viernes, 30 de julio de 2010

crunch-crunch

Les tengo una mala, muy mala noticia: tristemente no podré continuar relatándoles la Historia de Nadie, e incluso ya no podrán ver por aquí los capítulos anteriormente publicados. Las razones son personales y de peso, así que no me juzguen, ¿de acuerdo? Sin embargo, no todo es malo, pienso recompensarlos. Como prueba de ello les traigo un pequeño relato que espero que les agrade. Pero recuerden, que cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

* * * * *

Todos sabemos que hay momentos en la vida en que es maravilloso encontrarse con un amigo de la infancia luego de años de no saber nada de él.

Así le sucedió a su servilleta, y como es lógico, no quisimos dejar pasar la oportunidad de irnos a comer juntos, ya que disponíamos de unas horas libres, y ya de paso, también tomar unos alimentos.

Y es que con tanto tiempo sin vernos, teníamos mucha gente qué comer. Así que el chisme empezó en cuanto subí a su automóvil.

Al llegar al restaurante, escogimos una mesa cómoda, amplia y apartada donde pudiéramos estar a gusto, puesto que lo que teníamos qué decirnos era de gran trascendencia.

En seguida fuimos atendidos por una mesera que… bueno, con decirles que en cuanto nos tomó la orden y se retiró para traernos lo que le pedimos, mi amigo la devoró con la mirada. Ya se imaginarán cómo estaba.

No tardó mucho en regresar la chica con nuestros platillos, y mi amigo seguía alimentando su imaginación.

Entonces no tuvimos más fuerza de voluntad, y sin poder soportarnos más (las ganas claro, él y yo nos caemos rebien), comenzamos a comernos una gordita de carnitas. Y es que me empezó a contar unos chismes de ella… sobre todo porque nos caía bien gorda a los dos. Y vaya que está gordita de carnitas, de cachetes, de papada, etc. Entonces sí empezamos a degustar nuestros platillos, para que no se enfriaran.

Cuando estábamos en eso, se le ocurrió preguntarme al muy infeliz, que si sabía cómo se hacían los bebés. --¡Por favor! ¡Pero si estás en la universidad!--, le dije indignado. Y él me insistía que le dijera cómo era que se hacían los niños. A pesar de mi incomodidad, tuve qué contestarle y le dije:
-Pues… se hacen… bueno, depende mucho.
-Pero ¿depende de qué? –Me preguntó el descarado. –Pues… depende de lo que coman, así se hacen, idiota…

Él asintió, y continuamos comiendo gente. Mientras estaba contándome sus vivencias, extendió la mano y tomó una pierna de pollo sin que yo pudiera detenerlo. Entonces ocurrió lo inevitable: la chamaca agredida le hizo comerse tremenda bofetada, que a mi amigo no le quedaron ganas de contestarle, y ella se alejó súper enchilada.

Pero la cosa no paró ahí. Cuando terminamos con nuestros alimentos se me antojó algo más, así que llamé a la mesera y le pedí que nos trajera unos cueritos bien preparados, y que fuera cuanto antes, y junto con ellos unas cervecitas para disfrutarlos mejor. Ella lo apuntó y se alejó. ¡Cuál sería mi sorpresa cuando vimos regresar a la chamaca ésta con tres strippers listos para la acción, y claro, con las cerbezas que pedí! ¡Úuups! ¿Tendríamos facha de gays, para que la mesera entendiera tan literal mi pedido? Bueno, no era momento de masticar el asunto. En seguida tomamos las sillas como defensa para evitar que se nos acercaran mientras nos explicábamos con ellos. Entonces la mesera lo digirió y entendió lo que pedíamos. Los muchachos se retiraron meditabajos y cabizbundos, y nosotros nos volvimos a sentar. Obvio nos quedó un mal sabor de boca por el momento que pasamos.

Ya para retirarnos, por si me faltaba algo, cuando pedimos la cuenta y mientras esperábamos que nos la trajeran, le empecé a contar a mi amigo que sufría de problemas estomacales y también que sufría de colitis. Claro que él se extrañó, pues no veía la razón de mis malestares. El problema fue que yo no noté que la guapísima mesera –que con motivo de tantas cosas que me habían ocurrido en su presencia, ya comenzaba a parecerle simpático y parecía coquetearme—se acercó a darnos la cuenta, justo cuando yo le decía a mi amigo que traía el intestino muy inflamado y me urgía ir a desempacar, evacuar, descomer, etc. La niña hizo cara de asco y se alejó rápidamente… ¡qué coraje! Así fue que se cumplió en mí el dicho de:
Del plato a la sopa, se cae la boca.
O esa es la idea.

Cuando íbamos de salida del lugar, mi amigo tomó un tenedor y picó con él un sope que era de la señora de la mesa de al lado (sí, al sope, tonto, tarado, etc, de su esposo), pero la mujer lo defendió en seguida y le sacó el mole a mi amigo… un plato de mole que pidió para llevarle a su mamá.

