pie se encaminó a la salida, con la firme resolución de hacerse más fuerte de espíritu y personalidad.
Salen todos.

PARTE II
Sobre una calle principal del pueblo:

Entran Silvano y un sirviente.

Al momento, llegó un criado corriendo y haciendo ademanes y aspavientos para llamar su atención. Cuando llegó a su lado le dijo:

-Mi señor, había mucha gente en la plaza, justo en el centro,
y yo quise acercarme para ver cuál era el motivo.
Cuando llegué, entre la gente, hasta adentro,
descubrí que iba a batirse alguien con quien convivo.
Entonces vine a informártelo porque es de tu interés,
saber que tu amigo Casimiro está por cruzar espada con don Andrés.
Por tanto, deberías levantarte y darle prisa a tus pies,
y trates de detenerlo si es que todavía hora es.

Silvano quedó pensativo por un breve instante, que al criado le pareció eterno. Creía que al mismo momento de escuchar la noticia saldría corriendo para alcanzar a impedir lo inevitable. Sin embargo, luego de meditar, Silvano solo se puso en marcha a paso firme sin decir palabra, mientras pensaba:

-Sé que no voy a persuadirlo de sus propósitos,
y menos luego de que atacaran su postura tan cruelmente.
Pero iré ha presenciar el duelo para ver si por sus méritos,
logra derribar a su rival y le da muerte justamente.
En caso de no suceder así, y él sea el caído,
yo atestiguaré que lo hizo por su honor.
Diré que la sangre que hoy habrá fluido,
será la sangre de un caballero… un caballero que por mucho fue el mayor.

Una gruesa y oscura lágrima rodó por su mejilla sin que nadie lo advirtiera. Y entonces se aproximó al lugar indicado.

Salen todos.

PARTE III
En la plaza pública del pueblo:

Entran Casimiro, Silvano, Don Andrés, criados y extras.

-¡Amigo! Bien sabía yo que vendrías,
aunque de acuerdo con mi decisión, no estarías.
Pero ahora todo está dispuesto y el escenario completo,
y veremos quién levanta la mano y saluda a helios erecto.

Casimiro y Silvano se abrazan fuertemente, y ambos corazones se unen en sentimientos. Entonces, Casimiro con un hilo de voz, indica a su amigo:

-No hay persona más correcta ni gente más idónea,
a quién pueda yo encomendar el cuidado de mi casa y familia.
Tal vez caiga en esta batalla y de la tumba cruce la línea,
y ellos no tengan donde encontrar mayor filia…
Entonces lo interrumpió Silvano:
-Amigo, tú no tienes de que angustiarte ni por qué preocuparte,
porque eso no será ninguna carga, para mí, adicional.
En caso de suceder tu muerte, mi única tarea será llorarte,
además de cuidar de tu casa, tu familia y tu maizal.

Entonces llegó la hora del duelo, y todos se quedaron expectantes a la voz de iniciar. Sin embargo, antes de comenzar, Casimiro aún quiso decir unas palabras a su rival:

-Quiero que todos lo sepan y que a ti también te sea obvio,
que esta pelea no es por algún asunto sin importancia.
Que yo no cometí ningún pecado, ni hubo algún agravio,
al expresar mi opinión, aunque hubo en tu creencia diferencia.
Solo que tú sí decidiste agredirme,
y no esperaste el tiempo indicado,
en que hubiera confidencialidad para hablar lo que querías decirme,
así que por eso tu ausencia de modales y tu boca te han condenado.

Respondió indignado Don Andrés:

-¿Crees que en este caso tú serás el vencedor?
¿Como si yo fuera un niñito y en el manejo de la espada un principiante?
Tu confianza excesiva te ha puesto en un error,
por lo que te daré muerte con una estocada ingente.
Te hice ver que tu corazón estaba equivocado,
y yo, como persona mayor, tenía el derecho de mostrarte el camino.
Pero tú sin respeto mi consejo has rechazado,
y ahora morirás y caerás a tierra como vil porcino.

-Creo que ya basta de vanas palabrerías,
porque bien sabemos ambos que no tienes razón de reprender.
Con voz alta pregonas lo que habremos o no de hacer,
pero tú padeces del defecto que porfías.

Don Andrés enrojeció de indignación, y sin más preámbulo con voz fuerte gritó: “¡En guardia!”

El duelo comenzó encarnizado, entre lo que parecían dos expertos luchadores. Tantas estocadas tiraba el uno, como las que paraba y respondía el otro.

Luego de varios minutos de confrontación, un lance de Don Andrés logró herir en el pecho a Casimiro haciéndole flaquear. Este leve titubeo, lo aprovechó muy bien aquel, para finiquitar de una vez por todas la batalla, y sin compasión se arrojó espada en mano hacia el corazón de este. De modo que definitivamente expiró, sin oportunidad siquiera de despedirse de aquellos a quienes a su corazón eran caros.

-¡Oh, desgracia y maldición caen a este pueblo!
Hemos perdido a un caballero más noble,
que sin remedio se ha desplomado en el suelo,
luego de haber recibido una estocada doble.

Gritaba Silvano desconsolado y en un mar de llanto.

-¡Qué lamentable tragedia nos acaece!
Aquel amigo tan querido que por su honor luchó,
y ahora en su derrota el enemigo se complace,
cuando las palabras firmes pero sinceras de Casimiro no escuchó.
¡Amigos del difunto!, acompáñenme pues,
a darle digna sepultura a este gran señor;
que ha sido herido de muerte por el honorable Don Andrés,
en este fatídico día que no recordaré sin evocar dolor.

Levantan en vilo el cuerpo inerte de Casimiro y sale gran parte de la gente tras los que llevan el cadáver, llorando desconsoladamente. El resto se dispersa festejando la victoria de Don Andrés.

Salen todos.

PARTE IV

En el Cementerio.

Entra Silvano, Criados con el cuerpo de Casimiro y otros.

-Aquí yacerán los restos de quien en vida,
fue un maravilloso compañero, amigo y hermano.
Nos dejará un profundo hueco su partida,
sabiendo que aún llorar su pérdida será en vano.
Bajaron el cuerpo de Casimiro a la tumba ya preparada, con múltiples sollozos de todos los presentes, y un desgarrador llanto de su amigo y confidente Silvano, quien pronunció las últimas palabras con un nudo en la garganta.

Luego de haberlo enterrado, se colocó su lápida con el epitafio que rezaba así:
“La tumba de un hombre que ha defendido,
sus valores y convicciones hasta morir.
que con el valor como de un mitológico caballero ha contribuido,
a que podamos considerarnos orgullosos de nuestro sentir.
amado padre esposo y amigo: Casimiro.

