Después de todas las batallas liberadas,
Todas las canciones cantadas
Y las ilusiones apiladas;
Este corazón, tanto que por ti ha sufrido,
Tanto que por ti ha latido
Y, ¿qué ha conseguido?
No supiste valorar lo que te di;
Así como aposté, ¡todo lo perdí!
Todo lo que gané, fue sólo nada…
El desprecio de la mujer por tanto tiempo amada
Tu belleza sin igual cayó en la mano equivocada.
Nadie como yo te ha conocido,
Nadie, a tu corazón, ha comprendido.
Aunque por tu orgullo no lo hayas aceptado,
El velo de tu indiferencia he razgado
Y la barrera de tus miedos he derrumbado.
Solo hay un miedo que no te pude arrancar
Y que tú tampoco quisiste superar:
No quisiste darme la oportunidad
De demostrarte que podría darte felicidad.
Pero no juzgo tu decisión,
Solo pido de tu parte comprensión;
Pido el cariño que una vez me diste
Y la amistad que tú me prometiste…
Si es que para eso no tienes objeción,
Niña ¡reina de mi corazón!
Y si aún así quieres cambiar de decisión
Y quiere correr el riesgo tu corazón,
Solo hazme una pequeña señal
Y comencemos el ritual
Para convertir este sueño en algo real.
De: David Martínez
miércoles, 31 de marzo de 2010
PENSAMIENTO LATERAL Y ACERTIJOS (SOLUCIONES)
Yo no sé si sea la edad, o las numerosas tareas que tengo que realizar a diario (Sarcasmo), pero he notado que últimamente se me van las cabras al monte a pastar, y eso que por lo regular no hay mucho de donde pastar en los montes. He estado tentado a tomar medidas más drásticas al respecto, más que solo poner un recordatorio en mi celular, o repetirme mentalmente varias veces lo que tengo que hacer para recordarlo, o incluso pedirle a alguien con buena memoria que me recuerde mis pendientes… más bien, debería amarrarme un hilito al dedo meñique ¿no creen?
Y ustedes dirán: “¿Y toda esta letanía para qué?”
Y yo les diré: “yo sabré lo que escribo, es mi blog ¿no?”
Y ustedes dirán: “¡muchacho majadero!”
Y yo les diré: si no les gusta, vayan a leer otro blog (pero me arrepentiré en cuanto lo diga, por que de por sí tengo pocos seguidores y corriéndolos…)”
Y ustedes dirán: “¡ajá! Esto se lo sacó de la familia peluche, cuando Adela Micha Conduce el programa Bigpeluche y pronuncia un diálogo parecido.”
Y yo les diré: “así es, está divertido ¿no?”
Y entonces nos reconciliaremos.
Pero, ¿qué iba a escribir? Ah, ya: la idea era publicar los resultados de los acertijos planteados hace algunos días. Y es que, como decía, se me había olvidado publicarlos.
Así que, si aún no los han leído o no los han tratado de resolver, y tienen ganas o curiosidad de hacerlos, dejen de leer esta entrada y busquen la que se llama “pensamiento lateral y acertijos” que se encuentra en las etiquetas “Críticas constructivas” o en “El mundo de hoy”.
Luego de leer dicha entrada y de resolver los acertijos a su juicio, entonces regresen a este y lean los resultados comparándolos con los suyos, y comprueven qué tan inteligentes son.
Luego dejen sus comentarios al respecto, porque, como dije el lunes, y ahora agravo mi amenaza: Al que entre, y no comente, le echo al perrito chihuahua tuerto del amigo Aquiles Jesús (y para los amigos Aquiles Jechu).
Así que, aquí están los resultados:
1. LO QUE DIJO EL REO: El reo dice: "Me vais a matar en la silla eléctrica". Y piensan los verdugos: si es verdad lo que ha dicho, no podemos matarlo en la silla eléctrica, puesto que esta forma de ejecución habíamos quedado en reservarla para el caso de que mintiera. Pero, por otra parte, si lo matamos en la horca, habrá mentido en su afirmación, así que tampoco podemos matarlo en la horca porque esta forma de matarlo era para el caso de que dijera la verdad.
2. LA MONEDA MAS PESADA DE TODA LA DOCENA: Jacinto separa las monedas en tres conjuntos de cuatro monedas cada uno. Coloca cuatro monedas en un plato y cuatro en el otro. Las otras cuatro monedas las deja sobre la mesa. Si los dos platos de la balanza se equilibran quiere decir que la moneda falsa es una de las cuatro de la mesa. En cambio si uno de los platos pesa mas que el otro, es éste el que tiene la falsa moneda. En la primera pesada, pues, averigua en cual de los tres conjuntos de cuatro monedas está la moneda falsa. La segunda pesada la hace colocando dos de esas cuatro monedas en uno de los platos y las otras dos monedas en el otro, con lo que logra averiguar en qué conjunto de solo dos monedas está la falsa. La última pesada, evidentemente, la hará colocando esas dos monedas una en cada plato. La que pese más es la falsa.
3. LAS PEINETAS DE LA FERIA: Si la tercera niña dijo "no, no puedo", se deduce ya que las dos niñas que estaban delante no tenían ambas peineta blanca, pues entonces hubiera deducido que la suya habría de ser roja, ya que solo hay dos blancas. Así que, una de tres, la primera era blanca y la segunda roja, o la primera era roja y la segunda blanca o las dos primeras eran rojas. Pero al preguntarle a la niña segunda dijo "yo tampoco puedo". Esto quiere decir que la primera, que es la única peineta que ve, no era blanca, porque entonces hubiera deducido que la suya era roja. Por tanto la primera de las tres niñas, al oír la segunda respuesta, supo ya que la peineta que llevaba sobre su cabeza era roja.
4. LAS ETIQUETAS: Supongamos que, por ejemplo, la primera caja tiene etiqueta de "bolígrafos", la segunda "grapas" y la tercera "lápices". Si el empleado abre, pongamos por caso, la primera caja, "bolígrafos" y ve que contiene grapas, ya sabe que la segunda, con la etiqueta "grapas", es la de los lápices y la tercera, con la etiqueta "lápices" es la de los bolígrafos, pues todas las etiquetas estaban erróneamente colocadas.
5. CON LOS RELOJES DE ARENA: Ponemos a vaciar simultáneamente los dos relojes de arena. Cuando se termine de vaciar el de 5 quedará tres minutos todavía al de 8. Le damos la vuelta al de 5 inmediatamente, con lo que cuando termine el de 8, es decir, cuando hayan pasado 8 minutos, habrán transcurrido tres en el de 5, por lo que, inmediatamente le damos la vuelta al de 5 para que termine dentro de tres minutos, que sumados a los 8 minutos medidos en el reloj de 8, son los 11 minutos que se pretendían medir.
6. REPARTIR LOS OCHO LITROS: El tonelero llenó la jarra de 3 e, inmediatamente, pasó su contenido a la jarra de 5. Luego volvió a llenar la jarra de 3 litros, con lo cual en la jarra de 8 ya solo quedaban dos litros. Empezó a añadir el contenido de la jarra de 3 al contenido de la jarra de 5, y le sobró exactamente un litro que quedó en la jarra de 3. Los cinco litros contenidos en la jarra de 5 los pasa a la jarra de 8, que contendrá ahora 7 litros, y el litro que permanece en la jarra de 3 lo pasa a la jarra de 5. Finalmente, desde los 7 litros de la jarra de 8 llena la jarra de 3 y añade su contenido a la jarra de 5, que como contenía un litro, ahora contendrá 4 litros, mientras en la jarra de 8 también quedan 4 litros.
7. LAS CANICAS: Juan tenía 5 y Raúl tenía 7.
8. EL BOCATA COMPARTIDO: Las 20 pesetas del fondo no hay que sumarlas, sino restarlas. No falta dinero, pues han pagado 270 pesetas menos 20, o, sea, 250 pesetas, por el bocata, y las otras 20 pesetas quedaron en el fondo.
9. PROBLEMA DEL PASO DEL RÍO: Debe pasar primero a la cabra y dejarla en la otra orilla. A continuación, volver a por el lobo y dejarlo también en la otra orilla, pero regresando a buscar el arbusto volviendo a traerse a la cabra, para que el lobo no la mate. Dejará la cabra en la orilla inicial y se llevará al arbusto que dejará en la otra orilla junto al amigo lobo. No queda sino regresar a recoger de nuevo a la cabra.
10. LA CESTA DE LOS HUEVOS: 59 huevos
¿Cuántos lograron resolver correctamente?
Cumplido mi deber con mis lectores intelectuales, ahora estaré más tranquilo. Ya sé porqué no podía dormir durante estas semanas. Ojalá los disfruten.
Y ustedes dirán: “¿Y toda esta letanía para qué?”
Y yo les diré: “yo sabré lo que escribo, es mi blog ¿no?”
Y ustedes dirán: “¡muchacho majadero!”
Y yo les diré: si no les gusta, vayan a leer otro blog (pero me arrepentiré en cuanto lo diga, por que de por sí tengo pocos seguidores y corriéndolos…)”
Y ustedes dirán: “¡ajá! Esto se lo sacó de la familia peluche, cuando Adela Micha Conduce el programa Bigpeluche y pronuncia un diálogo parecido.”
Y yo les diré: “así es, está divertido ¿no?”
Y entonces nos reconciliaremos.
Pero, ¿qué iba a escribir? Ah, ya: la idea era publicar los resultados de los acertijos planteados hace algunos días. Y es que, como decía, se me había olvidado publicarlos.
Así que, si aún no los han leído o no los han tratado de resolver, y tienen ganas o curiosidad de hacerlos, dejen de leer esta entrada y busquen la que se llama “pensamiento lateral y acertijos” que se encuentra en las etiquetas “Críticas constructivas” o en “El mundo de hoy”.
Luego de leer dicha entrada y de resolver los acertijos a su juicio, entonces regresen a este y lean los resultados comparándolos con los suyos, y comprueven qué tan inteligentes son.
Luego dejen sus comentarios al respecto, porque, como dije el lunes, y ahora agravo mi amenaza: Al que entre, y no comente, le echo al perrito chihuahua tuerto del amigo Aquiles Jesús (y para los amigos Aquiles Jechu).
Así que, aquí están los resultados:
1. LO QUE DIJO EL REO: El reo dice: "Me vais a matar en la silla eléctrica". Y piensan los verdugos: si es verdad lo que ha dicho, no podemos matarlo en la silla eléctrica, puesto que esta forma de ejecución habíamos quedado en reservarla para el caso de que mintiera. Pero, por otra parte, si lo matamos en la horca, habrá mentido en su afirmación, así que tampoco podemos matarlo en la horca porque esta forma de matarlo era para el caso de que dijera la verdad.
2. LA MONEDA MAS PESADA DE TODA LA DOCENA: Jacinto separa las monedas en tres conjuntos de cuatro monedas cada uno. Coloca cuatro monedas en un plato y cuatro en el otro. Las otras cuatro monedas las deja sobre la mesa. Si los dos platos de la balanza se equilibran quiere decir que la moneda falsa es una de las cuatro de la mesa. En cambio si uno de los platos pesa mas que el otro, es éste el que tiene la falsa moneda. En la primera pesada, pues, averigua en cual de los tres conjuntos de cuatro monedas está la moneda falsa. La segunda pesada la hace colocando dos de esas cuatro monedas en uno de los platos y las otras dos monedas en el otro, con lo que logra averiguar en qué conjunto de solo dos monedas está la falsa. La última pesada, evidentemente, la hará colocando esas dos monedas una en cada plato. La que pese más es la falsa.
3. LAS PEINETAS DE LA FERIA: Si la tercera niña dijo "no, no puedo", se deduce ya que las dos niñas que estaban delante no tenían ambas peineta blanca, pues entonces hubiera deducido que la suya habría de ser roja, ya que solo hay dos blancas. Así que, una de tres, la primera era blanca y la segunda roja, o la primera era roja y la segunda blanca o las dos primeras eran rojas. Pero al preguntarle a la niña segunda dijo "yo tampoco puedo". Esto quiere decir que la primera, que es la única peineta que ve, no era blanca, porque entonces hubiera deducido que la suya era roja. Por tanto la primera de las tres niñas, al oír la segunda respuesta, supo ya que la peineta que llevaba sobre su cabeza era roja.
4. LAS ETIQUETAS: Supongamos que, por ejemplo, la primera caja tiene etiqueta de "bolígrafos", la segunda "grapas" y la tercera "lápices". Si el empleado abre, pongamos por caso, la primera caja, "bolígrafos" y ve que contiene grapas, ya sabe que la segunda, con la etiqueta "grapas", es la de los lápices y la tercera, con la etiqueta "lápices" es la de los bolígrafos, pues todas las etiquetas estaban erróneamente colocadas.
5. CON LOS RELOJES DE ARENA: Ponemos a vaciar simultáneamente los dos relojes de arena. Cuando se termine de vaciar el de 5 quedará tres minutos todavía al de 8. Le damos la vuelta al de 5 inmediatamente, con lo que cuando termine el de 8, es decir, cuando hayan pasado 8 minutos, habrán transcurrido tres en el de 5, por lo que, inmediatamente le damos la vuelta al de 5 para que termine dentro de tres minutos, que sumados a los 8 minutos medidos en el reloj de 8, son los 11 minutos que se pretendían medir.