Vaya aventuras, por eso no es nada bueno encontrarte con este tipo de amigos ocasionales, puesto que te meten en muchos líos. Lo bueno de todo esto es que me dejó una moraleja: siempre acude al baño antes de ir a comer con un amigo.

9 comentarios:

Alchemywen dijo...

Wow... primera en comentar :D
Amm, no sé que fue lo amm... que no me gustó jaja, más porque a estas horas ceno y ya te imaginaras... moteada en la pc, comiendo un delicioso pambazo jajaja, pero ya, hablando en serio, no me gustó tu entrada y me dirás payasa, pero no me dió risa, sólo fue extraño y algo de pena agena.

Y amm... "cerbezas" es con "v".

Me quitaste mis ganas de leer en este momento. Sorry

Chao

Diana Vzqz dijo...

bueno, ¿que decir?
la verdad que a mi en lo personal no me agrada esa forma de comparativos o de hablar
¡puesto que termino sin entender nada!
y bueno ya no se si te refieres a comida o a personas
valla aventuras que tienes tú
pero que se le ah de hacer?
todos tenemos diferentes tipos de aventuras
si tu escucharas las mías.
mejor aun no las escuches,
jaja
bueno sin mas que comentar me retiro
ultimamente eh estado activa en mi blog y con la publicidad así que en un ratico que tengas libre la vicitas
me largo, sin entender ni una sola frase.
atte:-DwK-

Jonathan R. dijo...

Bueno, empezando porque fue un cambio radical con respecto a la ultima crónica, fue una salida entre amigos extraña, mucho a mi parecer. Y como dijo Alchemist, pues fue algo de pena ajena, pero interesante y entretenido, con todo y que no entendí cual fue la moraleja de la historia, pero son tus amigos, tu sabrás como sobrellevar esas situaciones, XD
Y tienes toda la razón, a veces es bueno reencontrarse con viejos amigos, pero nunca se sabe que podría pasar en una salida de esas.

Cambiando de tema, y aprovechándome un poco de ti, XD, me gustaría que pasaras por mi blog ya que postie algo nuevo para mi, se parece un poco a las cosas que tu haces, a escribir historias me refiero, ya que tu sabes que lo mio son reflexiones, y este es algo muy diferente y no se mucho de esas cosas.
Me fascinaría si me pudieras decir que tal te parece, y si vale la pena continuar con esa manera de postear, XD

Como siempre todo un escritor, mi estimado Pith, y mira que a mi si me gusto, pero me gustaría que para la próxima no elijan un lugar tan publico para ponerse al día.

Anónimo dijo...

Jajajajajaja me he reído durante todo el relato, con la mesera que se comían mientras devoraban a la gordita y los strippers que los querían probar, y que si los niños que comen mole se hacen en el restaurante por la colitis (obvio) y le dio asco a la chica del pollo que le agarró el zope al señor de la mesa de enfrente... jajaja genial tu relato...

Lo que me dejó mal sabor de boca fue eso de que la Historia de Nadie quedará inconclusa.

Por cierto... dile a Alchemist que tiene razón: "cerveza" se escribe con V.
Y "ajena" con J...

Jajaja.. Saludos!

Pith Zahot, El enemigo público dijo...

Primero, no te diré payasada Gost, cada quién sus opiniones. Lo que sí lamento es haberte quitado el apetito y las ganas de leer.

Lo siento Dwk, pero creo que no me es extraño que no entiendas mis post...¬¬

Por supuesto que pasaré a tu blog Jadyland y gracias por comentar siempre.

Gracielawer, ¿sabes que te adoro? Eres la única hasta ahora que entendió el maldito sentido de mi post!!! Diría Timbiriche: "tú y yo somos uno mismo"¬¬

Novak dijo...

vaya restaurantes, tener strippers listos para el cliente que los solicite xD

Pero espera... ya no mas relatos de tus friends? :S ni modo.

Khristi dijo...

Ay no, tanto hablar del tema me ha dado apetito... de comer un italiano mientras degusto un platillo de gente...

ooossshhh!! ya se me pegaron tus enredos.

Danielov dijo...

Hermano, aunque usted ya ha desarrollado un estilo con base en retruécanos de esta ralea, ora sí se pasó de rosca.

Citando una frase de mi profesor de Métodos de Investigación y de Taller Integral, la cual él tomó de los trabajos de Carlos Pereda, puedo decir que usted se quedó en el vértigo argumental. Es decir, abusó de una figura retórica (en este caso) hasta el hastío, haciendo que su uso perdiera todo sentido. y siguió y siguió.

No fue un desatino total. Esencialmente, como historia no deja de ser divertida. Aún así, la concatenación de absurdos ad nauseam le resta mucho.

Camarada, sabe que se le quiere. Confío en la continua correción de su redacción. No por ello espero que cambie su estilo, pero sí que amplíe su repertorio estilístico.

Espero no haberme pasado de sangrón. Saludos.

Pith Zahot, El enemigo público dijo...

Danielov, retírese de aquí, o me lo como¬¬