Salen todos.

PARTE V

En casa de Don Andrés
.
Entra Don Andrés:

Meditando, habla para sí mismo.
-¿Así que peleó por defender su honor de caballero?
Y ahora perdió la vida y para lo demás poco tiempo falta.
El infeliz no intuyó mi plan verdadero,
de quedarme con su casa y su fortuna que es tanta.
Tal vez esto sea de mi parte un tanto injusto,
pero su padre al echarme en desgracia no se tentó el corazón.
Ahora lo que por justicia me pertenece recupero con gusto,
así como hace años ya, para mí no hubo compasión.

FIN


Escrito por: David Martínez.

lunes, 19 de abril de 2010

FELICES BODAS DE PLATA MATRIMONIO MARTÍNEZ

Para el día de hoy tenía pactado publicar algo que ya tenía preparado desde el viernes. Sin embargo, no pude dejar pasar un suceso como este, que, como el título lo indica, es sumamente importante en nuestras vidas (de la familia).

Mis papás cumplieron 25 felices años de casados la semana pasada, y desde hace unos meses tenían idea de hacer algo grande. Tal vez irse de vacaciones como segunda luna de miel, o alguna reunión de personas allegadas en un salón con todo muy bien preparado. Pero debido a la severa crisis que atraviesa el mundo entero y particularmente nuestro país, fue completamente imposible hacer otra cosa más que irse a cenar el día de su celebración a un restaurante conocido de nuestra ciudad.

Aún así, hubo fiesta. Gracias a la colaboración de algunas personas muy queridas y allegadas a nosotros, se planeó y organizó un sencillo pero bonito festín.
Les relataré algunos detalles, puesto que, como suele suceder en este tipo de circunstancias, hay cosas dignas de recordarse, y otras dignas de causar risa.

Para empezar tengo que darle el crédito en su mayor parte, a Christy mi hermana, por la preparación, organización y por supuesto el cubrimiento de gran parte de los gastos generados.

Tienen que saber, que no había nada planeado para el jueves pasado, aunque ya se tenía la idea de lo que se iba a hacer. Sin embargo, para el viernes se comenzó a pensar en la cantidad de invitados que acudirían a dicha reunión. De principio se tenía contemplado hacer algo sencillo en nuestra casa (suya también); se planeaba sacar a mis papás de alguna forma, y luego decorar el lugar con globos, serpentinas, y demás adornos apropiados, junto con su respectivo letrero de veinticinco aniversario.

El problema estuvo cuando procedimos a contar de la lista el total de invitados de los cuales no podíamos prescindir: por lo menos resultaron 50, y aún faltaba gente que debía ser considerada. Pues bien, con el problema anterior cerniéndose sobre nosotros, hubimos de arreglárnoslas para conseguir un salón bonito, bueno y barato que estuviera disponible, y tomen en cuenta que ya era viernes por la noche, y la celebración estaba pensada para el domingo.

Afortunadamente recordamos que uno de nuestros primos, y más específicamente su abuelito, tiene un pequeño y cómodo salón de fiestas infantiles, pero que bien pudiera servirnos para la ocasión, además de que lo renta en muy bajo costo para los conocidos suyos. Así que mi hermana procedió a telefonear a mi primo encargándole rentarlo si es que estaba disponible. Y para nuestra fortuna, así fue. Por lo tanto, salón, sillas y mesas, ya estaban.

Al siguiente día, tocaba el turno de encargar el pastel. Por la misma crisis mencionada, no teníamos la posibilidad de pedir algo demasiado elevado en costo, así que Christy se dio a la tarea –junto con una señora objeto de nuestro más grande cariño y confianza—de buscar un lugar donde los prepararan a un bajo precio. Por fin se encontró dicho lugar, y el pastel fue encargado junto con la leyenda de veinticinco aniversario, los nombres de mis papás, y claro, los novios de chocolate.

Otro detalle que olvidaba comentar, fue el hecho de que un señor también muy querido nuestro, se había ofrecido a preparar una presentación en power point, con fotografías de mis papás y de la familia a medida que fue transcurriendo el tiempo, desde el casamiento de ellos, hasta la actualidad. Y es que, les comento esto porque también tiene que ver con lo que sucedió el mero día de la pachanga.

Para ya no alargárselas más, todo iba más o menos como lo planeamos, y se llegó el domingo.
Mis papás salieron (invitados a comer previamente por otra familia que nos ayudó con la sorpresa), y nosotros nos encaminamos al salón donde se iba a celebrar el asunto. Entre Christy, la señora que tanto nos ayudó, su hija y yo, comenzamos a adornar el lugar. Puesto que a mí no me era posible acomodar las cosas, o pegar los adornos en las paredes, mi trabajo consistió exclusivamente en inflar los cien globos que se ocuparían (quedó de manifiesto que no fumo…).

Pero algo no andaba bien. Primero, nos llegó un mensaje de la familia que había invitado a comer a mis papás diciéndonos que iban para nuestra casa… Entonces sí sentimos cerca el problema. La señora con la que estábamos le mandó un mensaje a mi papá diciéndole que nos había invitado a comer, porque se había enterado que ellos se habían ido como pareja, y que había pasado por nosotros. Afortunadamente todo salió bien, pues mi papá solo pasó a la casa por un mínimo detalle, y el cuento se lo tragó.

Luego resultó que el señor que tenía preparada la presentación de fotos no había llegado, y se comenzaba a hacer tarde, pues a mis papás los esperábamos a las 5 y eran 15 para las 4 y el señor no llegaba, y obvio, había que instalar el proyector, la computadora, el sonido, etc.

Por fin llegó y se comenzó a alistar todo. Pero luego, otro problema: la laptop que llevamos no quería abrir la presentación… y al mismo tiempo, le avisaban a mi hermana que el pastel que habían encargado y que fueron a recoger, no estaba listo…

Por otra parte, la familia que invitó a mis papás ya no encontraba la forma de entretenerlos, y buscaban de muchos medios para lograrlo. Luego, la señora (después nos platicaron), se levantó al baño para hablarnos a los que estábamos en el salón preparándolo todo, pero para su mala fortuna, mi mamá se paró junto con ella, así que le fue imposible marcarnos, hasta que por fin se safó de mi madre y brevemente nos explicó que se acercaba la hora.

Volviendo al salón, el pastel seguía sin llegar, y la computadora sin funcionar hasta que, por fin, por lo menos quiso reproducir música, y se acordó que las fotos se pasarían hasta luego que llegaran ellos y comieran, lo cual permitiría tiempo para que trajeran otra computadora más útil.

