jueves, 19 de agosto de 2010

Criaturas por montones

Era una tarde tranquila y normal. El cielo estaba muy nublado, negro por donde lo vieras. Era evidente que la vecina se atormentaba… quise decir, que la tormenta se avecinaba. Aún así me parecía que había un aroma de paz en el ambiente. Estando sin mucho que hacer, mi mamá se me acercó y me propuso que la acompañara a ella y a mi hermana a la tienda de autoservicio, donde compraríamos lo esencial para sobrevivir la semana. Acepté y en seguida nos pusimos en camino. La música contenida en mi iPod me hacía más placentero el viaje y me hacía disfrutar aún más de aquella tarde… poco me imaginaba lo que me sucedería minutos después.

Nos apeamos de la camioneta y nos dirigimos a la entrada del establecimiento. Inmediatamente luego de haber cruzado la puerta, tuve la visión más horrorosa que jamás había imaginado: un enjambre compuesto por lo que parecían ser millones de criaturas extrañas y diminutas y que daban la impresión de salir de todos los recovecos de la tienda inundaban los pasillos, abarrotaban el ambiente y hacían que el aire se sintiera pesado, contaminado y dañino para mi cuerpo. Al mismo tiempo, entre toda aquella multitud de especímenes extraños, se movían otros más grandes que sí tenían la apariencia de seres humanos comunes y corrientes, pero lo que me hacía dudar de que lo fueran era que se movían con toda calma y tranquilidad entre aquel ejército de criaturitas, que incluso los tocaban y les hablaban sin inmutarse. Yo estaba horrorizado.

Lo peor del caso era que mi mamá y mi hermana parecían compartir la misma reacción que los humanos que se movían por la tienda, pues no se detuvieron ni se sorprendieron lo más mínimo ante tamaño espectáculo; más aún, me impulsaban a seguir avanzando hacia el interior de aquel infierno.

Yo no podía más… estaba a punto de soltar un tremendo alarido de desesperación en reacción a las estridentes vocecitas que lastimaban mis tímpanos y que procedían de las bocas de aquellas criaturas. Entonces sentí una mano en mi hombro que me sobresaltó hasta el punto de soltar un “¡ay!” de sorpresa, que también espantó a mi hermana, que era la que me tocaba. Tras recuperar la calma --si así le podemos llamar--, me dijo:
-¿Qué fregados te pasa? ¡Me asustaste!
Y le contesté inquieto y temblando:
-¿Pues qué no ves a donde estamos entrando? Y todas esas cosas moviéndose y llenando este lugar… ¡vámonos de aquí!
-Cómo eres payaso, ¿qué no ves que son niños? No sabía que le tenías fobia a los niños.

De pronto la venda cayó de mis ojos, y noté que esa era la razón por la que no podía distinguir bien esas figuras. Efectivamente, eran niños, acompañados por sus papás que estaban comprando todo tipo de artículos y llevándolos a las cajas registradoras para pagarlos. Entonces mi semblante cambió radicalmente; se dibujó una boba sonrisa en mi rostro y me puse colorado de vergüenza.

Sin embargo, aquella experiencia me hizo ponerme a pensar profundamente, y meditar sobre un asunto.

A mí siempre me han parecido muy bonitos y encantadores los niños; de hecho en mi caso personal, siempre quise ser un niño para siempre jamás, así tipo Peter Pan. Pero hay algo que sí me preocupó: ¿cómo era posible que hubiera tal falta de conciencia y consideración en las personas –sean casadas o no—como para estar trayendo niños a este mundo a diestra y siniestra como si fueran conejitos en criadero?

Pero dejemos el tiempo pasado en mis verbos, porque esto es precisamente lo que se ve hoy día. En lugar de que se reduzca la fabricación en serie de seres humanos diminutos, pareciera ser que hay un premio al que más logre tener. Es verdaderamente inconcebible, inconsciente, inhumano, inmoral, irrazonable, insensato y hasta estúpido el que, viendo cómo está la situación actual en cuanto a economía, salud, seguridad personal y familiar, alimentación, estabilidad moral y mental, etc, se sigan empeñando en llenar a este país de niños inocentes que solo vienen a sufrir injustamente.