6. REPARTIR LOS OCHO LITROS: El tonelero llenó la jarra de 3 e, inmediatamente, pasó su contenido a la jarra de 5. Luego volvió a llenar la jarra de 3 litros, con lo cual en la jarra de 8 ya solo quedaban dos litros. Empezó a añadir el contenido de la jarra de 3 al contenido de la jarra de 5, y le sobró exactamente un litro que quedó en la jarra de 3. Los cinco litros contenidos en la jarra de 5 los pasa a la jarra de 8, que contendrá ahora 7 litros, y el litro que permanece en la jarra de 3 lo pasa a la jarra de 5. Finalmente, desde los 7 litros de la jarra de 8 llena la jarra de 3 y añade su contenido a la jarra de 5, que como contenía un litro, ahora contendrá 4 litros, mientras en la jarra de 8 también quedan 4 litros.
7. LAS CANICAS: Juan tenía 5 y Raúl tenía 7.
8. EL BOCATA COMPARTIDO: Las 20 pesetas del fondo no hay que sumarlas, sino restarlas. No falta dinero, pues han pagado 270 pesetas menos 20, o, sea, 250 pesetas, por el bocata, y las otras 20 pesetas quedaron en el fondo.
9. PROBLEMA DEL PASO DEL RÍO: Debe pasar primero a la cabra y dejarla en la otra orilla. A continuación, volver a por el lobo y dejarlo también en la otra orilla, pero regresando a buscar el arbusto volviendo a traerse a la cabra, para que el lobo no la mate. Dejará la cabra en la orilla inicial y se llevará al arbusto que dejará en la otra orilla junto al amigo lobo. No queda sino regresar a recoger de nuevo a la cabra.
10. LA CESTA DE LOS HUEVOS: 59 huevos
¿Cuántos lograron resolver correctamente?
Cumplido mi deber con mis lectores intelectuales, ahora estaré más tranquilo. Ya sé porqué no podía dormir durante estas semanas. Ojalá los disfruten.
Categoría:
Críticas constructivas,
El mundo de hoy
lunes, 29 de marzo de 2010
¡HASTA PARA ROBAR SON MALETAS!
Era un hermoso día soleado de… bueno, no recuerdo la estación del año, pero debió de ser hermoso el día. Yo era uno más de los estudiantes de aquella secundaria que aún permanece en mis recuerdos, y cursaba segundo año de dichos estudios. Aquel día, dentro de nuestro horario de clases estaba Educación Física (Patéticamente llamada por el programa de educación en nuestro maravilloso país, porque, en la mayoría de las escuelas, ni es educación, ni tampoco son ejercicios que verdaderamente desarrollen el físico del alumno, y no me refiero a que sea un equivalente a un gimnasio, pero ¡por favor! La mayoría de los maestros que las imparten trabajan su medio turno de educadores, y el otro de ingenieros de reubicación de tierra (albañiles)).
Ahora bien, para que se entienda el contexto de esta anécdota, he de aclarar que yo no participaba en dicha clase debido a mi supuesta falta de capacidades, puesto que es muy complicado para mí realizar los intrincados movimientos corporales a los que son sometidos los alumnos (sarcasmo). Por lo cual, comúnmente esperaba la clase entera sentado en una banca de la zona del patio principal de la escuela, donde mis demás compañeros se esforzaban por cumplir con las altas exigencias del mentor. Y claro, poniendo en la balanza si prefería explicar y demostrarle al profesor que yo sí podía realizar dichos ejercicios, o bien, quedarme una clase entera echando flojera, comprenderá el lector que no iba a desperdiciar tan buena oportunidad (insisto: Los ciegos somos tontos… ¿eeeh?).
Ah, ahora recuerdo la fecha del año en que se desarrollaron los acontecimientos que voy a narrar: debió de ser algún día durante el invierno, por que, como verá el lector a continuación, yo permanecí dentro del salón ese día debido a que me era difícil mantenerme a la intemperie y conservar el calor corporal sin hacer ningún movimiento para lograrlo… entonces no era un día soleado ni tan bonito…
Cómo iba a imaginar lo que sucedería a continuación: El silencio era absoluto, bueno, con excepción de los intermitentes gritos que procedían de algún lugar lejano dentro de la misma escuela. Yo repasaba algunos apuntes de clases pasadas (créanlo o no, me gustaba aprovechar aquel tiempo para leer mis notas sobre clases que verdaderamente eran de mi interés como Matemáticas, Física elemental, o incluso Química). Cuando, de pronto, alguien entró sigilosamente en el salón.
Claro, no era nada extraño que de vez en cuando alguien entrara en busca de algún objeto personal olvidado en su mochila, o bien alguna compañera que tenía la necesidad de ir al baño, y a falta de papel en los sanitarios de “damas”, venían por un poco. Aún así, algo me decía que esa no era una de aquellas ocasiones. Quien fuera que hubiera entrado, venía con un propósito diferente, y lo noté en seguida porque, ni tardo ni perezoso/a, comenzó a registrar desesperadamente las mochilas del lado opuesto del salón al que yo me encontraba.
Cuando vi, porque yo todo lo veo, (sé lo que están pensando, pero no sean cerrados, entiendan la metáfora) que ya era la tercer mochila que esculcaba, me decidí a intentar algo y le pregunté:
“¿Quién eres?”
“Soy del otro grupo, pero vine por algo que me prestó Paola pero ya me voy”, estúpidamente me contestó. Y efectivamente, acto seguido salió del salón.
Cuando regresaron todos mis compañeros yo no quise comentar nada, y no por idiota o cobarde, sino porque, si efectivamente era como me había dicho el extraño, No habría problema; pero si no, y yo me atrevía a acusar a alguien, el primer sospechoso –obviamente—sería yo, debido a que era el único que se quedaba en el salón en aquella clase. Por lo tanto decidí permanecer expectante: si alguien echaba de menos algún objeto personal, y yo fuera el acusado como seguramente sucedería, entonces entraría en defensa; de lo contrario el asunto quedaría ahí.
Como me lo temía, una compañera no encontró su dinero en el lugar donde lo había dejado, y la acusación contra mi persona, mi integridad, mi moral, etc, no se hizo esperar. Jmmm
Todo mundo me tachaba de ladrón, de aprovechado, de patán, y otros adjetivos un poco más subidos de tono que no plasmaré por respeto al lector y a mi blog. Había llegado la hora de mi defensa, aunque claro, tenía todo en mi contra ¿quién me iba a creer que alguien entró con pretexto de tomar algo prestado, cuando el único que se quedaba en el salón sin quien lo vigilara era yo?
El maestro pidió hablar conmigo en una clase posterior, y me llevó aparte. Me dijo que yo siempre le había parecido un alumno ejemplar, tranquilo, respetuoso, inteligente, etc, pero que había un problema... ¡Pfff! Entonces lo interrumpí, porque la verdad me da mucha flojera los rodeos y le dije que ya sabía lo que quería hablar conmigo. Únicamente le expresé con convicción que no era yo la persona a la que estaba buscando, que yo sabía quien había sido, pero no estaba en posición de acusar a nadie así como así. Y apelé al César (bueno bueno, al sistema de justicia de la escuela).
Debido a mis esfuerzos durante todo el tiempo que estuve en la escuela, yo era un alumno respetado y querido por los maestros, mis calificaciones eran buenas, y nunca habían tenido queja mía de ninguna especie (aunque hacía travesuras, nunca se enteraban los maestros). Así que la primera en defenderme fue la trabajadora social, coloquialmente llamada “la triny”, puesto que su nombre de pila era Trinidad. Ella me dijo que confiaba en que yo no lo había hecho, pero que si le podía ayudar a atrapar al culpable. Entonces dudé: El Sistema de justicia de la escuela integrado por la trabajadora social, las prefectas, los coordinadores y en dado caso el director mismo, no contaba con un sistema de protección de testigos eficiente; así que si yo acusaba a alguien, probablemente mi integridad estaría en serio peligro.
Además había otro problema: aunque yo sabía quién era la que me había contestado (sí, era mujer), no tenía la absoluta certeza, por que no tenía mucho tiempo de haberse cambiado a nuestro grupo, y aún no me familiarizaba del todo con su voz. En efecto, decidí no acusar a nadie y dejar que las cosas cayeran por su propio peso. La trabajadora social –como dije antes—me defendió, y puesto que no se encontraron pruebas contundentes de mi supuesta culpabilidad, se me exoneró, pero me tuvieron bajo la lupa los compañeros por buen tiempo.
En fin, ¿qué creen que pasó escasas dos semanas después? Atraparon a la misma de quien yo sospechaba robándose otras cosas de otra mochila, y fue expulsada de la escuela. Ya sabrán, todos mis compañeros me pedían perdón por haberme acusado sin fundamentos, y por haber desconfiado de mí.
Moraleja:
Si vas a ser una mala persona, ¡no seas maleta y hazlo bien!
***
Pasando a otros temas y antes de terminar, solo quiero advertirles algo: me he encontrado con la constante de que muchos entran sin dejar huella de su presencia, así que solo deseo hacer una atenta pero firme advertencia:
a todo al que entre y no deje comentario, ¡le dejo ir a mi perrito chihuahua!
Dejando claro eso, me voy. ¡Y ya les dije! (el autor sale asotando la puerta)
Ahora bien, para que se entienda el contexto de esta anécdota, he de aclarar que yo no participaba en dicha clase debido a mi supuesta falta de capacidades, puesto que es muy complicado para mí realizar los intrincados movimientos corporales a los que son sometidos los alumnos (sarcasmo). Por lo cual, comúnmente esperaba la clase entera sentado en una banca de la zona del patio principal de la escuela, donde mis demás compañeros se esforzaban por cumplir con las altas exigencias del mentor. Y claro, poniendo en la balanza si prefería explicar y demostrarle al profesor que yo sí podía realizar dichos ejercicios, o bien, quedarme una clase entera echando flojera, comprenderá el lector que no iba a desperdiciar tan buena oportunidad (insisto: Los ciegos somos tontos… ¿eeeh?).
Ah, ahora recuerdo la fecha del año en que se desarrollaron los acontecimientos que voy a narrar: debió de ser algún día durante el invierno, por que, como verá el lector a continuación, yo permanecí dentro del salón ese día debido a que me era difícil mantenerme a la intemperie y conservar el calor corporal sin hacer ningún movimiento para lograrlo… entonces no era un día soleado ni tan bonito…
Cómo iba a imaginar lo que sucedería a continuación: El silencio era absoluto, bueno, con excepción de los intermitentes gritos que procedían de algún lugar lejano dentro de la misma escuela. Yo repasaba algunos apuntes de clases pasadas (créanlo o no, me gustaba aprovechar aquel tiempo para leer mis notas sobre clases que verdaderamente eran de mi interés como Matemáticas, Física elemental, o incluso Química). Cuando, de pronto, alguien entró sigilosamente en el salón.
Claro, no era nada extraño que de vez en cuando alguien entrara en busca de algún objeto personal olvidado en su mochila, o bien alguna compañera que tenía la necesidad de ir al baño, y a falta de papel en los sanitarios de “damas”, venían por un poco. Aún así, algo me decía que esa no era una de aquellas ocasiones. Quien fuera que hubiera entrado, venía con un propósito diferente, y lo noté en seguida porque, ni tardo ni perezoso/a, comenzó a registrar desesperadamente las mochilas del lado opuesto del salón al que yo me encontraba.
Cuando vi, porque yo todo lo veo, (sé lo que están pensando, pero no sean cerrados, entiendan la metáfora) que ya era la tercer mochila que esculcaba, me decidí a intentar algo y le pregunté:
“¿Quién eres?”
“Soy del otro grupo, pero vine por algo que me prestó Paola pero ya me voy”, estúpidamente me contestó. Y efectivamente, acto seguido salió del salón.
Cuando regresaron todos mis compañeros yo no quise comentar nada, y no por idiota o cobarde, sino porque, si efectivamente era como me había dicho el extraño, No habría problema; pero si no, y yo me atrevía a acusar a alguien, el primer sospechoso –obviamente—sería yo, debido a que era el único que se quedaba en el salón en aquella clase. Por lo tanto decidí permanecer expectante: si alguien echaba de menos algún objeto personal, y yo fuera el acusado como seguramente sucedería, entonces entraría en defensa; de lo contrario el asunto quedaría ahí.
Como me lo temía, una compañera no encontró su dinero en el lugar donde lo había dejado, y la acusación contra mi persona, mi integridad, mi moral, etc, no se hizo esperar. Jmmm
Todo mundo me tachaba de ladrón, de aprovechado, de patán, y otros adjetivos un poco más subidos de tono que no plasmaré por respeto al lector y a mi blog. Había llegado la hora de mi defensa, aunque claro, tenía todo en mi contra ¿quién me iba a creer que alguien entró con pretexto de tomar algo prestado, cuando el único que se quedaba en el salón sin quien lo vigilara era yo?
El maestro pidió hablar conmigo en una clase posterior, y me llevó aparte. Me dijo que yo siempre le había parecido un alumno ejemplar, tranquilo, respetuoso, inteligente, etc, pero que había un problema... ¡Pfff! Entonces lo interrumpí, porque la verdad me da mucha flojera los rodeos y le dije que ya sabía lo que quería hablar conmigo. Únicamente le expresé con convicción que no era yo la persona a la que estaba buscando, que yo sabía quien había sido, pero no estaba en posición de acusar a nadie así como así. Y apelé al César (bueno bueno, al sistema de justicia de la escuela).