Tal vez unos 15 minutos antes de que llegaran mis papás, por fin decidió aparecer el pastel pero… ahora traía un decorado (o bueno dos detalles) que no habíamos pedido, y que definitivamente no aceptábamos. Mi hermana estaba histérica. En fin, hubo que recurrir a un método muy rudimentario pero que resultó útil en aquel apremiante instante: se comieron el detalle de chocolate que no habíamos pedido, y el pastel, afortunadamente, quedó perfecto.

Todo comenzó a encajar en su lugar; los invitados empezaron a llegar, aunque algunos llegaron exactamente 2 minutos antes de que aparecieran mis papás. Y luego, por fin el mensaje temido: “ya vamos para allá”.

Todos nos apostamos cerca de la puerta de entrada con serpentinas a punto de ser lanzadas al entrar ellos. Había un espía apostado directamente junto a la puerta, con el fin de hacer señas cuando estuvieran por empujarla.
Al fin, sucedió: la puerta se abrió, la música de fondo subió su volumen con su canción favorita de amor, las serpentinas volaron y sonó un estruendoso ¡FELIZ ANIVERSARIO! Proseguido por un aplauso. Abrazos, besos y lágrimas…

La tarde se puso mejor. Se sirvió la sencilla comida preparada, luego se partió el pastel, y todavía, hasta baile hubo.
Y ya como broche de oro, se proyectaron las fotos en la pared del salón al anochecer, y, a continuación y a petición de algunos invitados, los hijos pronunciamos palabras hacia los festejados luego de lo cual ellos también dijeron lo que el nudo en la garganta les permitió.

La noche se disfrutó y se gozó, y los invitados comenzaron a retirarse paulatinamente. Así, se festejó el vigésimo quinto aniversario de mis padres, que, no estaba ni planeado ni presupuestado.

Muchas gracias a todos los que asistieron, los que ayudaron a preparar los detalles, y los que apoyaron de diversas maneras.

Vuelvo a repetir, que gran parte del crédito y mención la merece mi hermana Christy, y la familia Slagle, Gama y López. Y a los que no menciono, es por falta de memoria (imperfecta), pero que les quedamos infinitamente agradecidos.

Así pues, QUERIDOS PAPÁ Y MAMÁ:

¡FELIZ VEINTICINCO ANIVERSARIO!



Posdata: No consideré adecuado mostrarles fotos de la ocasión, puesto que se nos ha dicho de diversas formas y medios, que es peligroso revelar información personal de forma visual o escrita que pudiera dar oportunidad a los siberdelincuentes. Para los que me conocen personalmente, por supuesto que con toda confianza pueden pedir que en un momento posterior se las muestre, y hasta nos tomamos un cafecito (digo, si les parece).

viernes, 16 de abril de 2010

Educación de calidá

Texto de DANIELOV

Cuando no era más que un humilde estudiante de preparatoria, consideraba a la universidad (particularmente, la Autónoma de Aguascalientes) como un reducto de sabiduría donde todos los integrantes su población estudiantil eran una especie de iluminados, seres que habían alcanzado las máximas cotas de perfección intelectual a las que el género humano podría aspirar. Esta idea se veía reforzada por lo complicado que me fue concluir mi educación media superior; por tanto, quienes habían sobrepasado ese nivel y ahora cursaban estudios superiores eran un modelo a seguir.

Gran desilusión sufrí al darme cuenta de la bola de simios en patines que pululaban por los pasillos.

Muchos de ellos declarados abiertamente como analfabetas funcionales que cursaban una carrera para no tener que trabajar o no quedarse en su casa. Otros tantos, intelectualoides de banqueta, protochairos a los que se les había vendido (y compraron completita y al contado) la imagen del filósofo barbón y desastrado que escribe/ boceta sus brillantes ideas al amparo de una taza de café. También, megalómanos pretenciosos que buscaban iniciar su imperio de terror entre sus camaradas. Niñas neofresas del mal que estudiaban mientras hallaban quién las mantuviera. Fauna de ese calibre.

Y a partir de entonces, tristemente he notado que escolaridad no es sinónimo de educación. Lamento decirlo, pero buena parte de mis colegas de generación (o de otras generaciones) terminaron la carrera casi igual que como la iniciaron. Gente que no tiene la menor noción acerca de particularidades de su misma profesión. Y eso lo noto cuando otros diseñadores vienen a la imprenta donde trabajo para traer trabajos dignos de vergüenza ajena. Muy interesantes propuestas en cuanto a concepto, pero imposibles de reproducir bajo parámetros técnicos.

Claro, este fenómeno también es evidente al encarar a profesionistas y artesanos en otras áreas de conocimiento: contadores que no saben cómo dar de alta a sus clientes en Hacienda, abogados que no conocen la diferencia entre denuncia y demanda, publicistas que ignoran la diferencia entre publicidad y propaganda, lingüistas que desconocen los mínimos rudimentos de ortografía y gramática, carpinteros que no son capaces de escoger adecuadamente la madera, fotógrafos que se desempeñan ajenos a las normas básicas de enfoque, iluminación y exposición... y todos ellos cobrando por sus servicios.

E incluso antes de graduarse, uno puede detectar a quienes cubrirán este perfil: mozalbetes que salen todos los días de su casa ("papí, mami, ya me voy a la escuela, adiosito") según a estudiar... pero que rara vez entran a clase, logrando pasar las materias con base en su alta capacidad de hacerle la barba a los profesores, sobornarlos o apelar a las bajas pasiones de éstos (particularmente en el caso de las muchachas).

¿Usted conoce gente así en su escuela o trabajo? Hágame el favor de denunciarles aquí, explicando por qué creen ustedes que ellos no han logrado desquitar lo que gastaron en su pseudoeducación. Así, además de tipificar a estos inoperantes sujetos, no me sentiré tan solo en mi frustración al tener que vérmelas con gente así.

He dicho.

miércoles, 14 de abril de 2010

SOY MEDIO HOMBRE

Qué dijeron, este ya se declaró, ahora que está de moda ¿no? ¡Pues mangos! Déjenmen les explico, porque tengo derecho de réplica a mi propio título:

Numerosas investigaciones realizadas en el centro mencionado en entradas anteriores (CEINESCI), han revelado que mi vida es una farsa en sí misma. Y es que, nada está completo.

Es cierto que soy independiente hasta cierto punto, pero no del todo; y también es cierto que realizo numerosas actividades que en teoría resulta difícil de creer que las desarrolle, pero que en la práctica me parecen sencillas hasta el grado posible. Sin embargo, si analizamos una a una las circunstancias de mi vida, descubriremos que nada hago completo, que no existe el término “Máximo” en mis quehaceres, diversiones, necesidades, caprichos, un latoso etc, a no ser, claro, que “alguien más” me ayude.

