martes, 1 de marzo de 2011

Centro de almacenaje de cocacólicos anónimos (CACA)

Hoy, primero de marzo de 2011 es un día muy especial para mí. No lo era, hasta hoy; porque yo, Pith Zahot, alias El enemigo público hago una formal declaración ante todos los hermanos bloggers:
Primeramente hago oficial el anuncio de que a partir de hoy, se inaugura un centro de rehabilitación, cuyo director y fundador es su servidor. Dicho centro ayudará a rehabilitarse a las personas con un problema como el mío… y de ahí viene el anuncio más importante por comunicarles:
A partir de hoy prometo solemnemente ante todos mis lectores, que reduciré hasta eliminar el hábito de ingerir Coca-Cola hasta tiempo indefinido.

Sí señores, así como lo leen. Precisamente por eso decidí fundar este centro, que como ven en el título llevará el nombre de CENTRO DE ALMACENAJE DE COCACÓLICOS ANÓNIMOS (CACA).

“Pero ¿por qué “de almacenaje”?” Se preguntarán ustedes. Y la respuesta es muy simple.

El CACA cumplirá la función de rehabilitar a todas las personas que sufran el problema de la ingesta descontrolada del mencionado refresco u otros parecidos; pero para cumplir con el cometido, puede hacerse de dos maneras: si la persona reconoce que tiene un problema y por propia voluntad acepta la ayuda que se le brindará, entonces el almacenaje lo llevará en su interior, es decir, él mismo está encarcelando el deseo de beber refresco para que no se le escape.

Sin embargo, si la persona con dicho problema no acepta que lo tiene, ni la ayuda proporcionada, entonces el almacenaje será físico, pues tendrá que encerrarse a dicha persona en el CACA contra su voluntad, para someterla a diversas torturas físicas y psicológicas con el mero fin de que abandone el vicio (esto no equivale a una privación ilegal de la libertad, ni tampoco viola los derechos humanos... que quede claro). Nos reservamos el derecho de admisión y el derecho a revelar nuestros métodos de rehabilitación.

“¿Y por qué te decidiste a crear este centro y a dejar de tomar Coca, si eras tan feliz?” También se preguntarán.

Las razones son sencillas: El otro día felizmente me dispuse a disfrutar de unas suculentas gorditas de chicharrón con un grupo de amigos míos. Al llegar al establecimiento tomamos asiento y dimos nuestra orden al mesero. Pero cuando él preguntó qué íbamos a tomar, todos, absolutamente todos los demás pidieron aguas; de horchata, limón, jamaica, mineral… y únicamente yo tuve el descaro de pedir un refresco. Aquello me dejó pensando, además de que me dio harrrrta vergüenza. Ahí fue donde me di cuenta que tengo un problema y decidí remediarlo.

Pero por si fuera poco, al día siguiente mi hermana me contó una historia de terror, la cual yo ya conocía, pero ella me la contó en otra versión. Resulta que una amiga le enseñó a mi hermana un correo que unos amigos le mandaron a su amiga y que le mostró a mi hermana quien vino a platicarme lo que el correo decía y que unos amigos le mandaron a su amiga (de mi hermana)… (ok, me ofusqué) en donde escribieron las consecuencias a corto y largo plazo del exceso en el consumo de bebidas gaseoso-azucaradas. Aquello terminó por decidirme.

Habiéndoles expresado mis planes, requeriré de todo su apoyo moral y psicológico para cumplir con mi propósito. Pero también quiero saber quienes están a favor o en contra de mi decisión.

Además, las inscripciones al CACA están abiertas desde hoy para todo el iluso que decida entrar.

Por su cooperación, gracias.

Nota:
El contenido de este post es verídico en un 15%