Debido a mis esfuerzos durante todo el tiempo que estuve en la escuela, yo era un alumno respetado y querido por los maestros, mis calificaciones eran buenas, y nunca habían tenido queja mía de ninguna especie (aunque hacía travesuras, nunca se enteraban los maestros). Así que la primera en defenderme fue la trabajadora social, coloquialmente llamada “la triny”, puesto que su nombre de pila era Trinidad. Ella me dijo que confiaba en que yo no lo había hecho, pero que si le podía ayudar a atrapar al culpable. Entonces dudé: El Sistema de justicia de la escuela integrado por la trabajadora social, las prefectas, los coordinadores y en dado caso el director mismo, no contaba con un sistema de protección de testigos eficiente; así que si yo acusaba a alguien, probablemente mi integridad estaría en serio peligro.
Además había otro problema: aunque yo sabía quién era la que me había contestado (sí, era mujer), no tenía la absoluta certeza, por que no tenía mucho tiempo de haberse cambiado a nuestro grupo, y aún no me familiarizaba del todo con su voz. En efecto, decidí no acusar a nadie y dejar que las cosas cayeran por su propio peso. La trabajadora social –como dije antes—me defendió, y puesto que no se encontraron pruebas contundentes de mi supuesta culpabilidad, se me exoneró, pero me tuvieron bajo la lupa los compañeros por buen tiempo.
En fin, ¿qué creen que pasó escasas dos semanas después? Atraparon a la misma de quien yo sospechaba robándose otras cosas de otra mochila, y fue expulsada de la escuela. Ya sabrán, todos mis compañeros me pedían perdón por haberme acusado sin fundamentos, y por haber desconfiado de mí.
Moraleja:
Si vas a ser una mala persona, ¡no seas maleta y hazlo bien!
***
Pasando a otros temas y antes de terminar, solo quiero advertirles algo: me he encontrado con la constante de que muchos entran sin dejar huella de su presencia, así que solo deseo hacer una atenta pero firme advertencia:
a todo al que entre y no deje comentario, ¡le dejo ir a mi perrito chihuahua!
Dejando claro eso, me voy. ¡Y ya les dije! (el autor sale asotando la puerta)
Categoría:
Golden age,
Personal
viernes, 26 de marzo de 2010
VISIÓN DE COLORES TÁCTILES
Hoy quisiera compartir con ustedes algo que descubrí hace ya algunas semanas y que me pareció por demás interesante. Tardé algún tiempo en decidirme a escribirlo debido a que tenía la intención de investigar más al respecto, y encontrar información que respaldara y explicara ampliamente Mi teoría(aparentemente esto no es nada nuevo, yo ya había escuchado algo al respecto pero en primera instancia creí que era brujería). Sin embargo, aparentemente hay pocos avances en la investigación de esta… capacidad, por decirlo de alguna forma, o, por el contrario, es nula o pobre mi habilidad para encontrar dicha información.
En fin, les platico lo sucedido:
Me encontraba tranquilamente caminando el día de autos (dícese de “un día cualquiera”) junto a mi madre, cuando, al ir palpando los pedazos de paredes, y secciones de barandales, enrejados, portones, etc que tenía a mi alcance, percibí algo que me llamó la atención.
Comencé a preguntarle a mi progenitora los colores de cada cosa, al principio; y luego de las primeras comparaciones, empecé a aventurarme y decir de qué color era cada cosa, y dicho sea de paso, lo hacía acertadamente.
Apartir de entonces, se empezaron a realizar investigaciones al respecto en el Centro de Investigaciones y estabilización del ciego (CEINESCI), ubicado en… mi casa (suya también). El personal de dicho centro está integrado por… mi (suyo también), y cuenta también con aportaciones de amigos y familiares, por lo cual es gente instruída para profundizar en dichos temas.
¿a qué me refiero? Los resultados que han arrojado las indagaciones, muestran que los colores pueden identificarse de forma abstracta por medio del tacto. Es decir, se pueden diferenciar los colores claros de los oscuros valiéndonos de sentir el calor que retienen o que reflejan los objetos.
Lo explico más ampliamente: Los objetos expuestos directamente al calor, y más específicamente a la luz solar, tienen diferentes reacciones:
A) En el caso de los objetos de colores oscuros (obviamente este fenómeno es más evidente en el color negro), retienen el calor, lo que provoca que se calienten rápidamente.
B) Por el contrario, en el caso de los objetos con colores claros, reflejan la luz solar, y por lo tanto, se mantienen fríos o tibios al tacto.
Ahora bien, sucede algo sobresaliente en el caso opuesto: Si dichos objetos se encuentran a la sombra, es decir, que no reciban directamente el calor del sol, ocurre lo siguiente:
A) Los colores oscuros se mantienen fríos al tacto.
B) Y en el caso de los colores claros, su temperatura es tibia, mucho menos fría que los colores oscuros. (Recuerden, esto solo sucede en el caso de que no reciban directamente el calor del sol.)
Interesante ¿no? Por supuesto es un método sujeto a equivocaciones; depende mucho de la temperatura del ambiente y de las circunstancias. Si un objeto de color claro está expuesto directamente durante mucho tiempo al calor del sol junto con un o de color oscuro, será sumamente difícil diferenciarlos.
De aquí en adelante, si van caminando por la calle, y ven a alguna persona palpando como un ciego las paredes, autos, barandales, portones, postes, anuncios, etc, que se encuentren a su alcance sin ningún motivo aparente, ¿qué quiere decir?
Simple: que leyeron el blog de David, y están poniendo a prueba su teoría.
Les informamos a todos nuestros lectores que, para su beneplácito, se siguen llevando a cabo las investigaciones correspondientes para perfeccionar esta técnica. Y ultimadamente, si les da igual si se investiga o no, sépase que yo no opino lo mismo.
Con su permiso, paso a retirarme, tengo más cosas que hacer… ¿o no?
Que quede constancia de que esto ha sido
En fin, les platico lo sucedido:
Me encontraba tranquilamente caminando el día de autos (dícese de “un día cualquiera”) junto a mi madre, cuando, al ir palpando los pedazos de paredes, y secciones de barandales, enrejados, portones, etc que tenía a mi alcance, percibí algo que me llamó la atención.
Comencé a preguntarle a mi progenitora los colores de cada cosa, al principio; y luego de las primeras comparaciones, empecé a aventurarme y decir de qué color era cada cosa, y dicho sea de paso, lo hacía acertadamente.
Apartir de entonces, se empezaron a realizar investigaciones al respecto en el Centro de Investigaciones y estabilización del ciego (CEINESCI), ubicado en… mi casa (suya también). El personal de dicho centro está integrado por… mi (suyo también), y cuenta también con aportaciones de amigos y familiares, por lo cual es gente instruída para profundizar en dichos temas.
¿a qué me refiero? Los resultados que han arrojado las indagaciones, muestran que los colores pueden identificarse de forma abstracta por medio del tacto. Es decir, se pueden diferenciar los colores claros de los oscuros valiéndonos de sentir el calor que retienen o que reflejan los objetos.
Lo explico más ampliamente: Los objetos expuestos directamente al calor, y más específicamente a la luz solar, tienen diferentes reacciones:
A) En el caso de los objetos de colores oscuros (obviamente este fenómeno es más evidente en el color negro), retienen el calor, lo que provoca que se calienten rápidamente.
B) Por el contrario, en el caso de los objetos con colores claros, reflejan la luz solar, y por lo tanto, se mantienen fríos o tibios al tacto.
Ahora bien, sucede algo sobresaliente en el caso opuesto: Si dichos objetos se encuentran a la sombra, es decir, que no reciban directamente el calor del sol, ocurre lo siguiente:
A) Los colores oscuros se mantienen fríos al tacto.
B) Y en el caso de los colores claros, su temperatura es tibia, mucho menos fría que los colores oscuros. (Recuerden, esto solo sucede en el caso de que no reciban directamente el calor del sol.)
Interesante ¿no? Por supuesto es un método sujeto a equivocaciones; depende mucho de la temperatura del ambiente y de las circunstancias. Si un objeto de color claro está expuesto directamente durante mucho tiempo al calor del sol junto con un o de color oscuro, será sumamente difícil diferenciarlos.
De aquí en adelante, si van caminando por la calle, y ven a alguna persona palpando como un ciego las paredes, autos, barandales, portones, postes, anuncios, etc, que se encuentren a su alcance sin ningún motivo aparente, ¿qué quiere decir?
Simple: que leyeron el blog de David, y están poniendo a prueba su teoría.
Les informamos a todos nuestros lectores que, para su beneplácito, se siguen llevando a cabo las investigaciones correspondientes para perfeccionar esta técnica. Y ultimadamente, si les da igual si se investiga o no, sépase que yo no opino lo mismo.
Con su permiso, paso a retirarme, tengo más cosas que hacer… ¿o no?
Que quede constancia de que esto ha sido
miércoles, 24 de marzo de 2010
EL "DESPERTAR" DE UNA NOCHE DE VERANO III
-Oye, ¿Cómo viste a Rodrigo, no lo notaste extraño? --Preguntó Diego a Paula con un dejo de interés mal disimulado--.
-La verdad no sé, yo estaba más preocupada por ocultar mi nerviosismo…
-Pues lo hiciste muy bien. Me sorprendió la tranquilidad con la que lo saludaste y platicaste con él. Yo creo que él estaba más nervioso, y... sigo pensando que su actitud no era normal.
Mientras se desarrollaba esta conversación, Diego y Paula caminaban tranquilamente por la explanada de una plaza pública. Los sucesos ocurridos durante aquellos recientes días, tenían a ambos muy pensativos. Ahora Paula se sentía confundida; era obvio que ella también había notado algo diferente en Rodrigo, pero no estaba segura a qué atribuírselo.
Por su parte, Diego estaba seguro de que Rodrigo tenía algo en mente, y podría apostar a que el interés de Rodrigo hacia Paula había aumentado a raíz de la carta recibida, y del rompimiento con su novia. Además, estaba Mauro y su confesión por supuesto... pero había algo más que lo inquietaba: Paula era una amiga muy querida, la conocía de varios años atrás y la estimaba mucho, así que le importaba la decisión que fuera a tomar. Pero... ¿era únicamente por el cariño que le tenía?
Al día siguiente Diego se encontró con Mauro y, por supuesto, el tema que Diego temía no tardó en surgir:
-¿Y qué hay de nuevo, has hablado con Paula? -preguntó Mauro.
-Ehh... sí, de hecho ayer estuve con ella. Por cierto, te mandó saludar.
-Que bien… Y qué tal, ¿todavía no ves algún cambio en ella?
-No, en realidad todo parece igual, o al menos esa impresión me dio. Creo que es mejor que esperaras un poco más, que siguieras siendo su amigo hasta que ella se sienta más atraída hacia ti, por lo pronto no te precipites. Claro, es lo que yo opino.
-Si, tienes razón. Es difícil estar con ella y no poder expresarle lo que siento, pero creo que es lo mejor por lo pronto. Pero tú síguele hablando bien de mí, ¿eh?
-Claro, tú de eso no te preocupes.
Por el rostro de Diego cruzó una sombra imperceptible para Mauro, y no dijo nada más del tema.
Aquel domingo había quedado de salir con Mauro para divertirse y pasar un buen rato, pero la tarde le pareció eterna. Cuando al fin regresó a su casa, no perdió un minuto y se dirigió al teléfono para llamarle a Paula:
-¿Hola? -respondió ella al tercer tono.
-¿Paula?
-¿Si?
-Hola, habla Diego. ¿Cómo estás?
-Bien, gracias. Estoy terminando algunos pendientes, ¿y tú?
-No me quejo. Acabo de regresar de con Mauro, fuimos al Auto-show, tú sabes, cosas de hombres. Por cierto, le di tus saludos, y él también te manda saludar.
-Ah, muchas gracias. Qué bueno que se divirtieron, --Diego esbozó una sonrisa irónica—yo me la pasé ocupada todo el día.
-Mmm, pobre de ti. ¿Y sigues ocupada? ¿Te interrumpo?
-No, para ti siempre tengo tiempo. Además ya terminé lo que estaba haciendo. ¿Por qué, quieres hablar?
-Bueno, no exactamente, en realidad te quería invitar a tomar un café el miércoles, y entonces sí platicar.
-Perfecto, me parece buena idea. También yo quería hablar contigo, no hemos tenido mucho tiempo...”
Diego hizo un gesto extraño-Si, ya sé de qué quieres hablar. Y no te culpo.
-Bueno, sí es de la persona que estás pensando, pero no del tema que te imaginas.
-Ok, entiendo. Es de Rodrigo ¿cierto?
-Claro. Pero dejémoslo así, el miércoles te digo de qué se trata.
-De acuerdo. Entonces paso por ti como a las 6, ¿Está bien?
-Si muy bien. Nos vemos entonces. Cuídate.
-Igualmente, hasta el miércoles. Chao.
Y colgaron.
Al dejar la bocina sobre el aparato, Diego suspiró muy hondo y se quedó pensativo unos segundos. Su semblante reflejaba la angustia en su mente. ¿Qué era lo que tenía que hacer? La lucha que había en su interior no lo dejaba pensar con claridad. Al menos, tendría tres días para aclarar sus ideas... -¡Tres días! Serán eternos y cortos a la vez, -pensó desesperado.
Se fue a acostar por fin al dar las 12 de la noche, pero le fue imposible dormir bien. En su trabajo al siguiente día no mejoraron las cosas, y es que su concentración no era la misma aquella mañana, y por eso se ganó el reclamo de algunos compañeros por tareas mal realizadas, y de su jefe inmediato por la tardanza en finalizar algunas otras.
