lunes, 31 de enero de 2011

El corsé, el acantilado, el camino, la gallina, Colosio... ¡lotería!

El otro día, al desperdiciar mi valioso tiempo viendo programas sin ningún sentido, me topé con la risible noticia de que está a punto de salir al público la película de Los piratas del Caribe en su cuarta entrega. Ya había oído algo al respecto, pero ingenuo yo, todavía dudaba que tal incidente fuera posible. Sin embargo, hasta trailer y todo tienen ya.

A mí en lo personal me parece ridículo, primero porque una cuarta entrega nunca es buena, o casi nunca. Además de que la historia ya había finalizado bien con la anterior. Pero total, lo hecho, hecho está. Además les confieso aquí, hermanos bloggers, que sí me la reventaré en cuanto se haga pública, por el mero morbo de saber con qué me saldrán esta vez.

Ah, pero yo no venía a publicitarles esta película. Por el contrario, vengo a revelarles el secreto de la trama de la primer película, La maldición del Perla negra.

Todos, o casi todos hemos disfrutado de esta cinta varias veces, pero, ¿se han puesto a pensar qué fue lo que desencadenó toda la maraña de sucesos en dicha película? Tanto la aventura de Jack Sparrow, como la historia de amor entre Elizabeth y Will y todo lo demás. Bueno, pues aquí en exclusiva lo sabrán:

Sencillamente, todo fue ocasionado por un corsé.

¡De verdad! Si Elizabeth no se hubiera vestido con él en la ceremonia de presentación de James Norrinton como Comodoro, nada de lo que vemos en la película hubiera ocurrido. Porque al sentirse demasiado sofocada y al recibir poco o nulo oxígeno, ella perdió el conocimiento justo cuando Norrinton le proponía matrimonio. Al desmayarse, se desplomó por el acantilado yendo a parar en el agua, lo que provocó que el medallón de oro azteca que portaba debajo de su vestido, lanzara un llamado a los piratas malditos comandados por Barbosa.

Ellos vienen y asaltan la isla, tomando como prisionera a Elizabet. Debido a esto, Will se hace el valiente y quiere ir en su rescate, impulsado por el que parece ser un amor ferviente hacia ella. Pero para lograr su rescate necesita la colaboración del afamado pirata Jack Sparrow, quien ya se encontraba tras las rejas y condenado a ser muerto en la horca. Will lo libera y ambos parten en busca del tesoro (que constituye en Elizabeth para Will, y el Perla negra para Jack).

¿Lo ven? Todo fue por culpa del corsé. Pero veamos el otro punto de vista:
Si Elizabeth no hubiera portado dicha prenda, no hubiera desmayado en tan trascendental momento; por lo que probablemente, hubiera desposado al Comodoro y la historia entre Will y ella quedaría anulada. Además, no hubiera existido el llamado del medallón a los piratas malditos y nunca hubieran asaltado la isla, o por lo menos no en ese momento. De ser así, Jack habría muerto colgado irremediablemente.

Así pues, debemos agradecer a la moda que ya no se utilicen en la actualidad este tipo de prendas, porque su uso puede desencadenar una larga secuencia de sucesos tanto desafortunados como increíbles… ¿no creen?

¡Ah! Pero la cosa no queda ahí. De esta película podemos extraer aún más conclusiones y hasta moralejas. Noten, por ejemplo, que el papá de Elizabeth es quien le compra el vestido y la prenda antes mencionada, además de que la hace utilizarlos para sus fines egoístas, que son el que ella llegue a atraer la atención del comodoro, y con ello conseguirle un esposo de categoría. Por lo tanto, el culpable de todos los consecuentes sucesos es el padre.

De aquí podemos darnos cuenta de que los papás hacen que el mundo quede patas para arriba con sus decisiones, ¿no? Si los jóvenes gobernáramos, sería todo mejor. Y la prueba está en que, cuando Will le propone al consejo militar encabezado por el comodoro, que le pregunten o sobornen a Jack para que les ayude a perseguir el barco en que va prisionera Elizabeth, el Comodoro erróneamente infiere que Jack no puede saber nada al respecto y desprecia la propuesta de Will. Pero resulta que efectivamente es Jack el único que puede guiarlos al barco valiéndose de la brujulita mágica que porta.

Aunque claro, si Elizabeth hubiera hecho caso de las recomendaciones que seguramente su papá le hizo cuando era pequeña de no acercarse demasiado a la orilla de un acantilado, definitivamente no hubiera caído por él al desmayarse… aunque de ser así, no hubiéramos disfrutado de tan grandiosa trilogía, así que ¡Elizabeth hizo lo correcto al desobedecer a su padre…! ¿o no…? Ok, creo que ya me clavé. Tal vez es un círculo vicioso y otra de las incógnitas de la vida, como esas de que de cuál barrio es Paquita, Cuál camino cruzó la gallina, por qué Paquito ya no hará travesuras… ¿pues qué le pasó? Cómo sabe el Lonje Moco las historias que nadie sabe y nadie supo, quién mató a Colosio, Daiana violó o no a Kalimba, si es cognoscible el ser, qué significa lo anterior, etc…

Tal vez todas las respuestas tengan que ver con un corsé.

5 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Pero si Elizabeth no hubiera nacido no habría protagonista de la película.

Jonathan R. dijo...

buajajajajajaja....tienes mas tiempo libre del que pensé, y le sacas mas provecho al aburrimiento que nadie mas, XD
Definitivamente, todo fue culpa del corsé, aunque si lo vez bien, fue la mucama la que le apretó el corsé con tal sentimiento de odio, que casi le hace los pulmones polvo. Tal vez, fue ella la causante de todo lo ocurrido, XD

Anónimo dijo...

Creo que tienes un talento detectivesco para descifrar las incógnitas de la vida... y también creo que tengo que volver a ver esa película!

Saludoss :)

Danielov dijo...

Ahhh, sí... ¿cómo me dijo que va en su asunto de búsqueda de trabajo?

Jejejeje, saludos.

Khristi dijo...

ps que bueno que el corsé entró en la escena
pues la peli estuvo muy buena...

salió un verso sin esfuerzo.