Había sido un día largo, no tanto como cuando creía que tenía el poder de conquistar el mundo a la noche, pero lo suficiente como para fatigar mi espíritu y mi cuerpo. Llegué a casa sin ánimos de hablar, ni siquiera de encontrarme a nadie antes de tropezar con la cama. Sin embargo, me topé con una silla cómoda en el camino, y para recuperar un poco de energías de manera que me permitieran arrastrarme hasta la cama, decidí sentarme.
Entonces lo vi, o lo escuché, o lo sentí… realmente no lo recuerdo. Ahí estaba parado frente a mí con las manos tapándose la cara y con el evidente ademán de querer llorar.
-Cállate –le dije--. ¡Cállate! No quiero que empieces de nuevo, ya sé que cuando estás así es porque algo hiciste. No entiendes, ¿verdad? Cada que tú pierdes el equilibrio en algún asunto, el que termina pagando los platos rotos soy yo. A ti nadie te ve, nadie te conoce, no pueden echarte la culpa sobre nada. En cambio a mí… ¡a mí! Todo mundo puede culparme de lo que tú haces sin que se den cuenta siquiera de que te lo advertí antes. Pero además, si te hacen daño, ¡yo soy el que tiene que andar cuidándote hasta que te recuperes! ¿Te acuerdas de aquella vez, Corazón, cuando te embriagaste de amor? Sí, fue terrible. Tus incoherencias al hablar brotaban sin control. Vomitabas palabras dulzonas y empalagosas, mezcladas con sentimientos de esperanzas e ilusiones sin fundamento; y claro, todo por el exceso de amor en tu estómago y que rápidamente se filtraba en tus venas… el que no vomitabas en el suelo de la habitación, claro. No podías ni caminar, pues no mantenías el equilibrio sobre tus dos prioridades. Y por si fuera poco, la típica necedad del borracho… imposible hacerte razonar. Y lo peor: apestabas a amor tan intensamente que penetrabas toda la casa.
-No seas exagerado, si fue muy bonito todo aquello, se sentía tan bien… parecía estar volando, como si fuera caminando sobre las nubes…
-¡Cállate! Ni me lo menciones, porque cada que empiezas a decirlo es porque traes algo entre manos. Se te olvida lo que pasó después, ¿verdad? Acuérdate de la tremenda cruda que te dio. No querías que te hablara, que te dijera el mal que habías hecho porque mis palabras lastimaban tus oídos y las sentías demasiado fuertes para ti, sin darte cuenta que era yo el único que te quería ayudar. Ya no te soporto, ¿sabes? No solamente es cuando te da por enamorarte; también sueles perder el control con tus resentimientos, tus malditos celos, tu rabia, etc. ¿Crees que es fácil andar enmendando lo que provocas en las demás personas? Y todo por no hacerme caso cuando te doy mis consejos. ¿No ves que la Razón debe mandar sobre tí? Pero en fin… ¿ahora qué es lo que te pasa?
-No es nada, solo que ayer me dieron una bofetada en plena cara y creo que no me lo merecía. Y ya me conoces, en el instante me dio mucho coraje, pero ahora tengo que llorar para desahogarme.
-Lo sé, yo tampoco entiendo del todo por qué la gente te trata así a veces; porque no eres malo, aunque seas molesto.
-Gracias…
-De todas formas, Corazón, siéntate aquí y abrázame, que tal vez yo también necesito un poco de descanso y consuelo por parte tuya.
Entonces se sentó a mi lado y me abrazó. Por supuesto, no pudo contenerse. Es un insoportable sentimental, así que rompió a llorar suavemente sobre mi hombro. Claro que me compadecí al verlo así, pero tampoco podía hacer demasiado por consolarlo, también yo me sentía mal. Cuando la Razón de la demás gente holgazanea sin cesar, me confunde tanto el actuar de esa gente que me fatiga mucho el descifrarlo. Por eso, lo único que atiné a decirle fue:
-No hagas caso, esa gente no sabe lo que hace. Mañana te voy a ayudar a que conquistes a una mujer hermosa, ¿quieres?
Por primera vez en la noche, lo vi sonreír. Espero que no se enoje conmigo cuando descubra que solo fue un embuste. No puedo permitirle enamorarse otra vez.
11 comentarios:
Me he fijado que cuando leo sus entradas de este tipo, invariablemente recuerdo canciones de Calimba o de Camila. ¿A qué se deberá?