Para su fortuna, llegó la hora de almorzar, y él prefirió salir a comprar algo fuera de la oficina para despejarse. Al ir caminando rumbo a un establecimiento de comida rápida, sonó su celular, y se sobresaltó. Reponiéndose, lo tomó y contestó:
-¿Hola?
-Que onda amigo, soy Mauro, ¿cómo estás? ¿No te interrumpo?
Diego trató de que su voz sonara calmada y normal al contestar. Obviamente ya sabía quién era desde antes de responder la llamada, pero aprovechó el tono sobresaltado de su voz para darle un aire de sorpresa. -Hola. No te preocupes, estoy en la hora del almuerzo. ¿Porqué, necesitas algo?
-Bueno en realidad solo quería platicarte algo.
-Dime, mientras compro algo.
-De acuerdo. Lo que sucede es que… ya he tomado una decisión, y te lo quise comentar, pues porque eres mi amigo, y para que me digas que opinas. Tal vez no cambie la decisión, pero aún así me interesa saber lo que piensas: mi intención es invitar a Paula a salir este miércoles, y de una vez por todas empezar a darle a entender lo que siento; y total, si se da el momento y el lugar, tal vez me sincere con ella. Quizás...
-Espera, ¿dijiste el miércoles? -lo interrumpió Diego impulsivamente.
-Ehh… sí, ¿por qué?
Entonces Diego se dio cuenta de lo que había hecho y rectificó: -No no, continúa. -Pateó una piedra mientras que con la mano libre se rascaba la cabeza.
-Bueno, es eso, quizás funcione. ¿O tú que crees?
-Bueno, es tu decisión. Yo en realidad no estoy muy seguro de que sea lo adecuado, pero si tú te sientes preparado y crees que ella pueda reaccionar bien, bueno... pudiera suceder.
Diego estaba muy incómodo con esa conversación, y lo denotaban sus constantes titubeos y evasivas.
-Te noto muy extraño, -replicó Mauro inquieto -¿te sucede algo?
-No es nada. Tal vez el estrés en la oficina, hoy ha estado pesado el trabajo. -No supo si su mentira sonaría convincente pero continuó —Hay veces que el jefe se levanta de malas, sobre todo los lunes.
-Está bien, trata de no inquietarte demasiado. -Tampoco estuvo seguro Diego de que su amigo se lo dijera por haberse tragado el cuento o por restarle importancia a su evasiva —Entonces, está dicho: el miércoles…
-Oye, ¿no crees que el miércoles es muy pronto? ¿Porqué no te esperas una o dos semanas más?
-Sí lo pensé, pero la verdad ya me cansé de esperar. Si va a funcionar, igual será el miércoles que dentro de dos semanas, y si no, así me puedo estar durante un mes y nada va a cambiar.
Diego sonrió irónicamente, de momento no supo que contestar, pero luego dijo: -Como quieras.
Entonces tuvo el presentimiento de que su vida no volvería a ser la misma a partir de aquel momento. —Bueno, te dejo. Ya voy a comprar mi comida y tengo poco tiempo para comerla. Si quieres te marco en la noche.
-De acuerdo. De cualquier modo pensaba llamarle a Paula ahora mismo. Espero encontrarla en su oficina. Nos vemos luego.
-Adiós.
Diego no pudo evitar sentir un poco de remordimiento, pero tal vez ya no había mucho que hacer.
Mauro sabía que su amigo no era el mismo. Por alguna razón aquella llamada le había dejado un mal sabor de boca. Y lo peor era que no tenía idea de qué sucedía, o si de verdad pasaba algo. Pero ¿qué podría ser? ¿No era Diego su mejor amigo? -¿Entonces por qué rayos te preocupas? -Se preguntó regañándose por su desconfianza.
En aquel momento cruzó por su mente un rostro, y todo lo demás pasó a segundo plano. Tomó el teléfono y marcó. Esperó unos segundos y la voz de la mujer que deseaba escuchar le respondió: -Hola Mauro. ¿Cómo estás? Milagro que me llamas a mi trabajo.
Por supuesto Mauro se desconcertó por un segundo, pero era obvio que Paula reconoció su número en el identificador. -Hola niña. Pudiste haberme permitido cambiar las frases de identificación de costumbre… pero está bien. --ambos rieron suavemente —Y bueno, disculpa por no haberte hablado últimamente, solo que no me gusta interferir en el desarrollo de la empresa donde laboras entreteniéndote al teléfono en horas hábiles.
Volvieron a reír, y Mauro creyó haber iniciado con el pie derecho.
-Claro, sobre todo porque yo soy el conducto de tantos documentos trascendentales para esta empresa –replicó Paula satíricamente.
-Bueno, aunque voy a ser breve, espero no interrumpir ninguna transacción comercial de ámbito internacional que…
-¡Basta! –interrumpió Paula entre risas —En vez de utilizar tu habitual intrincado lenguaje, mejor dime para qué soy buena.
-Está bien, aunque ya me cortaste la inspiración. Te llamo solo para invitarte a tomar una nieve, o algo así, para que podamos platicar un rato. ¿Te parece?
-Si claro, suena bien, ¿Pero cuándo, hoy?
-No no, hoy es muy apresurado, y mañana yo tengo cosas que hacer en la noche. ¿Qué te parece el miércoles?
-Mmm… es que el miércoles ya tengo planes.
En cuanto escuchó eso, palabras sueltas tomaron forma de golpe en la cabeza de Mauro, y sintió nuevamente el aguijonazo cruel de la desconfianza.
-¿Con Diego?-Preguntó con recelo.
-S… sí, –titubeó de pronto Paula -¿Te lo dijo él?
-No exactamente –y su semblante se ensombreció —pero creo que ya lo sabía.
-¿Por qué? ¿Qué te dijo Diego?
-Nada… olvídalo. Entonces lo dejamos para después.
-Si claro, cuando tú quieras, el jueves o el viernes también estoy libre.
-Déjame ver. De cualquier modo yo te aviso luego. Ya me tengo que ir, tengo que completar unos contratos.
-Está bien, cuídate mucho, avísame cuándo quieres que salgamos.
-OK. Chao.
Mauro colgó el teléfono con otro humor completamente diferente que cuando lo había tomado para llamarla. Por supuesto que no era nada raro que Diego saliera a pasear con Paula puesto que eran muy buenos amigos. El problema radicaba en que Diego no le había comentado nada tan solo unos minutos antes, y aún más, lo inquietaba aquel titubeo al mencionarle el día en que pensaba invitar a Paula. ¿Por qué no simplemente dijo que ya tenía planes con ella? ¿Por qué no lo detuvo cuando le comentó que iba a llamar a Paula en ese momento para invitarla, y aún más, cuando le había confesado que había decidido declararle sus sentimientos?
Al llegar a su casa no se sintió mejor. Estaba muy inquieto y no encontraba cómo distraerse. Entró en su estudio y vio el foquito de la contestadora parpadeando: “3 mensajes nuevos” marcaba la pantalla. Por supuesto no debía de ser nada bueno. “Enfrenta tus miedos”, pensó Diego y pulsó el botón para escucharlos… el primero era de su hermana, lo invitaba a cenar el viernes a su casa. El segundo era de un compañero de la oficina encargándole que llevara unos pendientes al día siguiente. Y el último era de Paula: -Diego, soy Paula. Nada más te hablaba para confirmar lo del miércoles, y para preguntarte algo: hoy me llamó Mau…
-¡Rayos!.
-…ro, y me invitó a salir el mismo día, pero me dijo que había hablado contigo y que tú no le habías dicho nada. No sé, tal vez sea mi imaginación pero sentí como que había un problema entre ustedes. Mmm… bueno tal vez estoy exagerando pero él se quedó muy extraño cuando colgamos. Si puedes háblame.
Diego ya lo esperaba en cierto modo pero no pudo evitar sentirse más tenso todavía. No tuvo elección y decidió llamar a Paula. Platicaron brevemente, pues ya era noche y ambos tenían que levantarse temprano al día siguiente. Diego solo le confirmó el plan, y además le explicó que cuando Mauro le había llamado, él estaba algo ocupado y distraído y que no había prestado mucha atención a la conversación, pero que no era nada de lo que temía ella. Paula pareció conforme con la explicación, y se despidieron.
En aquellos dos días restantes Diego siempre tuvo el temor de recibir una llamada no deseada, cosa que nunca sucedió para su fortuna. Y al fin, el miércoles por la tarde, se apresuró a salir temprano de su oficina y dirigirse a casa de Paula para recogerla. Al llegar, ella ya lo estaba esperando. Juntos subieron al coche y se encaminaron a un restaurante muy “bonito y agradable”, según dijo Diego, al cuál la iba a invitar a cenar.
Efectivamente, al llegar, el restaurante fue del agrado de Paula, porque, además de bonito, era muy elegante, cosa que ella no se esperaba a tal grado. Tomaron su mesa y pidieron una bebida.
-Y bien, ¿De qué querías platicar? -Preguntó Paula intrigada.
-Bueno, es algo personal, pero mejor platícame tú primero que pasa con Rodrigo.
-De acuerdo, al fin que es algo muy simple. ¿Te acuerdas para qué te dije que le iba a entregar la carta?
-Ehh... bueno, creo que tu idea era desahogarte ¿no? Solo para sacarte la espina por decirlo así.
-Exacto. Yo creí que era una tontería, porque temía que en lugar de sacarlo de mi mente, en realidad solo me ilusionaría con alguna respuesta favorable de su parte, y entonces iba a ser peor. Pero increíblemente, funcionó.
-¿A qué te refieres?-Preguntó Diego sorprendiéndose a sí mismo por la excesiva emoción que sonó en su voz.
-Bueno, el otro día lo encontré en mi trabajo; parece que estaba haciendo algunos trámites porque su empresa realizó algunos servicios a la mía. Y claro, yo esperaba ponerme súper nerviosa y hacer el ridículo frente a él, sobre todo porque no tenía compañía. Pero en lugar de eso, de verdad, sentí que ya no me importaba, lo saludé, platiqué un momento con él de lo más normal, pero ya no fue lo mismo. Lo que creo es que ya pasó a la historia.
-¿De verdad? Bueno, me da gusto por ti, creo… de todos modos, ¿Eso es lo que querías no? ¿Olvidarlo?
-Si, yo buscaba resignación, porque sabía que no tenía oportunidad con él. Pero hay otro problema… Mmm, aunque no sé si deba decírtelo.
-¿Por qué? Sabes que puedes confiar en mí.
-Claro claro, no es eso. Es que temo que pienses mal de mí.
-Bueno, si asesinaste a alguien, tal vez llegue a tener mis reservas.
Ambos rieron espontáneamente, y Diego sintió liberarse un poco de la tención acumulada.
-Tonto… --No podía dejar de reírse-- ¡Claro que no! En realidad es algo menos grave, o al menos eso espero. Lo que sucede es que, acabo de olvidar a Rodrigo, pero…
-¿Qué?
-Está bien. Creo que estoy enamorada de otra persona.
Aquello fue algo completamente inesperado para Diego. Definitivamente no contaba con eso, y ahora no sabía ni qué pensar. Obviamente, su nerviosismo empeoró notablemente.
-¿En serio? Pero…
-Bueno, en realidad no estoy tan segura, pero eso creo al menos de principio.
-Y… ¿se puede saber de quién?
-¡Por supuesto que no! No hasta que tú me platiques cuál es tu situación.
-¡¡Pfff!!, no me hagas esto. –Diego había terminado por destrozar la servilleta con la que jugueteaba por debajo de la mesa, y ninguno de los dos había tocado siquiera su bebida. —Si no me platicas de quién se trata, yo no me voy a poder concentrar para platicarte mi asunto.
-¡Al contrario! –Replicó Paula, quien tampoco podía quedarse quieta con sus manos algo sudadas y temblorosas —Mejor que no te diga hasta después…
Entonces apareció el mesero con las cartas. No habían notado que sus bebidas estaban intactas, y rieron nerviosamente. Aún así, pidieron algo ligero para comer, prácticamente para despedir pronto al mesero.
-Ya estuvo bien de tonterías, quiero que me platiques que te pasa. -Lo instó Paula.
-Está bien. –Dijo con un gran suspiro. —Sucede que… bueno, debes entenderme, no sé si estoy haciendo lo correcto, así que será difícil para mí, pero de cualquier forma te lo diré: Yo también creo estar enamorado. Y el problema es que no sé si es la persona correcta o no.
-¿Qué? –Aquella era una noche de sorpresas. Paula tampoco tenía la menor idea de aquello y se ruborizó ligeramente. —Vaya, parece que he estado muy distraída con tantas cosas en mi cabeza, que ni lo había notado. Y supongo que me vas a chantajear para que yo te diga el nombre y luego tú me digas el tuyo ¿Verdad?
Rieron, pero visiblemente diferente, cada uno ocultaba su sentimiento con la risa.
-Sí, era el plan, pero puesto que lo has descubierto antes de ponerse en práctica, tendré que echar mano del plan B. Voy a tener que confesar.
-Bueno… adelante.
Paula estaba muy inquieta, y no lo disimulaba en lo más mínimo. Afortunadamente Diego no lo notaba, porque él estaba igual o peor. Tal vez este sea el momento cumbre de nuestra historia, cuando Diego, inclinándose hacia enfrente para acercarse a ella por encima de la mesa y tomando su mano helada dijo:
-¡Estoy enamorado de ti!