Fíjensen: si juego nintendo, no puedo completar todos los mundos, misiones, peleas, carreras, aventuras… sólo algunos.
Si me baño y me voy a vestir, aunque conozca el color de mi ropa, o de la mayoría de ella, obviamente no sé combinarla de la mejor manera, así que, claro, tengo que decirle a mi mami que me diga que usar (¡patético! ¡y pobre del que se burle!).
Si voy a salir, a x lugar, claro, tal vez pueda desenvolverme solo, pero en los lugares que ya conozco, y no en cualesquier ubicación.

Vamos, si hasta manejar lo hago a medias… ¡de verdad! Para esto les tengo que platicar la anécdota (no practiquen esto en casa, es solo con personal especializado, y en el lugar adecuado):
Hace algún tiempo, tal vez unos tres meses, vino un amigo por mí para salir; es un amigo muy querido, el que puedo llamar sin temor a equivocarme, mi “mejor amigo”. Él estuvo conmigo en la secundaria y, desde entonces, nos seguimos frecuentando y haciendo montón de cosas peligrosas juntos, hasta andar en bicicleta y conmigo al volante y él atrás en los “diablitos”. Pero creo que una de las más peligrosas en teoría, es esta.

Pues bien, al llegar él por mí, y cuando pretendía subirme al asiento del copiloto, él ya estaba cómodamente instalado en él, y me dijo por la ventanilla: “Súbete… tú te vas a llevar el carro”.

Por supuesto, me imaginé que estaba jugando como otras veces, debido a que yo ya había bromeado así con él, y además no era raro que yo prendiera el carro y le diera dos o tres metros en reversa si había espacio, y bajo su supervisión.

Por lo tanto, me encaminé al asiento del piloto y me encaramé en el behículo. Coloqué las llaves en el switch, y procedí a encender el automóvil. Metí velocidad y bajé la palanca del freno de mano. Yo seguía esperando que me dijera que ya estaba bien de juegos, y que me quitara de ahí, pero no sucedía nada. Pues bien, quise ponerlo a prueba o asustarlo, y presioné el freno y elclutch, con la intención de que el carro no escapara a mi control, y metí a fondo el acelerador. Para mi más grande sorpresa, solo me dijo: “no hagas eso porque gastas gasolina. Arranca poco a poco y yo te voy diciendo.”

En efecto, él se apoderó del volante y yo comencé a acelerar suavemente mientras mi pie izquierdo iba sacando lentamente el clutch. Anduve en la primer velocidad por un tramo, puesto que había un tope más adelante, y no tenía caso avanzar más rápido para luego frenar en seco.

Mi asombro y emoción seguía en aumento al ver que esto iba en serio. Cruzamos una avenida y seguimos adelante por una colonia muy tranquila y donde las calles son amplias y transitan pocos carros. Él iba manipulando la dirección mientras me decía si frenar o avanzar, y yo simplemente me encargaba de acelerar y frenar, además de meter las velocidades correspondientes.

Así es, como lo leen, estuve manejando por espacio de unos 15 minutos en plena ciudad hidrotermopolitana (si esto lo está leyendo uno o varios tránsitos, ¡no se esponjen! ¡No soy el único que maneja sin permiso y/o licencia!). Pero como les decía, ¡todo a medias! ¡Ni siquiera podía tomar la dirección! Aunque bueno, creo que a eso le debo seguir vivo ahora.

Y así podemos continuar analizando los aspectos de mi vida, y en todos descubriremos que hay un ligero rasgo que no puedo completar o finiquitar por mí mismo.

Lo mismo sucede si hablamos de la cuestión amorosa y/o romántica; no puedo darle todo lo que yo quisiera a mi pareja (vuelvo a aclarar ¡mujer!). Por supuesto que le puedo dar amor, comprensión, cariño, protección y apoyo emocional… ¿qué más? Bueno, pero a lo que se refiere a un apoyo más físico, que ella se sienta protegida a mi lado, es materialmente imposible. Y claro, las mujeres son muy dadas a necesitar esa clase de protección, y no las culpo.

Ahora bien, si por el contrario, me busco una mujer que no necesite de esa protección o apoyo, entonces quizá sea lo suficientemente independiente como para prescindir de una pareja como yo, y hasta de una pareja cualquiera.

En fin, por lo regular trato de no pensar mucho en esto y dejar que las cosas caminen y corran, pero… quise escribirlo, y creo que fue útil hasta el momento, y más lo será al escuchar (sí, escuchar, porque es mi lector de pantalla el que me las dice) sus opiniones.

¡Pero no me digan lo que siempre me dicen, que soy un chavo muy listo, muy inteligente, muy capaz, que voy a encontrar a la persona adecuada, que hay una pareja exacta para mí… digan cosas realistas e inteligentes! Ideas más que ánimo moral.

Habiendo analizado todo, la conclusión del asunto es: esto ha sido escrito por un medio hombre, y…

martes, 13 de abril de 2010

DE yo PARA TÚ

Antes que nada, déjenme regañarlos:
Seré lo más indulgente posible, porque, sobre todo, es para su bien. Resulta ser que se ha malinterpretado (o mejor dicho malentendido) mi entrada anterior. ¿Cómo es que sucedió que creyeran que iba a dejar de escribir? Leyendo sus comentarios, me hicieron dudar de la claridad de mis palabras, y con la intención de asegurarme por quincuagécima ocasión de lo explícito de mis comentarios, revisé mi post. Y sí, está muy claro, así que aquí les expongo las ideas principales de forma rápida y sencilla… es más, sólo es una idea la que se necesita para que quede zanjada la cuestión: “Así es, es el mismo cuerpo, las mismas manos, y tal vez la misma mente que han estado escribiendo hasta ahora, pero no soy la misma persona de antes.”

Sí, sigo escribiendo, e inclusive ya más adelante, aclaro que voy a tratar de que factores externos afecten lo menos posible al estilo de mi redacción. Yo lo que quise que se entendiera, era que si llegaban a notar cambios en la expresividad de su servidor, no se sorprendieran.

Mi regaño: Porque los quiero, les digo que LEAN Y COMPRENDAN. Es decir, no solo decodifiquen los caracteres, palabras, párrafos y artículos escritos (por decirlo así), si no que al tiempo de leer, analicen lo que leen. Y además, no lean frases sueltas, porque la idea se escapará en esencia.

Era eso nada más, y no se esponjen ¿eeeh? Seguirán siendo testigos de numerosas confesiones de este atípico adolescente ciego.