Estamos un poco deprimidos, no Pith?? Será que nos contagiamos mutuamente?? Coincidencia?? Me gusta como has expresado todo, de arriba abajo, desde el principio al final.
Da igual que no quiera enamorarse, da igual que no puedas permitirselo porque lo hará de nuevo. El hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra y eso... bueno, cuesta darse cuenta. Solo puedes procurar no hacerle tanto daño...
Un saludo!! Me encanta!!!!
Uf! A diferencia de ti, que te da guacala comentar en mi blog pues "afecta tu reputación", yo sí comento con gusto en el tuyo. A veces -no lo niego- te criticaré y burlaré de ti, pero por ahora te diré que está padrísima esta entrada.
Espero que no sea necio.
Porque la necedad y el mal de amores caminan de la manita.
Me recuerda a las cosas que he escrito recientemente en cuanto al dilema de obedecer al corazón o a la razón, la verdad es que ninguno de los dos tiene la verdad absoluta, pero lo bueno es que el uno siempre puede contar con el otro, y sobre todo que el segundo tiene mucha paciencia para recibir al primero cada que regresa hecho añicos.
Me encantó esto, lo he escuchado en mi interior.
Besos :)
Noooo porque justo hoy me pones a leer esto ):
Supongo que todo mundo a tenido que consolar a uno de esos y aunque nosotros nos impongamos a dejarlos recaer lo aran de nuevo :S el corazon la verdad es un poco tonto (bueno bueno demasiado tonto) y por eso la primera en checar territorio deberia ser la razon y si es apto dejar tantito al corazon que experimente ... aunque igual si no es apto el corazon es muy necio ¬¬ y como siempre ignorara a la razon y se embriagara una y otra vez.
Otro problema es que a veces la razon considera apto un "territorio" y el corazon ni en cuenta, a el no se le puede obligar a nada! ni a aventarse ni a resignarse.
Ya ni que hacerle, te diria "animo" pero alguien sin animo no puede darlo :S saludos
y contrario a ti riendote en mi blog me has sacado una lagrima ): pero me a encantado soy masoquista xD
suerte
Danielov: No me compare con ellos, porque no tengo la voz de Calimba, ni la suerte de Mario de Camila, ni ellos saben escribir en blogs como yo lo hago.¬¬
Elly: ¿Coincidencia? Tampoco lo sé. Tal vez sea una especie de telepatía entre bloggers, en este caso tú y yo.
Khristi: No se esponje mijita, acuérdese que yo fui el primero en insistirle en abrir su blog, y soy el primero en insistirle en volver a publicar día con día. Ah, y gracias por tus flores.
Rouge: Sí lo es, solo que últimamente ha empezado a obedecer un poco más a la razón, pero le falta dominarse aún más.
Gracielawer: Es extraño como la razón sigue consolándolo y soportándolo a pesar de todo ¿no? Hasta lo necesita al lado para estar feliz.
Señorita Panque: El corazón no es tonto, es ingenuo. La razón le explica, pero él dentro de su ingenuidad y su candidez no lo entiende. No sé si sentirme mal por esa lágrimao sentirme alagado por ella. Como sea, aquí la recojo para guardarla entre mis recuerdos.
Gracias a todos los que post con post comentan. Solo tengo una duda: ¿por qué no paso de los 10 comentarios teniendo 24 seguidores, y siendo que algunos de los que me comentan no son mis seguidores? Como sea, gracias a los que leen sin comentar, porque si me leen ya es mucha ganancia.
Hum... te debo muuuchos comentarios, pero esta entrada te dije lo que yo pensaba de ella cuando hablamos por tel.
Pobrecito corazón... pero también entiendo a tu parte... habrá que inventar un medicamente anti-enamoramiento... oye, es una buena idea.
Jajaja, en fin, te quiero, nos vemos.
Chao
Es que vengo -porque sí he venido- y nunca sé qué comentar. Como ahora.
Oh si, el pinche corazón, ese que tan fácil cae pero tan difícil se olvida o repone. Y quien paga las cuentas y los dolores (aparte de él claro)? pues nosotros.
Sin embargo cuando a él le va bien, a nosotros nos va mejor.
¡Me encantó! Y te agradezco muchísimo que hayas pasado a mi blog a comentar sobre el cuentito... A veces es inevitable hablar de amor... y precisamente hoy subiré post de nuevo, aunque éste es sólo de desahogo. ¡!Leeré la segunda parte en este momento Deivid! ¡Un abrazo! :)
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