-La verdad no sé, yo estaba más preocupada por ocultar mi nerviosismo…
-Pues lo hiciste muy bien. Me sorprendió la tranquilidad con la que lo saludaste y platicaste con él. Yo creo que él estaba más nervioso, y... sigo pensando que su actitud no era normal.
Mientras se desarrollaba esta conversación, Diego y Paula caminaban tranquilamente por la explanada de una plaza pública. Los sucesos ocurridos durante aquellos recientes días, tenían a ambos muy pensativos. Ahora Paula se sentía confundida; era obvio que ella también había notado algo diferente en Rodrigo, pero no estaba segura a qué atribuírselo.
Por su parte, Diego estaba seguro de que Rodrigo tenía algo en mente, y podría apostar a que el interés de Rodrigo hacia Paula había aumentado a raíz de la carta recibida, y del rompimiento con su novia. Además, estaba Mauro y su confesión por supuesto... pero había algo más que lo inquietaba: Paula era una amiga muy querida, la conocía de varios años atrás y la estimaba mucho, así que le importaba la decisión que fuera a tomar. Pero... ¿era únicamente por el cariño que le tenía?
Al día siguiente Diego se encontró con Mauro y, por supuesto, el tema que Diego temía no tardó en surgir:
-¿Y qué hay de nuevo, has hablado con Paula? -preguntó Mauro.
-Ehh... sí, de hecho ayer estuve con ella. Por cierto, te mandó saludar.
-Que bien… Y qué tal, ¿todavía no ves algún cambio en ella?
-No, en realidad todo parece igual, o al menos esa impresión me dio. Creo que es mejor que esperaras un poco más, que siguieras siendo su amigo hasta que ella se sienta más atraída hacia ti, por lo pronto no te precipites. Claro, es lo que yo opino.
-Si, tienes razón. Es difícil estar con ella y no poder expresarle lo que siento, pero creo que es lo mejor por lo pronto. Pero tú síguele hablando bien de mí, ¿eh?
-Claro, tú de eso no te preocupes.
Por el rostro de Diego cruzó una sombra imperceptible para Mauro, y no dijo nada más del tema.
Aquel domingo había quedado de salir con Mauro para divertirse y pasar un buen rato, pero la tarde le pareció eterna. Cuando al fin regresó a su casa, no perdió un minuto y se dirigió al teléfono para llamarle a Paula:
-¿Hola? -respondió ella al tercer tono.
-¿Paula?
-¿Si?
-Hola, habla Diego. ¿Cómo estás?
-Bien, gracias. Estoy terminando algunos pendientes, ¿y tú?
-No me quejo. Acabo de regresar de con Mauro, fuimos al Auto-show, tú sabes, cosas de hombres. Por cierto, le di tus saludos, y él también te manda saludar.
-Ah, muchas gracias. Qué bueno que se divirtieron, --Diego esbozó una sonrisa irónica—yo me la pasé ocupada todo el día.
-Mmm, pobre de ti. ¿Y sigues ocupada? ¿Te interrumpo?
-No, para ti siempre tengo tiempo. Además ya terminé lo que estaba haciendo. ¿Por qué, quieres hablar?
-Bueno, no exactamente, en realidad te quería invitar a tomar un café el miércoles, y entonces sí platicar.
-Perfecto, me parece buena idea. También yo quería hablar contigo, no hemos tenido mucho tiempo...”
Diego hizo un gesto extraño-Si, ya sé de qué quieres hablar. Y no te culpo.
-Bueno, sí es de la persona que estás pensando, pero no del tema que te imaginas.
-Ok, entiendo. Es de Rodrigo ¿cierto?
-Claro. Pero dejémoslo así, el miércoles te digo de qué se trata.
-De acuerdo. Entonces paso por ti como a las 6, ¿Está bien?
-Si muy bien. Nos vemos entonces. Cuídate.
-Igualmente, hasta el miércoles. Chao.
Y colgaron.
Al dejar la bocina sobre el aparato, Diego suspiró muy hondo y se quedó pensativo unos segundos. Su semblante reflejaba la angustia en su mente. ¿Qué era lo que tenía que hacer? La lucha que había en su interior no lo dejaba pensar con claridad. Al menos, tendría tres días para aclarar sus ideas... -¡Tres días! Serán eternos y cortos a la vez, -pensó desesperado.
Se fue a acostar por fin al dar las 12 de la noche, pero le fue imposible dormir bien. En su trabajo al siguiente día no mejoraron las cosas, y es que su concentración no era la misma aquella mañana, y por eso se ganó el reclamo de algunos compañeros por tareas mal realizadas, y de su jefe inmediato por la tardanza en finalizar algunas otras.
Para su fortuna, llegó la hora de almorzar, y él prefirió salir a comprar algo fuera de la oficina para despejarse. Al ir caminando rumbo a un establecimiento de comida rápida, sonó su celular, y se sobresaltó. Reponiéndose, lo tomó y contestó:
-¿Hola?
-Que onda amigo, soy Mauro, ¿cómo estás? ¿No te interrumpo?
Diego trató de que su voz sonara calmada y normal al contestar. Obviamente ya sabía quién era desde antes de responder la llamada, pero aprovechó el tono sobresaltado de su voz para darle un aire de sorpresa. -Hola. No te preocupes, estoy en la hora del almuerzo. ¿Porqué, necesitas algo?
-Bueno en realidad solo quería platicarte algo.
-Dime, mientras compro algo.
-De acuerdo. Lo que sucede es que… ya he tomado una decisión, y te lo quise comentar, pues porque eres mi amigo, y para que me digas que opinas. Tal vez no cambie la decisión, pero aún así me interesa saber lo que piensas: mi intención es invitar a Paula a salir este miércoles, y de una vez por todas empezar a darle a entender lo que siento; y total, si se da el momento y el lugar, tal vez me sincere con ella. Quizás...
-Espera, ¿dijiste el miércoles? -lo interrumpió Diego impulsivamente.
-Ehh… sí, ¿por qué?
Entonces Diego se dio cuenta de lo que había hecho y rectificó: -No no, continúa. -Pateó una piedra mientras que con la mano libre se rascaba la cabeza.
-Bueno, es eso, quizás funcione. ¿O tú que crees?
-Bueno, es tu decisión. Yo en realidad no estoy muy seguro de que sea lo adecuado, pero si tú te sientes preparado y crees que ella pueda reaccionar bien, bueno... pudiera suceder.
Diego estaba muy incómodo con esa conversación, y lo denotaban sus constantes titubeos y evasivas.
-Te noto muy extraño, -replicó Mauro inquieto -¿te sucede algo?
-No es nada. Tal vez el estrés en la oficina, hoy ha estado pesado el trabajo. -No supo si su mentira sonaría convincente pero continuó —Hay veces que el jefe se levanta de malas, sobre todo los lunes.
-Está bien, trata de no inquietarte demasiado. -Tampoco estuvo seguro Diego de que su amigo se lo dijera por haberse tragado el cuento o por restarle importancia a su evasiva —Entonces, está dicho: el miércoles…
-Oye, ¿no crees que el miércoles es muy pronto? ¿Porqué no te esperas una o dos semanas más?
-Sí lo pensé, pero la verdad ya me cansé de esperar. Si va a funcionar, igual será el miércoles que dentro de dos semanas, y si no, así me puedo estar durante un mes y nada va a cambiar.
Diego sonrió irónicamente, de momento no supo que contestar, pero luego dijo: -Como quieras.
Entonces tuvo el presentimiento de que su vida no volvería a ser la misma a partir de aquel momento. —Bueno, te dejo. Ya voy a comprar mi comida y tengo poco tiempo para comerla. Si quieres te marco en la noche.
-De acuerdo. De cualquier modo pensaba llamarle a Paula ahora mismo. Espero encontrarla en su oficina. Nos vemos luego.
-Adiós.
Diego no pudo evitar sentir un poco de remordimiento, pero tal vez ya no había mucho que hacer.
Mauro sabía que su amigo no era el mismo. Por alguna razón aquella llamada le había dejado un mal sabor de boca. Y lo peor era que no tenía idea de qué sucedía, o si de verdad pasaba algo. Pero ¿qué podría ser? ¿No era Diego su mejor amigo? -¿Entonces por qué rayos te preocupas? -Se preguntó regañándose por su desconfianza.
En aquel momento cruzó por su mente un rostro, y todo lo demás pasó a segundo plano. Tomó el teléfono y marcó. Esperó unos segundos y la voz de la mujer que deseaba escuchar le respondió: -Hola Mauro. ¿Cómo estás? Milagro que me llamas a mi trabajo.
Por supuesto Mauro se desconcertó por un segundo, pero era obvio que Paula reconoció su número en el identificador. -Hola niña. Pudiste haberme permitido cambiar las frases de identificación de costumbre… pero está bien. --ambos rieron suavemente —Y bueno, disculpa por no haberte hablado últimamente, solo que no me gusta interferir en el desarrollo de la empresa donde laboras entreteniéndote al teléfono en horas hábiles.
Volvieron a reír, y Mauro creyó haber iniciado con el pie derecho.
-Claro, sobre todo porque yo soy el conducto de tantos documentos trascendentales para esta empresa –replicó Paula satíricamente.
-Bueno, aunque voy a ser breve, espero no interrumpir ninguna transacción comercial de ámbito internacional que…
-¡Basta! –interrumpió Paula entre risas —En vez de utilizar tu habitual intrincado lenguaje, mejor dime para qué soy buena.
-Está bien, aunque ya me cortaste la inspiración. Te llamo solo para invitarte a tomar una nieve, o algo así, para que podamos platicar un rato. ¿Te parece?
-Si claro, suena bien, ¿Pero cuándo, hoy?
-No no, hoy es muy apresurado, y mañana yo tengo cosas que hacer en la noche. ¿Qué te parece el miércoles?
-Mmm… es que el miércoles ya tengo planes.
En cuanto escuchó eso, palabras sueltas tomaron forma de golpe en la cabeza de Mauro, y sintió nuevamente el aguijonazo cruel de la desconfianza.
-¿Con Diego?-Preguntó con recelo.
-S… sí, –titubeó de pronto Paula -¿Te lo dijo él?
-No exactamente –y su semblante se ensombreció —pero creo que ya lo sabía.
-¿Por qué? ¿Qué te dijo Diego?
-Nada… olvídalo. Entonces lo dejamos para después.
-Si claro, cuando tú quieras, el jueves o el viernes también estoy libre.
-Déjame ver. De cualquier modo yo te aviso luego. Ya me tengo que ir, tengo que completar unos contratos.
-Está bien, cuídate mucho, avísame cuándo quieres que salgamos.
-OK. Chao.
Mauro colgó el teléfono con otro humor completamente diferente que cuando lo había tomado para llamarla. Por supuesto que no era nada raro que Diego saliera a pasear con Paula puesto que eran muy buenos amigos. El problema radicaba en que Diego no le había comentado nada tan solo unos minutos antes, y aún más, lo inquietaba aquel titubeo al mencionarle el día en que pensaba invitar a Paula. ¿Por qué no simplemente dijo que ya tenía planes con ella? ¿Por qué no lo detuvo cuando le comentó que iba a llamar a Paula en ese momento para invitarla, y aún más, cuando le había confesado que había decidido declararle sus sentimientos?
Al llegar a su casa no se sintió mejor. Estaba muy inquieto y no encontraba cómo distraerse. Entró en su estudio y vio el foquito de la contestadora parpadeando: “3 mensajes nuevos” marcaba la pantalla. Por supuesto no debía de ser nada bueno. “Enfrenta tus miedos”, pensó Diego y pulsó el botón para escucharlos… el primero era de su hermana, lo invitaba a cenar el viernes a su casa. El segundo era de un compañero de la oficina encargándole que llevara unos pendientes al día siguiente. Y el último era de Paula: -Diego, soy Paula. Nada más te hablaba para confirmar lo del miércoles, y para preguntarte algo: hoy me llamó Mau…
-¡Rayos!.
-…ro, y me invitó a salir el mismo día, pero me dijo que había hablado contigo y que tú no le habías dicho nada. No sé, tal vez sea mi imaginación pero sentí como que había un problema entre ustedes. Mmm… bueno tal vez estoy exagerando pero él se quedó muy extraño cuando colgamos. Si puedes háblame.
Diego ya lo esperaba en cierto modo pero no pudo evitar sentirse más tenso todavía. No tuvo elección y decidió llamar a Paula. Platicaron brevemente, pues ya era noche y ambos tenían que levantarse temprano al día siguiente. Diego solo le confirmó el plan, y además le explicó que cuando Mauro le había llamado, él estaba algo ocupado y distraído y que no había prestado mucha atención a la conversación, pero que no era nada de lo que temía ella. Paula pareció conforme con la explicación, y se despidieron.
En aquellos dos días restantes Diego siempre tuvo el temor de recibir una llamada no deseada, cosa que nunca sucedió para su fortuna. Y al fin, el miércoles por la tarde, se apresuró a salir temprano de su oficina y dirigirse a casa de Paula para recogerla. Al llegar, ella ya lo estaba esperando. Juntos subieron al coche y se encaminaron a un restaurante muy “bonito y agradable”, según dijo Diego, al cuál la iba a invitar a cenar.
Efectivamente, al llegar, el restaurante fue del agrado de Paula, porque, además de bonito, era muy elegante, cosa que ella no se esperaba a tal grado. Tomaron su mesa y pidieron una bebida.