*****

Señores, además de lo anterior, me complace hacerles un anuncio y al mismo tiempo una atenta invitación: Luego de numerosas negociaciones y pláticas, hemos llegado a un acuerdo con un personaje muy importante en este rubro, para que haga colaboraciones dentro de este espacio, y concretamente, que escriba para nuestro deleite y admiración. Así es, le extendemos una cordial y afectuosa bienvenida al ya conocido y querido Danielov. Ahora, además de soporte técnico para este blog, contaremos con sus aportaciones todos los viernes a partir del próximo. A pesar de no haber logrado convencerle de reabrir un blog propio, sí logramos que nos deleite con sus decires aquí mismo, y tendremos seguro un post semanal. Así es que, si les parece la idea, se agradecería sumamente su apoyo a esta nueva sección, ya saben cómo: COMENTANDO. Como acertadamente dijo una seguidora anónima, hay numerosos lectores pasivos. Y muy bien nos harían sus críticas constructivas y aportaciones aunque sean breves.

Bueno, puesto que este fue un post inesperado, no exijan demasiadas ideas en él. Tal vez mañana tomen forma, color, consistencia y estructura las que reciden ahora en mi cabeza. Hasta entonces solo diré: Este es mi “arte”, porque, tomo ideas de los demás, las junto y amalgamo con las mías propias y… ¡puf! Surge mi “arte”, bueno o malo, pero “arte” al

FIN.

lunes, 12 de abril de 2010

Todos los niños algún día creceremos...

Durante mi corta, tortuosa, pero al mismo tiempo aburrida, lenta, aunque también maravillosa vida, he sufrido numerosos reveses. Y por supuesto, podríamos decir que unos de los más dolorosos, son los desaires amorosos. Sin embargo, y a pesar de que, como dice el dicho, “No hay bonita sin pero, ni fea sin gracia; pero yo a todas las quiero por fortuna o por desgracia”, hay algo de lo que no me recuperaría jamás: Que me quiten el amor y la compañía de los niños.

Y no, no sean puercos ni malpensados (digo digo, para los que lo pensaron claro, y si es que lo pensaron). Me explico: Tengo varios conocidos y amigos que tienen hijos pequeños, algunos son bebés todavía, y otros ya son un poco más grandes. Estos últimos días he tenido mucho trato con ellos, e incluso, me ha tocado ser niñera (y he descubierto que soy bueno para eso, ¿eeeh?, por si les interesa mi servicio), y me he puesto a pensar mucho al respecto: si bien soy el Enemigo público porque –como he manifestado en ocasiones anteriores—la gente se está portando muy mal, dejando de lado todos los valores, y sobre todo la cualidad del amor fraternal; jamás, pero jamás, sería enemigo de un niño.

Los niños son maravillosos, y seguramente todos lo fuimos cuando teníamos esa edad. Nada nos inquietaba, y si definitivamente había algo que llegara a romper con nuestra felicidad, simplemente llorábamos y listo. Después de 5 o máximo 10 minutos de pucheros y lágrimas torrenciales, se nos olvidaba el problema que, por supuesto, ya estaba arreglado por mamá, papá o aún mejor, abuelita. Y ahora –al menos en mi caso personal--, aunque tenga ganas de llorar, de desfogar mi furia, tristeza, enojo, desepción, impotencia, y un repetitivo etcétera, en las lágrimas, me es material y físicamente imposible. Tengo días queriendo llorar, y no puedo.

Aún más, a esa edad siempre preguntas el por qué de las cosas y el cómo o el dónde. Y todavía lo hacemos, pero la gran diferencia es que, de niños, no preguntamos para JUZGAR, si no para APRENDER.

De niño no eres racista por tí mismo, porque si a caso lo llegaras a ser, es porque imitas lo que tus padres hacen, y no por tus convicciones (y con “racista” no me refiero a la discriminación étnica únicamente).

Precisamente ayer fuimos a un parquecito que está en Canteras de Todos los Santos (y es que, hay Canteras de San Javier, San José, San Jorge… y no sé que tantos más), a una pequeña convivencia. Entre todos los invitados obviamente estaban los niños a los que hice referencia antes. Pues bien, hay una niña de 10 años que acabo de conocer, tendrá tal vez unas 3 ó 4 semanas de haberla conocido, con la que estuve la mayor parte del tiempo. Pero lo que me llamó más la atención, era ver la inteligencia de la niña, la calidez y cariño con que sentí que me trataba, la delicadeza y habilidad con la que me guiaba por todas partes a donde íbamos; y eso que no lo había hecho nunca.

Bueno, el caso es que me puse a pensar todo el día, y parte de la noche (hasta que pude dormir) de ayer, en aquellos maravillosos y magníficos días de la infancia. De ahí la razón de esta entrada. Piénsenlo de verdad: ¿qué hay más hermoso que el corazón, los sentimientos, el pensamiento y el punto de vista de un niño?

*****

Pasando a otro orden de ideas, les comunico que –debido a una indisposición, y más específicamente una crisis de confianza del autor de este blog—yo estaré escribiendo aquí por tiempo indefinido. El susodicho autor me encargó la tarea de mantenerles entretenidos con mis escritos por el tiempo que sea necesario para su recuperación. Así es, es el mismo cuerpo, las mismas manos, y tal vez la misma mente que han estado escribiendo hasta ahora, pero no soy la misma persona de antes. A veces lo que sucede en el cotidiano andar de los días –o bien lo que no sucede o deja de ocurrir muy drásticamente--, hace que la gente varíe un poco su comportamiento habitual. Por lo cual, si notan una extraña modificación en el estilo de mi redacción, ahora entenderán.

No sé si tenga el valor para expresar lo que sucede o no sucede aquí en el blog, pero de cualquier forma, trataré de que afecte lo menos posible a este pasatiempo tan genial. ¿Por qué dejar que cosas externas afecten a uno de mis pasatiempos favoritos?

Bueno, ya basta de lloriqueos. Tengo que retirarme en contra de mi voluntad. Las ideas huyen despavoridas de mi cabeza, y se esconden bajo mi cama donde no las alcanzo. Tal vez allí mismo es donde resida el ratón ladronzuelo del otro día. No sé, quizá tenga que hacer limpieza a fondo en ese lugar porque, el otro día que me asomé, pude encontrar todo tipo de artilugios extraños en ese recoveco: estaban las pantuflas de hace 10 años, que creo que ya tenían champiñones y no solo hongos, estaba una bocina de grabadora vieja, un calcetín roto, una moneda de 5 centavos, un balón con la que los mayas jugaban al juego de pelota, algo que por su olor y aspecto me di cuenta que debió de haber sido comida alguna vez, la segunda pista de Blue, mi hermano, y otras cosas de menor importancia.