No estoy criticando ni condenando a quienes tengan el deseo de tener un hijo y lo hagan realidad con toda responsabilidad. Esa es una decisión puramente personal, pero son más los niños traídos al mundo por irresponsabilidades que los deseados de verdad… pero no comencemos de nuevo.

Total, si quieren tener hijos sin control, váyanse a Europa donde el promedio de edad es de puro vejete.

Ya, lo dije y lo sostengo.

* * *

Por cierto, me disculpo por mi ausencia en estos parajes, mas no andaba muerto, andaba de parranda. No les prometo escribir muy seguido, pero tampoco los abandonaré.

* * *

Nota:
Si ya están esperando un hijo y este post les hizo reflexionar sobre la irresponsabilidad de traer niños sin control, no sean tarugos y no piensen en el aborto. Ups, creo que no lo habían pensado hasta que lo mencioné.¬¬ Total, olvídenlo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también andaba de parranda jajaja...

No le tengas miedos a los niños, en unos cuantos años más estaremos igual que en Europa y entonces te darán miedo los viejos!

Danielov dijo...

"En unos cuantos años"... ¿cuántos, unos 60 para que alcancen la senectud la pila de niños chorreados que pululan hoy día las favelas de nuestras mexinacas ciudades?

Yo abogaría por medios más fascistas, como la esterilización selectiva en sector salud. Total, ya la Santa Madre Iglesia dice que el gobierno está urdido con los malthusianistas para controlar la población tercermundista, pues que lo digan con provecho, jejeje.

Saludos.

Khristi dijo...

Además de todo, los pobres niños nacen cada vez más imperfectos que apenas dos generaciones anteriores.

La gente "normalmente" comienza a utilizar lentes hasta entrados los 40... cuando ahora, conozco a una pequeña niña de tan solo 2 años que ya usa, sin los cuales no ve absolutamente nada... 2 AÑOS!!!

Pero pareciera que dan premios por cada escuincle que se tenga... rayos.

Pith Zahot, El enemigo público dijo...

No lo creas Gracielawer, en esos cuantos años nacerán 3784359 niños más.

Usted Danielov tiene razón, deberíamos regresar a aquellos tipos de gobiernos más radicales y que eran más funcionales¬¬

Debido a la imperfección de los niños y su deformidad mi querida cristy, también por eso los vi como criaturas extrañas al entrar a la tienda, unos sin una orejita, otros con lentes, otros con seis dedos, otros con dos naricez, otros con dos ojos... pero de pescado, y así por el estilo.

Eny dijo...

Yo por eso tengo un perro (: y lo amo jajaja y lo tengo por decicion propia (osea esta no es una comparacion ehh xD y buuu yo no ando muerta pero aunqe qiera tampoco ando de parranda grrr qe estres! bueno no jaja saludos

María dijo...

COMPLETAMENTE DEACUERDO

Ya que tengo una hija, que tengo sus responsabilidades, que tuve los dolores de traerla al mundo, de criarla, vestirla, alimentarla, calzarla y de más etcéteras, es que me doy cuenta de que LA MAYORÍA de la gente sólo tiene hijos a lo pendejo y lo toman muy a la ligera, no hablo de números, hablo de la actitud paternal que tienen. Sólo tienen hijos por instinto y los van regando por la vida para ver "que pasa".

Me da terror saber que mi hija tiene por compañeros de generación a un bulto de criaturas desplazadas. TERROR.

Novak dijo...

Ammm ¿Este post es patrocinado por... el PREVENIMSS? D:

Muy bueno.

ADRI dijo...

yo casi estallo de coraje cuando, sabiendo y conociendo tantos métodos anticonceptivos, las chicas se siguen embarazando. si la regaste al momento... está la pastilla, por un coño!!!, perdón, no puedo evitarlo.

definitivamente una decisión de mucha responsabilidad, y admiro a quienes toman la decision, y si es que la cajetearon, pues q d perdido se preocupen por ellos.

una amiga mía dice que mejor adoptaría... "¿para qué traer más escuincles?" (en palabras de ella)