-Y bien, ¿De qué querías platicar? -Preguntó Paula intrigada.
-Bueno, es algo personal, pero mejor platícame tú primero que pasa con Rodrigo.
-De acuerdo, al fin que es algo muy simple. ¿Te acuerdas para qué te dije que le iba a entregar la carta?
-Ehh... bueno, creo que tu idea era desahogarte ¿no? Solo para sacarte la espina por decirlo así.
-Exacto. Yo creí que era una tontería, porque temía que en lugar de sacarlo de mi mente, en realidad solo me ilusionaría con alguna respuesta favorable de su parte, y entonces iba a ser peor. Pero increíblemente, funcionó.
-¿A qué te refieres?-Preguntó Diego sorprendiéndose a sí mismo por la excesiva emoción que sonó en su voz.
-Bueno, el otro día lo encontré en mi trabajo; parece que estaba haciendo algunos trámites porque su empresa realizó algunos servicios a la mía. Y claro, yo esperaba ponerme súper nerviosa y hacer el ridículo frente a él, sobre todo porque no tenía compañía. Pero en lugar de eso, de verdad, sentí que ya no me importaba, lo saludé, platiqué un momento con él de lo más normal, pero ya no fue lo mismo. Lo que creo es que ya pasó a la historia.
-¿De verdad? Bueno, me da gusto por ti, creo… de todos modos, ¿Eso es lo que querías no? ¿Olvidarlo?
-Si, yo buscaba resignación, porque sabía que no tenía oportunidad con él. Pero hay otro problema… Mmm, aunque no sé si deba decírtelo.
-¿Por qué? Sabes que puedes confiar en mí.
-Claro claro, no es eso. Es que temo que pienses mal de mí.
-Bueno, si asesinaste a alguien, tal vez llegue a tener mis reservas.
Ambos rieron espontáneamente, y Diego sintió liberarse un poco de la tención acumulada.
-Tonto… --No podía dejar de reírse-- ¡Claro que no! En realidad es algo menos grave, o al menos eso espero. Lo que sucede es que, acabo de olvidar a Rodrigo, pero…
-¿Qué?
-Está bien. Creo que estoy enamorada de otra persona.
Aquello fue algo completamente inesperado para Diego. Definitivamente no contaba con eso, y ahora no sabía ni qué pensar. Obviamente, su nerviosismo empeoró notablemente.
-¿En serio? Pero…
-Bueno, en realidad no estoy tan segura, pero eso creo al menos de principio.
-Y… ¿se puede saber de quién?
-¡Por supuesto que no! No hasta que tú me platiques cuál es tu situación.
-¡¡Pfff!!, no me hagas esto. –Diego había terminado por destrozar la servilleta con la que jugueteaba por debajo de la mesa, y ninguno de los dos había tocado siquiera su bebida. —Si no me platicas de quién se trata, yo no me voy a poder concentrar para platicarte mi asunto.
-¡Al contrario! –Replicó Paula, quien tampoco podía quedarse quieta con sus manos algo sudadas y temblorosas —Mejor que no te diga hasta después…
Entonces apareció el mesero con las cartas. No habían notado que sus bebidas estaban intactas, y rieron nerviosamente. Aún así, pidieron algo ligero para comer, prácticamente para despedir pronto al mesero.
-Ya estuvo bien de tonterías, quiero que me platiques que te pasa. -Lo instó Paula.
-Está bien. –Dijo con un gran suspiro. —Sucede que… bueno, debes entenderme, no sé si estoy haciendo lo correcto, así que será difícil para mí, pero de cualquier forma te lo diré: Yo también creo estar enamorado. Y el problema es que no sé si es la persona correcta o no.
-¿Qué? –Aquella era una noche de sorpresas. Paula tampoco tenía la menor idea de aquello y se ruborizó ligeramente. —Vaya, parece que he estado muy distraída con tantas cosas en mi cabeza, que ni lo había notado. Y supongo que me vas a chantajear para que yo te diga el nombre y luego tú me digas el tuyo ¿Verdad?
Rieron, pero visiblemente diferente, cada uno ocultaba su sentimiento con la risa.
-Sí, era el plan, pero puesto que lo has descubierto antes de ponerse en práctica, tendré que echar mano del plan B. Voy a tener que confesar.
-Bueno… adelante.
Paula estaba muy inquieta, y no lo disimulaba en lo más mínimo. Afortunadamente Diego no lo notaba, porque él estaba igual o peor. Tal vez este sea el momento cumbre de nuestra historia, cuando Diego, inclinándose hacia enfrente para acercarse a ella por encima de la mesa y tomando su mano helada dijo:
-¡Estoy enamorado de ti!
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EL "DESPERTAR" DE UNA NOCHE DE VERANO
sábado, 20 de marzo de 2010
COF COF
Así es, amigos. Llevo prácticamente un mes enfermo.
Que bonito inicio ¿no? Bueno, esque recuerdo aquellos días de salud, juventud, bienestar, alegría, lucidez, energía e incluso belleza (bueno, la lucha se le hacía).
Pero ahora solo quedan los harapos de aquel hombre. Como dije al principio, no me he podido recuperar de esta molesta gripa, la que incluye tos de perro, dolor de cabeza, escurrimiento nasal, ojos llorosos, cuerpo cortado y ¡peor! ahora hasta el oído tapado. Imagínense: Ciego, y sordo de una oreja... ¡a dónde voy a ir a parar!
Por cierto, esto me recuerda algo interesante, o más bien molesto, pero que merece la pena ser mencionado: ¿recuerdan aquella entrada en la que me quejaba de expresiones comunes dichas a las personas en mi situación? Bueno, recordé otra: "Que bueno que no ves, así no te das cuenta de tanta porquería que hay en el mundo".
De acuerdo, conservemos la calma y vayamos por partes: ¿”Que bueno que no ves”? ¿Es una palabra de aliento? ¿Es sarcasmo (porque entonces lo entendería...)? ¿o es a caso...... un cumplido?
Bien, analicemos el contexto y tal vez nos ayude: “así no te das cuenta de tanta porquería que hay en el mundo".
Aah, entiendo: ¿quiere decir esto que es mejor no ver las porquerías del mundo y al mismo tiempo perderse un imponente atardecer, una soberbia noche estrellada, unas magníficas cataratas, un inmenso mar azul, una hermosa mujer, la sonrisa de un niñito......? Al fin y al cabo, eso es lo de menos.
Hablando en serio, no digan esas cosas. Se sobreentiende la “buena intención”, pero es mejor decir otras cosas, o, en dado caso, no decir nada y mejor dar un abrazo o una palmadita en el hombro.
En fin, ¿en qué estábamos?
Ah sí: en que ando malito. Es en serio, llevo un mes y cacho así; me enfermé el 14 de febrero (y no es de amor), y me acuerdo porque ese día se celebró la segunda asamblea en Zacatecas, a la que también asistimos. Estuve enfermo unos días y se me quitó brevemente, pero luego volví (por las fechas en que escribí la entrada “fin de semana de perros”), y ahora, de nuevo.
De niño era más sano, o saludable... ¡Aquellos tiempos! La mayoría de la gente cuando son niños desean fervientemente ser grandes --para acompañar a su papá, para cruzar la calle solitos, para ir al antro, para poder tomar bebidas alcohólicas, para que no les digan lo que tienen que hacer, etc—pero yo fui la excepción. Desde niño observaba a los adultos y no me gustaba su vida, prefería quedarme así, y seguir jugando eternamente con mis carritos (no se burlen, era un niño).
Era divertido molestar a tu hermana mayor, tener a tu hermano menor a tu mando so pena de golpes, robarle a tu mamá el chocolate Abuelita de la alacena y comértelo a mordidas (y aunque después te regañaran, el disfrute nadie te lo quitaba), romper adornos con tu pelota, etc.
Luego, la secundaria. Claro, aceptemos que también fue de los mejores años de mi vida: A mí me hacían los exámenes junto con otro compañero (que por lo regular era uno de mis mejores amigos), y para ello, nos mandaban a otro salón que estuviera vacío para poder hablar sin problemas (sí, parece injusto, pero qué quieren, los maestros eran muy flojos como para hacérmelos ellos mismos). Y, obviamente, nos daban la mano y agarrábamos el pie. Terminábamos el examen lo más pronto que podíamos, y puesto que éramos dos, era muy rápido, y luego... ñaca ñaca, ¡a hacer travesuras!
Con el pretexto de que yo tenía que escribir algunos problemas en braille para poder leerlos yo mismo y entenderlos mejor (otro mito sobre los ciegos del cuál después hablaremos, o creo que ya lo mencioné, no somos tontos aunque todos lo crean), pedíamos tres horas para realizar el examen. Aproximadamente nos tardábamos 30 minutos (tiempo real) en acabarlo, y nos restaban dos horas y media. Si por casualidad nos encontraba algún maestro fuera del salón, bastaba con decir que íbamos al baño o que veníamos de él. Aunque por lo regular no era necesario, puesto que éramos muy hábiles para evitar esas situaciones incómodas y peligrosas.
Entre nuestras travesuras estaban: ir a la parte trasera de la escuela y arrojarles piedras a los autos estacionados en aquella calle solitaria; desde un segundo piso (por lo regular el mismo salón en donde realizábamos el examen), arrojar piedrecitas a las ventanas del salón inferior hasta que la maestra de aquella clase se asomara a ver que sucedía, y en cuanto se metiera de regreso, reiniciar. Son algunas de las que recuerdo pero, ¡nadie debe saberlo!
No sé, pero tengo la ligera impresión de que estoy divagando en los temas. Espero que no les importe, son fragmentos de pensamientos recogidos al azar de toda mi cabeza (de entre las neuronas menos afectadas).
Bueno, para evitar revelar información clasificada, me retiro. Si alguien puede darme un remedio para mi espantosa gripa, se lo agradecería, y más si ese remedio consiste en chiquearme.
Que bonito inicio ¿no? Bueno, esque recuerdo aquellos días de salud, juventud, bienestar, alegría, lucidez, energía e incluso belleza (bueno, la lucha se le hacía).
Pero ahora solo quedan los harapos de aquel hombre. Como dije al principio, no me he podido recuperar de esta molesta gripa, la que incluye tos de perro, dolor de cabeza, escurrimiento nasal, ojos llorosos, cuerpo cortado y ¡peor! ahora hasta el oído tapado. Imagínense: Ciego, y sordo de una oreja... ¡a dónde voy a ir a parar!
Por cierto, esto me recuerda algo interesante, o más bien molesto, pero que merece la pena ser mencionado: ¿recuerdan aquella entrada en la que me quejaba de expresiones comunes dichas a las personas en mi situación? Bueno, recordé otra: "Que bueno que no ves, así no te das cuenta de tanta porquería que hay en el mundo".
De acuerdo, conservemos la calma y vayamos por partes: ¿”Que bueno que no ves”? ¿Es una palabra de aliento? ¿Es sarcasmo (porque entonces lo entendería...)? ¿o es a caso...... un cumplido?
Bien, analicemos el contexto y tal vez nos ayude: “así no te das cuenta de tanta porquería que hay en el mundo".
Aah, entiendo: ¿quiere decir esto que es mejor no ver las porquerías del mundo y al mismo tiempo perderse un imponente atardecer, una soberbia noche estrellada, unas magníficas cataratas, un inmenso mar azul, una hermosa mujer, la sonrisa de un niñito......? Al fin y al cabo, eso es lo de menos.
Hablando en serio, no digan esas cosas. Se sobreentiende la “buena intención”, pero es mejor decir otras cosas, o, en dado caso, no decir nada y mejor dar un abrazo o una palmadita en el hombro.
En fin, ¿en qué estábamos?
Ah sí: en que ando malito. Es en serio, llevo un mes y cacho así; me enfermé el 14 de febrero (y no es de amor), y me acuerdo porque ese día se celebró la segunda asamblea en Zacatecas, a la que también asistimos. Estuve enfermo unos días y se me quitó brevemente, pero luego volví (por las fechas en que escribí la entrada “fin de semana de perros”), y ahora, de nuevo.
De niño era más sano, o saludable... ¡Aquellos tiempos! La mayoría de la gente cuando son niños desean fervientemente ser grandes --para acompañar a su papá, para cruzar la calle solitos, para ir al antro, para poder tomar bebidas alcohólicas, para que no les digan lo que tienen que hacer, etc—pero yo fui la excepción. Desde niño observaba a los adultos y no me gustaba su vida, prefería quedarme así, y seguir jugando eternamente con mis carritos (no se burlen, era un niño).
Era divertido molestar a tu hermana mayor, tener a tu hermano menor a tu mando so pena de golpes, robarle a tu mamá el chocolate Abuelita de la alacena y comértelo a mordidas (y aunque después te regañaran, el disfrute nadie te lo quitaba), romper adornos con tu pelota, etc.
Luego, la secundaria. Claro, aceptemos que también fue de los mejores años de mi vida: A mí me hacían los exámenes junto con otro compañero (que por lo regular era uno de mis mejores amigos), y para ello, nos mandaban a otro salón que estuviera vacío para poder hablar sin problemas (sí, parece injusto, pero qué quieren, los maestros eran muy flojos como para hacérmelos ellos mismos). Y, obviamente, nos daban la mano y agarrábamos el pie. Terminábamos el examen lo más pronto que podíamos, y puesto que éramos dos, era muy rápido, y luego... ñaca ñaca, ¡a hacer travesuras!