En fin, retírome.

jueves, 8 de abril de 2010

LA MÚSICA: MI MUNDO, MI VIDA

Inmediatamente luego de haber ingresado a este espacio, habrán notado la novedad. Pero por supuesto, merece la pena hacer mención especial de ella, y desde luego, al diseñador gráfico que lo hizo posible, Danielov. Mil gracias a este hombre, que además de enseñarme el camino de la “blogósfera” –como él lo decía cuando escribía—me sigue apoyando en este proyecto.

Pero, ¿Por qué poner un reproductor con música y videos de fondo en mi blog? Existen muchas razones, pero la principal es que, aunque esté de más decirlo, la música constituye una parte esencial de mi mundo. Como el agua lo es del planeta tierra, o del cuerpo humano. Por lo tanto, creí necesario expresarme, además de con palabras escritas, con música que despierte los sentimientos.

Ahora bien, aprovechando el momento, el lugar y la situación, hablemos también de otro tema relacionado: El título de mi blog.

Hace ya algunos días, me hacían el comentario de que el título de mi blog no era muy sugerente ni apropiado; por lo tanto, me daré el tiempo de explicarles parte por parte el por qué del título, y luego en conjunto tomará forma.

CONFESIONES

Para explicar el sustantivo en plural en cuestión, basta con plantearles una pregunta: ¿no han sido testigos de numerosas confesiones en este blog? Por supuesto, la respuesta es afirmativa. Luego entonces (expresión continuamente usada por un ex profesor de biología de mi secundaria), “confesiones” está bien utilizado en el título.

ATÍPICO

Nuevamente, es necesario plantear una pregunta retórica para que ustedes mismos lleguen a la conclusión correcta: ¿creen que el autor de este blog sea una persona típica, es decir, normal, común, etc? Por supuesto que no. Por tanto, la conclusión es la misma: este adjetivo está bien empleado.

ADOLESCENTE

Alguien que haya estudiado (aunque sea nada más como repaso) los libros de biología del sistema educativo de nuestro país, en el nivel de secundaria, sabrá que la adolescencia fisiológicamente hablando, no pasa si no hasta los 22 años aproximadamente. Por supuesto, varía mucho dependiendo de la persona.

Aún así, la adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto sus límites no se asocian solamente a características físicas. Así es que, desde mi punto de vista, sigo siendo adolescente.

CIEGO

Bueno, me imagino que no necesitan demasiada explicación al respecto.

En fin, creo que acabamos de comprobar que, efectivamente, el título “confesiones de un atípico adolescente ciego”, está bien empleado en este caso, y que, además, describe perfectamente el cometido del blog.

En caso de que haya un cambio en dicho título, ocurrirá por razones contundentes y específicas.

En fin, que disfruten el nuevo aspecto de este blog, y ojalá y continúen siendo del agrado de ustedes mis decires, a pesar de que estos últimos días he andado muy amargoso y agresivo. Pero ustedes comprenderán, todos tenemos momentos duros.

Agradezco, además, a Diana, una de mis fieles seguidoras, porque me ha mostrado que hay personas muy observadoras, capaces de darse cuenta de cosas que la mayoría de la gente no hace, hasta el simple hecho de escribir correctamente cuando chateamos, para que mi lector de pantalla pronuncie bien sus escritos, y yo no tenga problema en decodificarlos a mi cerebro. Y es que, lo que llama la atención, no es solo que lo haga, si no que yo ni siquiera le había comentado nada al respecto, y ella fue la que se dio cuenta de este detalle. Sí, hay gente muy lista en este mundo, y qué bueno que aún no la conozco a toda, así me sigo sorprendiendo día a día.

Me voy. Comenten.

martes, 6 de abril de 2010

SIN RESERVAS PARA LA III GUERRA MUNDIAL

¡Estoy arto!¿De qué? ¡De mí! Y es que, no me obedezco a mí mismo.

Cuando digo que mañana me voy a sentir bien, y que voy a traer un chorro de ganas de hacer cosas, divertidas y aburridas, pero que no me va a importar nada, y voy a tener el mejor de los optimismos que existen (si es que hay de esos aquí en el planeta), ¡nel! Amanezco con una flojera horrible, cansado, desanimado, deprimido, con sueño, sin hambre… y es que me podrán quitar todo, pero mi comida, mi música y mi cabeza ¡no!

Y luego digo: Hoy me duermo temprano, porque mañana me quiero levantar temprano. Pero, me acuesto. Luego, me pongo mi minicomponente en mis asquerosas orejas (bueno son unos audífonos pero son enormes, parecen vocinas de estéreo). Escucho 50 canciones de las 150 que trae mi ipod. Me los quito. Cuento borreguitos (y eso que sufro para contarlos, porque ni en mi cabeza los veo… tengo que andarlos persiguiendo). Me vuelvo a poner mis audífonos. Y luego me acuerdo de que tengo que cerrar los ojos para dormirme. Y ya cuando me dan las 3 o 4 de la mañana, me duermo.

Y viceversa: Cuando digo que me quiero quedar despierto, desvelarme, ver todas las películas de Pedro Infante que tiene mi papá, comiendo pan y tomando coca… Me dan las 12:00, y ya tengo sueño.

Y lo peor es que, cuando digo que me quiero deprimir horriblemente, y llorar y llorar, y quedarme en mi cama todo el día hasta que mis papás me pregunten tres veces qué tengo, y que luego se vayan enojados porque no confío en ellos, y sentirme la peor basura en la tierra ¿qué pasa? Exacto: amanezco súper feliz y nada me molesta. Me peyisco el puente entre mis fosas nasales para hacerme llorar y no sale nada más que mocos, pero no lloro.

Entonces, ¿de qué se trata? Hay veces que ya no quiero comer, y que quiero ponerme a dieta y dejar toda la comida chatarra incluída mi hermosa y adorada Coca, pero precisamente ese día, me muero de hambre y al final decido empezar luego.
Pero ayer, que no traía nada pero nada de ganas de comer, ni hambre traía, a mi hermana se le ocurre pedir pizza y traerme mi Coca frillita de la tienda (y eso que ni siquiera me pidió que la acompañara hasta la tienda que se encuentra en el lejano oeste). Así es que, comí bien poquito. Hasta sobró de las dos pizzas familiares que compran, mucho para la cena (y es que nunca duran cuando yo ando en mis buenos momentos).

¿Entonces? ¿Qué debo hacer? ¡Yasé! Voy a comprarme un control universal, de esos que sirven para todo a lo que le apuntes… igual y con eso puedo tener el control de mí mismo.

Fíjensen, y es que hasta cuando ando feliz y tengo ganas de escribir, se me va la inspiración y no surge nada interesante de mi cabeza, pero cuando no quiero escribir, y no traigo nada de ganas, es cuando mejor fluyen las ideas; por eso es que las últimas veces les han tocado entradas nefastas y ridículas… bueno, ni modo. Al fin que los seguidores son más fieles que los amigos y leen lo que tú les pongas.