Con el pretexto de que yo tenía que escribir algunos problemas en braille para poder leerlos yo mismo y entenderlos mejor (otro mito sobre los ciegos del cuál después hablaremos, o creo que ya lo mencioné, no somos tontos aunque todos lo crean), pedíamos tres horas para realizar el examen. Aproximadamente nos tardábamos 30 minutos (tiempo real) en acabarlo, y nos restaban dos horas y media. Si por casualidad nos encontraba algún maestro fuera del salón, bastaba con decir que íbamos al baño o que veníamos de él. Aunque por lo regular no era necesario, puesto que éramos muy hábiles para evitar esas situaciones incómodas y peligrosas.
Entre nuestras travesuras estaban: ir a la parte trasera de la escuela y arrojarles piedras a los autos estacionados en aquella calle solitaria; desde un segundo piso (por lo regular el mismo salón en donde realizábamos el examen), arrojar piedrecitas a las ventanas del salón inferior hasta que la maestra de aquella clase se asomara a ver que sucedía, y en cuanto se metiera de regreso, reiniciar. Son algunas de las que recuerdo pero, ¡nadie debe saberlo!
No sé, pero tengo la ligera impresión de que estoy divagando en los temas. Espero que no les importe, son fragmentos de pensamientos recogidos al azar de toda mi cabeza (de entre las neuronas menos afectadas).
Bueno, para evitar revelar información clasificada, me retiro. Si alguien puede darme un remedio para mi espantosa gripa, se lo agradecería, y más si ese remedio consiste en chiquearme.
miércoles, 17 de marzo de 2010
"My loneliness is killing me..."
Varias personas que me conocen más a fondo saben que siempre me ha llamado la atención el comportamiento del ser humano en su entorno. Las actitudes, costumbres, reacciones ante diversas circunstancias, maneras de pensar, etc; en pocas palabras, me gusta, de forma general, la psicología.
¿Porqué digo de forma general? Dentro de la psicología se han clasificado muchas ramificaciones que integran dicha ciencia, de las cuales algunas son de mi interés, mientras que otras incluso estoy en desacuerdo.
¿Porqué inicio comentando esto? Pues bien, les quiero compartir un artículo que me encontré en Internet escrito por la Psicóloga Clínica Especialista Gestalt en niños, adolescentes y adultos, además de Sexóloga y Educadora, Alma Isabel Pérez Salcedo. Este artículo trata una de las dos enfermedades mentales más padecidas por la humanidad en el siglo XXI que es, la soledad. Efectivamente, junto con la depresión (hablo de la enfermedad química/crónica específicamente) la soledad se ha extendido mucho en los últimos años sin respetar culturas, edades, posiciones sociales, etc; y a continuación se explica qué es en concreto esta enfermedad, cómo reconocer cuando se padece e incluso algunas pautas a seguir en caso de sufrirla. Ojalá les agrade. (Encontrarán palabras, frases y/o párrafos en mayúsculas; esto es para resaltar dichas ideas. Lo hice por que en lo personal me llaman la atención, y creo que a veces no se les da la debida importancia a dichos aspectos.)
**************************
¿QUÉ ES LA SOLEDAD?
Se considera a alguien solo cuando no establece contacto social con otras personas o bien CUANDO ESTE CONTACTO NO LE ES SATISFACTORIO. LA SOLEDAD SE CARACTERIZA BÁSICAMENTE POR:
SER EL RESULTADO DE RELACIONES SOCIALES QUE NO LE SON SATISFACTORIAS A UNA PERSONA.
Constituye una experiencia básicamente subjetiva, ya que HAY PERSONAS QUE PUEDEN SENTIRSE SOLOS AÚN ESTANDO EN COMPAÑÍA y personas que estando solos no sienten la soledad.
Puede generar angustia, depresión y bajo sentido de la felicidad y el placer.
La soledad, salvo excepciones, es una experiencia indeseada, deprimente y generadora de ansiedad, angustia y desesperación. Es distinta del aislamiento social, y refleja una percepción del individuo respecto a su sistema de relaciones sociales, bien porque este sistema es escaso o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.
Se distinguen dos tipos de soledad:
La soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar sus sentimientos y opiniones. Cuando nuestra habilidad para relacionarnos es mala, aumenta la probabilidad de que nos quedemos solos ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas y empáticas. La soledad esta muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas que son significativas en la vida de la persona y que son con las que se interactúa de forma regular.
La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.
La soledad puede ser producto de diversas circunstancias:
Pérdida y/o ausencia de un ser querido.
Cuando surge la separación en la pareja, el fallecimiento de un ser querido, un viaje prolongado, alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio vital en nuestra vida desaparece, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío que nos sume en la tristeza y la desesperanza, lo cual también se siente cuando pasamos por la infidelidad de nuestra pareja. Nos vemos perdidos y sin los puntos de referencia en los que antes nos apoyábamos para afrontar la vida. COMO PERSONAS TODOS NECESITAMOS DE LOS DEMÁS PARA CREARNOS A NOSOTROS MISMOS, PARA SENTIRNOS IMPORTANTES, PARA SENTIRNOS QUERIDOS Y ÚTILES PARA LOS NUESTROS. Y NO SÓLO PARA CUBRIR NUESTRAS NECESIDADES DE AFECTO Y DESARROLLO PERSONAL, SINO TAMBIÉN PARA AFIANZAR Y REVALIDAR NUESTRA AUTOESTIMA, YA QUE ÉSTA SE GENERA A PARTIR DE LA INTERRELACIÓN CON LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.
La pérdida y/o separación es irreemplazable pero no irreparable. Ese hueco quedará ahí pero si nos permitimos sentir cada una de las fases del duelo que va desde la tristeza hasta la aceptación y nos proponemos superarlo a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran ese falta que la ausencia del ser querido ha causado. Necesitamos intentar que el vacío de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones; esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutar la plenitud de su vida.
Soledad social.
Una soledad muy común en este mundo nuestro es la de quien apenas habla con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos, nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos dañen o nos rechacen, y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerme daño", "sólo me buscan cuando necesitan algo", "cada vez que confío en alguien, abusan de mi"; sin embargo nos sentimos solos y puede incluso provocar un cuadro de depresión y/o neurosis. Cuando la soledad no es deseada y/o buscada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos, generalmente se revisten de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven inmersas las personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.
NECESITAMOS RECONOCER QUE SOMOS SOCIALES POR NATURALEZA Y NECESITAMOS ESTABLECER UNA RED DE AMISTADES CON LAS QUE PODAMOS COMPARTIR NUESTROS GUSTOS, AFICIONES, PREOCUPACIONES, ETC. Los hábitos sociales de nuestra cultura frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero vale la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento.
Soledad: momento de reencuentro.
La soledad es también un momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nosotros mismos. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos en el que se necesita de la soledad. También se hace necesario "hablar" con nuestros miedos, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, podemos ignorarlos pero esto equivale a quedarnos bloqueados Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. En resumen, equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias “cosas”.
La soledad desde el punto de vista psicoterapéutico.
Sólo en los últimos años la soledad ha sido considerada como un problema clínico, que requiere de una terapia específica. El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia, tanto en la población en general como en personas que presentan algún grado de desajuste en su personalidad.
La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares.
¿Qué es entonces la soledad?
Psicológicamente se define como LA AUSENCIA, REAL O PERCIBIDA, DE RELACIONES SOCIALES SATISFACTORIAS, QUE SE PRESENTA CON SÍNTOMAS DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y DESADAPTACIÓN, COMO ANSIEDAD, DEPRESIÓN, INSOMNIO, ABUSO DE DROGAS Y ALCOHOLISMO.
Los pacientes crónicamente solos a menudo revelan muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que a nadie le importan.
Para diagnosticarla es necesario retomar lo anteriormente mencionado e identificar al menos la carencia de 3 elementos de la siguiente lista:
Tratamiento
Los problemas de soledad se tratan en el mismo contexto en que se analiza la depresión. El tratamiento por lo general incluye cambios conductuales específicos en la forma de iniciar y profundizar las relaciones sociales del paciente, revisando el “aquí y ahora”, revisando por ejemplo:
I. la cantidad de tiempo que el pacientes pasa con sus amistades;
II. la capacidad de la persona para "abrirse" frente a otros, hablando de sus sentimientos y pensamientos íntimos;
III. las muestras de afecto que las personas cercanas otorgan al paciente, para determinar hasta qué punto cada amigo puede ser confiable y cuánto puede depender de ellos, especialmente en los momentos de crisis,
IV. LA INTIMIDAD FÍSICA, QUE INCLUYE LA REGULARIDAD DE ESTOS CONTACTOS Y LA SATISFACCIÓN QUE EL PACIENTE OBTIENE DEL ASPECTO FÍSICO DE CADA RELACIÓN.
**************************
Espero que este artículo te sea de utilidad, de lo contrario acudir al consultorio siempre es una buena opción.
Si notas que tienes o las personas a quienes conoces, tienen comportamientos como los descritos, no dudes en pensar que necesitan ayuda.
Comenten qué les parece o si tienen ideas para enriquecer el tema.
¿Porqué digo de forma general? Dentro de la psicología se han clasificado muchas ramificaciones que integran dicha ciencia, de las cuales algunas son de mi interés, mientras que otras incluso estoy en desacuerdo.
¿Porqué inicio comentando esto? Pues bien, les quiero compartir un artículo que me encontré en Internet escrito por la Psicóloga Clínica Especialista Gestalt en niños, adolescentes y adultos, además de Sexóloga y Educadora, Alma Isabel Pérez Salcedo. Este artículo trata una de las dos enfermedades mentales más padecidas por la humanidad en el siglo XXI que es, la soledad. Efectivamente, junto con la depresión (hablo de la enfermedad química/crónica específicamente) la soledad se ha extendido mucho en los últimos años sin respetar culturas, edades, posiciones sociales, etc; y a continuación se explica qué es en concreto esta enfermedad, cómo reconocer cuando se padece e incluso algunas pautas a seguir en caso de sufrirla. Ojalá les agrade. (Encontrarán palabras, frases y/o párrafos en mayúsculas; esto es para resaltar dichas ideas. Lo hice por que en lo personal me llaman la atención, y creo que a veces no se les da la debida importancia a dichos aspectos.)
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¿QUÉ ES LA SOLEDAD?
Se considera a alguien solo cuando no establece contacto social con otras personas o bien CUANDO ESTE CONTACTO NO LE ES SATISFACTORIO. LA SOLEDAD SE CARACTERIZA BÁSICAMENTE POR:
SER EL RESULTADO DE RELACIONES SOCIALES QUE NO LE SON SATISFACTORIAS A UNA PERSONA.
Constituye una experiencia básicamente subjetiva, ya que HAY PERSONAS QUE PUEDEN SENTIRSE SOLOS AÚN ESTANDO EN COMPAÑÍA y personas que estando solos no sienten la soledad.
Puede generar angustia, depresión y bajo sentido de la felicidad y el placer.
La soledad, salvo excepciones, es una experiencia indeseada, deprimente y generadora de ansiedad, angustia y desesperación. Es distinta del aislamiento social, y refleja una percepción del individuo respecto a su sistema de relaciones sociales, bien porque este sistema es escaso o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.
Se distinguen dos tipos de soledad:
- EMOCIONAL, O AUSENCIA DE UNA RELACIÓN INTENSA CON OTRA PERSONA QUE NOS PRODUZCA SATISFACCIÓN Y SEGURIDAD.
- Social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses y preocupaciones.
La soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar sus sentimientos y opiniones. Cuando nuestra habilidad para relacionarnos es mala, aumenta la probabilidad de que nos quedemos solos ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas y empáticas. La soledad esta muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas que son significativas en la vida de la persona y que son con las que se interactúa de forma regular.
La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.
La soledad puede ser producto de diversas circunstancias:
- La pérdida y/o ausencia de un ser querido.
- Soledad social.
- Soledad producto de como fuimos educados, etc.
Pérdida y/o ausencia de un ser querido.
Cuando surge la separación en la pareja, el fallecimiento de un ser querido, un viaje prolongado, alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio vital en nuestra vida desaparece, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío que nos sume en la tristeza y la desesperanza, lo cual también se siente cuando pasamos por la infidelidad de nuestra pareja. Nos vemos perdidos y sin los puntos de referencia en los que antes nos apoyábamos para afrontar la vida. COMO PERSONAS TODOS NECESITAMOS DE LOS DEMÁS PARA CREARNOS A NOSOTROS MISMOS, PARA SENTIRNOS IMPORTANTES, PARA SENTIRNOS QUERIDOS Y ÚTILES PARA LOS NUESTROS. Y NO SÓLO PARA CUBRIR NUESTRAS NECESIDADES DE AFECTO Y DESARROLLO PERSONAL, SINO TAMBIÉN PARA AFIANZAR Y REVALIDAR NUESTRA AUTOESTIMA, YA QUE ÉSTA SE GENERA A PARTIR DE LA INTERRELACIÓN CON LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.
La pérdida y/o separación es irreemplazable pero no irreparable. Ese hueco quedará ahí pero si nos permitimos sentir cada una de las fases del duelo que va desde la tristeza hasta la aceptación y nos proponemos superarlo a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran ese falta que la ausencia del ser querido ha causado. Necesitamos intentar que el vacío de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones; esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutar la plenitud de su vida.
Soledad social.