Por cierto, ya tengo casi dos meses con esta cosa, y cada vez la amo más. Y se les agradece a todos los que tiran a la basura un cacho de su vida por leer mis sandeces.

Aguanten, pasó un ratón corriendo… dejen lo alcanzo.

Ya vine. Maldito ratón, se comió el cachito de queso que dejé en una esquina hace 2 años para tener algo que comer si venía la tercera guerra mundial, y ni así lo atrapé.

En fin. Ya me voy, porque ya me dio coraje. Desde hace rato que me estoy ordenando darme pena a mí mismo y nel, no siento nada. Tengo que llorar un rato, y es que, no hay a donde salir, creo que tenía más cosas qué hacer en la calle el tiempo en el que estaba de moda la influenza y que no te dejaban ir a ningún lado.

¡Ya! ¡Adiós!

viernes, 2 de abril de 2010

¡ZONA DE DESASTRE!

Hoy me levanté de buenas. No sé, tal vez Marte se alineó con la tierra y esto influyó en mi humor (bueno, es que es tan raro este suceso en los últimos días que no sé a qué atribuir semejante milagro).

Por lo tanto, me decidí a hacer algo que va en contra de todas mis convicciones y creencias, y que además probablemente me arrepentiré luego. Créanme, fenómenos como este no se dan en varias décadas o quizá siglos: tengo la intención de revelarles los más oscuros pasajes de mi vida… ¿a qué me refiero? A los más terribles ridículos y metidas de pata de toda mi existencia.

Claro, no sin pedirles algo a cambio: al publicar esta información clasificada, habrá un acuerdo tácito e inmutable bajo ninguna circunstancia entre ustedes y yo, de que, jamás, pero jamás, se me hará burla de cualesquier suceso expuesto en esta entrada. De lo contrario, el que se atreva a hacer escarnio de mis desventuras se arriesga a mi más terrible e inimaginable venganza. Definitivamente no evitaré que se burlen de mi mientras leen estas anécdotas, y están en su derecho, pero… ¡hasta ahí! ¿Entendido?

Bueno, iniciemos. Aún no sé porqué estoy haciendo semejante barbajanería. Solo sé que, en parte, es para mantener contentos a mis lectores, y en estos casos, a veces hay que sacrificarse.

¡Rayos! Ustedes comprenderán que me tarde en iniciar, pero… ¡No es fácil! ¡Es mi reputación la que queda destrozada en mil pedazos!

Comenzaré relatando la más reciente, y de ahí, la que se me venga a la mente. Ok… pfff, ahora sí:

¡Rayos! Este es de los peores…

1.-Hace ya algunos meses fuimos a León, y más propiamente, al centro comercial Plaza mayor. Nos acompañaba una amiga mía, y un primo (otro, no el mismo). Cuando después de algunas horas de deambular por la plaza, nuestro cuerpo exigía ser liberado de la excesiva hidratación. Por lo tanto, fuimos al baño: estando allí, empezamos a jugar y a bromear con que nos asomábamos al mingitorio contiguo (claro, solo entre mi hermano mi primo y yo). Yo me asomaba más descaradamente para hacerlos enojar, porque, obvio, no había problema de que viera nada indebido. Sin embargo, ellos comenzaron a molestarme más, y yo, con ánimos de venganza, me acerqué a uno de los mingitorios y asomé la cabeza completamente, pero… pero… no era ni mi hermano, ni mi primo… ¡era un señor extraño! ¡RAYOOOOOOS, QUEEE PEEEENAAAAA! Por supuesto, le explicamos al señor mi situación, y aunque no quedó muy conforme, ya no dijo nada.

2.-Este ya tiene más tiempo. Un amigo y yo, fuimos a un centro comercial a comprar gusguerías. Al ir saliendo, en la puerta hay varios escalones, y justo terminando el descenso, está el estacionamiento, con todos los carros acomodados en batería de frente a la entrada, o salida, según lo vean. Pues bien, empezamos a bajar los escalones cuando… se me dobló un pie y me fui de bruces. Lo peor es que, había varios carros llegando a estacionarse, y más aún, una señora estaba justo enfrente de donde yo me caí. Pues la mugrera, ¡descaradamente se burló de mi caída! ¡Vieja sangrona!

3.-Estando todavía en la escuela, en una ocasión estaba platicando con algunas amigas. Jugando, empezamos a hacernos enojar, y la verdad no me acuerdo porqué, pero, ya ven que después de algunos comentarios, uno se hace el enojado y según eso se da la media vuelta para irse esperando que te agarren y te digan que no hagas caso o que los perdones. Bueno, al hacer yo un comentario de esos, una de mis amigas se hizo la ofendida. Entonces mi intuición –equivocada en este caso—me indicó que se iba a ir caminando, por lo cual, yo estiré la mano para agarrarla por el hombro y detenerla. Pero por desgracia, ella no se había dado media vuelta, y en lugar de agarrarle el hombro, tuve la desdicha de tomarle una bubi… ¡LES JURO POR MI HONOR –si es que todavía me queda alguno-- QUE FUE SIN QUERER! Ya sabrán, no me la acabé con la carrilla durante vaaarios días.

4.-Otra vez, en la escuela. Mientras transcurría el tiempo de una hora en la que el maestro no asistió (o al menos eso creo, no recuerdo si no fue o si estaba fuera del salón), obviamente se hace mucho relajo. Yo por mi parte, me subí a una silla y empecé a hacer y decir payasadas. Claro, no estaba enfrente del salón, era una de las mesas de la fila pegada a la pared y por en medio más o menos. Pues bien, mientras yo hacía mis espectáculos, el compañero sentado en la silla contigua me jaló el pants (ese día llevábamos uniforme deportivo, y de bajo, yo traía boxer), el efecto de la fuerza imprimida al jalón, y la inercia, lograron que el pants, junto con el boxer resbalaran por mi cuerpo. Afortunadamente alcancé a reaccionar, así que solo quedó al aire mi linda y delicada pompi derecha. Por supuesto, las niñas se volvieron locas de la emoción buajajaja si claro.

5.-En una ocasión, hace ya buen tiempo, acompañé a mi mamá por la despensa, a una tienda de autoservicio. Ya ven que en esas tiendas –puesto que por lo regular se compran varios artículos—existen los comúnmente llamados “carritos”; pues bien, yo venía caminando junto al carrito de mi madre, cuando, por x circunstancia, me solté unos segundos para acomodar o tomar algo de mi bolsillo. Cuando volví a extender la mano para tomarme de un costado del mencionado carrito, lo encontré, y seguí caminando felizmente. Sin embargo, luego de unos cuantos pasos, sentí una mano aferrándome por el hombro y apartándome del susodicho carrito… era mi mamá. Sí, iba agarrado del carrito de otra señora. La verdad no sé si la señora no había visto al intruso aferrado a su vehículo, pero no me había dicho nada hasta que mi madre me jaló, y le dio risa a la señora.

¡Y EL PEOR! Espero, de verdad, sobrevivir a la siguiente confesión:

6.-Cuando yo tenía aproximadamente 2 añitos de edad, me ocurrió lo más horrible y espantoso que le puede suceder a un ser humano. Gateando por mi acogedor hogar, y más específicamente, por la sala de mi maravillosa casa, mi pequeña manita tropezó con un objeto algo extraño. A simple vista, me pareció comestible, y por lo tanto, me lo llevé a la boca y lo degusté. Según lo que mi cerebro decodificó de las vibraciones sensoriales por medio de mis dedos, me indicó que era un cheeto. Sin embargo… no, no lo era: Era el excremento de mi pequeña mascota… mi perrito. ¡Sí señor, me comí un maldito excremento de perro! Por supuesto, mi mamá hizo hasta lo imposible por desinfectarme la boca, y desde luego, deshaciéndose en lágrimas de compasión e impotencia.

***

¡Ya basta! Ha quedado completamente destrozada mi autoconfianza, mi autoestima, ¡mi dignidad!

En fin, ninguna de estas aventuras eran secretas, siempre hubo quién me acompañara en mi dolor, aunque se burlaran descaradamente de mis desgracias. Sed buenos conmigo y compadecedse: escriban algo espeluznante que les haya sucedido en sus comentarios ¡por favor!

Bueno, apelo a su buen corazón, y mientras tanto, me voy. Tengo que ir a llorar 5 litros de lágrimas por cada cuenca ocular (sí, porque ojos no hay… jaja humor negro), y abrazarme con mi osito de peluche más querido para que me consuele.

jueves, 1 de abril de 2010

LA CRISIS DEL DESEMPLEO Y DE LA ECONOMÍA Y DEL ALIMENTO Y DE LA EDUCACIÓN... AH SÍ, Y DE LA AMISTAD

Hay veces que ya no sé qué pensar de la gente en general, o en particular también. Yo entiendo que el ser humano tiene cualidades innatas muy hermosas, y por lo regular apelo a ellas; pero, en otras ocasiones, bien pueden portarse como verdaderos animales. Entiéndase: No es una ofensa para nadie en particular, solo comento el comportamiento que observo en la gente y que, tampoco es siempre, hay momentos específicos donde pueden perder la razón (y es que, con “animales” me refería a los seres animados que actúan por instinto y no por raciocinio).

El día de hoy me había levantado con un humor razonable –no súper feliz, pero tampoco enojado ni molesto--, Pero ahora estoy contrariado. No quiero plasmar gráficamente lo que sucede, porque no soy el único involucrado en el asunto, y tengo que respetar la individualidad. Solo pretendo desahogarme, liberar la ansiedad que me provocó este incidente; que tal vez sea una pequeñez, pero que no deja de ser molesto, incómodo, desesperante…

Confías en la gente, haces todo lo posible por llenar sus expectativas (y no hablo de las expectativas románticas, como cuando pretendes atraer la atención de alguien), tratas de que se sienta bien contigo, cómod@, feliz, que se sienta comprendid@... Pero, a pesar de todo lo anterior, no sirve de nada, o al menos, no de mucho.

Sí, estoy molesto con la… ¿falsa? Amistad que profesan algunos (no tengo la certeza de que sea falsa, pero hay momentos en los que no tengo tampoco la seguridad de su autenticidad).

Pareciera que únicamente cuando te necesitan, entonces acuden a ti con cara de que te han extrañado, y so pretexto de juntarse a platicar contigo, de disfrutar de un momento de “amigos como los de antes ¿te acuerdas?” te invitan a su casa, a tomar un café, o simplemente te llaman durante la hora que dura el relato de sus problemas y el ánimo o solución que puedas proporcionarles y, entonces, otros tantos meses sin saber de ellos.

¡ah! Pero claro, si el problema es tuyo, o simplemente las ganas de platicar con un amigo confiable provienen de ti, “[están] muuuyy ocupados, por que la verdad es que [tienen] un chorro de tarea, de pendientes en el trabajo, [tienen] que ir con su abuelita…”.

Francamente, sigo creyendo en la amistad pero, a fuerza de puntapiés, están logrando que deje de creer en la gente, en la parte humana del hombre (¿será que ya me había tardado?). Vuelvo a insistir, son cosas muy mínimas, pero un proverbio hebreo –y más propiamente bíblico—dice que “el que es fiel en lo mínimo, es fiel también en lo mucho”, y aunque el contexto se refiere a otra cosa, creo que bien puede aplicarse aquí. Por supuesto que yo no me las doy de muy “amigo perfecto”, pero la verdad –y los que realmente han sido mis amigos pueden confirmarlo y sin estar yo presente--, es que me esfuerzo para darles lo mejor que tengo.

Chale, la verdad que me pusieron chípil, y alomejor ya les aburrió esta patética entrada pero, ¿qué quieren? Se siente feo, y uno de los mejores medios de sacarlo y liberarte es escribirlo ¿no?

Yo no tengo idea de si la persona a la que me estoy refiriendo –o bueno, no me referí a ella en todo el texto, pero la persona que me puso así—sepa o no que es la razón de esta entrada. Pero por si las moscas, yo nada más digo que la sigo queriendo (él o ella), pero de favor le pido que deje de pensar mal de mi amistad, que me conozca mejor si es que eso hace falta.

Hasta ahí. No me quiero poner más sentimental de lo que pueda controlar. Mejor me largo ¿va? La neta hoy no están obligados moralmente a comentar por que la entrada es nefasta, les prometo que el perrito se queda amarrado con su correa al tubo de mi litera, pero si se conduelen de mi, pues perfecto, muy bien me harían sus palabras.

***INSERCIÓN DESPUÉS DE PUBLICADA LA ENTRADA***

Creo que tantos pensamientos sin rumbo fijo sueltos en mi cabeza me empiezan a afectar: En cuanto publiqué la entrada, y la rebicé haber como había quedado, me di cuenta de algo que, en mis cuatro sentidos, habría notado desde un principio. Y es que, ahora sé por qué tengo el problema que relato arriba. Leí la entrada y ví que todo estaba bien, pero al final decía: "Publicado por El enemigo público"... ¡Con razón!

Ya, me voy.