Una soledad muy común en este mundo nuestro es la de quien apenas habla con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos, nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos dañen o nos rechacen, y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerme daño", "sólo me buscan cuando necesitan algo", "cada vez que confío en alguien, abusan de mi"; sin embargo nos sentimos solos y puede incluso provocar un cuadro de depresión y/o neurosis. Cuando la soledad no es deseada y/o buscada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos, generalmente se revisten de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven inmersas las personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.
NECESITAMOS RECONOCER QUE SOMOS SOCIALES POR NATURALEZA Y NECESITAMOS ESTABLECER UNA RED DE AMISTADES CON LAS QUE PODAMOS COMPARTIR NUESTROS GUSTOS, AFICIONES, PREOCUPACIONES, ETC. Los hábitos sociales de nuestra cultura frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero vale la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento.
Soledad: momento de reencuentro.
La soledad es también un momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nosotros mismos. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos en el que se necesita de la soledad. También se hace necesario "hablar" con nuestros miedos, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, podemos ignorarlos pero esto equivale a quedarnos bloqueados Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. En resumen, equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias “cosas”.
La soledad desde el punto de vista psicoterapéutico.
Sólo en los últimos años la soledad ha sido considerada como un problema clínico, que requiere de una terapia específica. El tema ha cobrado enorme importancia, ya que tiene una alta incidencia, tanto en la población en general como en personas que presentan algún grado de desajuste en su personalidad.
La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares.
¿Qué es entonces la soledad?
Psicológicamente se define como LA AUSENCIA, REAL O PERCIBIDA, DE RELACIONES SOCIALES SATISFACTORIAS, QUE SE PRESENTA CON SÍNTOMAS DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y DESADAPTACIÓN, COMO ANSIEDAD, DEPRESIÓN, INSOMNIO, ABUSO DE DROGAS Y ALCOHOLISMO.
Los pacientes crónicamente solos a menudo revelan muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que a nadie le importan.
Para diagnosticarla es necesario retomar lo anteriormente mencionado e identificar al menos la carencia de 3 elementos de la siguiente lista:
- Una persona cariñosa de quien depender,
- Alguien que lo atienda,
- Oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona,
- Un grupo de amigos del cual sentirse parte,
- Alguien que necesite de su amor,
- Alguien que lo desee físicamente,
- Personas con quienes compartir valores e intereses,
- Amigos para compartir actividades recreativas,
- Relaciones en el trabajo,
- Un sentido de confianza en los amigos íntimos,
- Intimidad física en forma regular.
Tratamiento
Los problemas de soledad se tratan en el mismo contexto en que se analiza la depresión. El tratamiento por lo general incluye cambios conductuales específicos en la forma de iniciar y profundizar las relaciones sociales del paciente, revisando el “aquí y ahora”, revisando por ejemplo:
I. la cantidad de tiempo que el pacientes pasa con sus amistades;
II. la capacidad de la persona para "abrirse" frente a otros, hablando de sus sentimientos y pensamientos íntimos;
III. las muestras de afecto que las personas cercanas otorgan al paciente, para determinar hasta qué punto cada amigo puede ser confiable y cuánto puede depender de ellos, especialmente en los momentos de crisis,
IV. LA INTIMIDAD FÍSICA, QUE INCLUYE LA REGULARIDAD DE ESTOS CONTACTOS Y LA SATISFACCIÓN QUE EL PACIENTE OBTIENE DEL ASPECTO FÍSICO DE CADA RELACIÓN.
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Espero que este artículo te sea de utilidad, de lo contrario acudir al consultorio siempre es una buena opción.
Si notas que tienes o las personas a quienes conoces, tienen comportamientos como los descritos, no dudes en pensar que necesitan ayuda.
Comenten qué les parece o si tienen ideas para enriquecer el tema.
viernes, 12 de marzo de 2010
EL "DESPERTAR" DE UNA NOCHE DE VERANO II
¿Recuerdan a nuestros amigos Diego, Rodrigo, Mauro y Paula? ¿Y el dilema en el que se encontró Diego al escuchar la confesión de Mauro? Aquí la novela continúa, pero no con lo que se decidió a hacer por fin Diego, si no más bien, la historia se abre y muestra otros sucesos.
Recordarán que Paula no estaba interesada en Mauro más que con una bonita amistad, debido a que sentía atracción hacia Rodrigo, que, inclusive, ya se lo había confesado tiempo atrás. Lo único que sabemos al respecto, es que Rodrigo no había correspondido a esta declaración, pero lo que no sabemos es cómo Paula le dio a conocer lo que sentía a Rodrigo. Tampoco sabemos qué sucede en la vida amorosa de Rodrigo, y otros detalles relevantes.
Aunque suene muy gastado, el amor de Paula se remonta a muchos años atrás, aproximadamente unos 10 años. Sí, 10 años.
La primera vez que lo vio fue en una obra de teatro en la que Rodrigo participó, y a la que Paula fue invitada –no por él, obviamente, porque no se conocían por ese entonces--. Al verlo en el escenario, a Paula le pareció atractivo a primera vista; le agradó su porte, su expresión, y hasta sus ademanes, aunque no lo pudo ver muy de cerca. Pero en eso quedó todo.
Sin embargo, un breve tiempo después, la mejor amiga de Paula (a quien llamaremos Rocío) le prometió presentarla con un muchacho que, según decía ella, era muy atrayente y agradable de tratar. Paula accedió, y prometieron verse en un evento donde Rocío se lo iba a presentar.
Se llegó el día y las dos amigas se encontraron. Rocío condujo a Paula a aquel muchacho y, cuál sería la sorpresa de Paula al ver que era efectivamente el mismo joven al que había visto en la obra de teatro que tanto le había encantado. Ahí comenzó el desarrollo de los sentimientos de Paula por él. No se trataban mucho, ni tampoco se veían muy a menudo; pero cada que Paula lo veía, su corazón saltaba de emoción y nerviosismo al mismo tiempo.
El tiempo pasó y fueron pocas las oportunidades que se presentaban para estar con él; aún así, Paula no podía evitar que creciera poco a poco su atracción por Rodrigo.
Por cierto, debido a que Paula era muy reservada, nunca quiso platicar con nadie aquellos sentimientos, ni siquiera con su íntima amiga. Por lo tanto, como suele suceder en este tipo de enredos amorosos, su amiga comenzó a cortejar a Rodrigo, y, más aún, a salir con él. Paula se sentía dolida, pero no con su amiga, si no consigo misma al ver que le era indiferente a Rodrigo y también al ver su poca o nula capacidad para acercarse o llamar su atención. Así que finalmente, decidió dejarlo por la paz, y verlo simplemente como un amor platónico, como los que hay muchos.
Siguió transcurriendo el tiempo, sin que por eso disminuyera el amor de Paula, y más todavía debido a que el papá de Paula y de Rodrigo eran conocidos y a menudo tenían asuntos qué atender con motivo de su trabajo.
Para esto, Paula nunca había tenido noticias de que a Rodrigo le interesara alguna persona en especial, y mucho menos había escuchado de que hubiera iniciado alguna relación. Sin embargo, empezaron a correr los rumores de que él tenía tratos cada vez más frecuentes con una muchachita conocida suya, y que incluso, sus papás –de la muchacha y de Rodrigo—eran íntimos amigos. Como era de suponerse, estas no fueron noticias alentadoras.
Poco a poco los rumores fueron creciendo hasta que se hizo oficial la noticia: Rodrigo tenía novia. Por supuesto el ánimo de Paula se ensombreció bastante por varios días. Diego –quien todo el tiempo había estado al tanto de todo esto, incluidos los pensamientos de Paula—trató de animarla, y esto porque según él, la relación de Rodrigo con su novia no parecía ser muy sólida. Pero lo que más le reprochaba Diego a Paula era que, si era de tal magnitud su cariño por Rodrigo, cómo era que nunca le había dejado ver un poco de su interés, o siquiera hubiera tratado de conocerlo e inducirlo a conocerla a ella por consecuencia.
A su vez, Paula argumentaba que no se sentía con los medios suficientes como para llamar la atención de él, que era tan popular. Ella solo se limitaba a saludarlo cuando él se acercaba y tenía ese detalle con ella, pero hasta ahí.
El problema aquí queridos lectores y novelófilos, fue cuando Paula tuvo la certeza de quién era la novia de Rodrigo. Solamente tuvo la oportunidad de conocerla en una ocasión en la que salieron a pasear junto con otros amigos –antes de que fueran novios ella y Rodrigo—y desde entonces le había parecido completamente desagradable. En personalidad, en físico y hasta en comportamiento. ¿Se dan una idea de la reacción de Paula al enterarse que precisamente ella era la famosa noviecita de Rodrigo? Por supuesto, aunque la misma Paula no se consideraba apta para acercarse a él, muchísimo menos lo era ella, ¡y peor! Para ser su novia.
Pero el tiempo siguió pasando y la parejita parecía cada vez más unida y enamorada, así que poco a poco Paula iría persuadiéndose de hacer algo completamente fuera de lo convencional en ella, fuera de lo ordinario.
Con los ánimos de Diego y de otra amiga de Paula, comenzó a redactar una carta para Rodrigo. En principio ella tenía bien en mente que no se la entregaría, que solo era como desahogo personal. Pero luego fue variando de opinión: Comenzó a pensar en dársela como anónima, así él se enteraría de que alguien lo amaba en secreto, pero no se percataría de quién era. Luego meditó en la posibilidad de rebelar su identidad de forma sutil; para que si él era lo suficientemente inteligente como para descubrirla, bien, si no, mejor sería.
En efecto, preparó la carta --que por cierto era extensa, puesto que plasmaba muchos de los recuerdos de ella-- pero con el remitente anónimo. Sin embargo, de último momento, Diego y otra amiga de Paula terminaron por convencerla para que indicara su identidad, al fin y al cabo, no tenía nada que perder. Para sorpresa de todos, incluida ella misma, lo hizo.
El plan era entregársela de forma indirecta, es decir, por un intermediario. Y a falta de alguien más adecuado, eligieron a un niño al azar.
La carta llegó a su destinatario y fue leída por el mismo. Algún tiempo después… la contestación de Rodrigo llegó.
Antes de saber exactamente lo que Rodrigo respondió –aunque en esencia ya lo conocemos—hace falta aclarar que Paula no pretendía que Rodrigo dejara a su novia, es decir, no era una carta agresiva con el fin de llamar desesperadamente la atención de él y que cambiara de parecer con respecto a su elección de pareja. Más bien, solo era con el propósito de hacer del conocimiento de Rodrigo lo que Paula sentía, pero con mucho respeto; esto tenía el fin de que Paula se desahogara y, tal vez, la ayudara a superar aquel enamoramiento.
Pues bien, Rodrigo dejó claro que él estaba muy adherido a su novia, y que probablemente lo estaría en el futuro. Pero también indicó que le había sorprendido la forma tan delicada y sentida de expresárselo de parte de Paula, y que apreciaba y agradecía ese cariño. Porque, de hecho, Rodrigo tenía la equivocada idea de que a Paula no le agradaba, porque siempre se mostraba reservada o distante con él. Pero ahora entendía todo.
En fin, Paula quedó conforme, aunque triste, y, efectivamente, le sirvió de mucho el externarlo directamente con él.
Pero esto no fue todo. Un breve tiempo después, Diego y Paula se enteraron de algo que los sorprendió mucho: Rodrigo y su novia habían terminado su relación. Al principio no eran problemas propios de la pareja, sino externos. Pero más adelante corrieron otros rumores. Aparentemente, uno de los amigos de Rodrigo tenía interés por su exnovia, y además, ella no le era tan indiferente.
En una ocasión posterior, Rodrigo y Paula se encontraron casualmente en un lugar público. Él se acercó a saludarla, y Paula se portó con un porte y tranquilidad envidiables. Se saludaron, cambiaron frases de cortesía habituales, pero... Diego --quien también estuvo presente-- notó algo bastante extraño en Rodrigo. Platicaron unos minutos y finalmente se despidieron.
En la mente de Diego empezaron a revolverse muchos pensamientos encontrados y confusos. Pero una de las preguntas que más resonaron en su cabeza fue:
“¿Y Mauro?”
Recordarán que Paula no estaba interesada en Mauro más que con una bonita amistad, debido a que sentía atracción hacia Rodrigo, que, inclusive, ya se lo había confesado tiempo atrás. Lo único que sabemos al respecto, es que Rodrigo no había correspondido a esta declaración, pero lo que no sabemos es cómo Paula le dio a conocer lo que sentía a Rodrigo. Tampoco sabemos qué sucede en la vida amorosa de Rodrigo, y otros detalles relevantes.
Aunque suene muy gastado, el amor de Paula se remonta a muchos años atrás, aproximadamente unos 10 años. Sí, 10 años.
La primera vez que lo vio fue en una obra de teatro en la que Rodrigo participó, y a la que Paula fue invitada –no por él, obviamente, porque no se conocían por ese entonces--. Al verlo en el escenario, a Paula le pareció atractivo a primera vista; le agradó su porte, su expresión, y hasta sus ademanes, aunque no lo pudo ver muy de cerca. Pero en eso quedó todo.
Sin embargo, un breve tiempo después, la mejor amiga de Paula (a quien llamaremos Rocío) le prometió presentarla con un muchacho que, según decía ella, era muy atrayente y agradable de tratar. Paula accedió, y prometieron verse en un evento donde Rocío se lo iba a presentar.
Se llegó el día y las dos amigas se encontraron. Rocío condujo a Paula a aquel muchacho y, cuál sería la sorpresa de Paula al ver que era efectivamente el mismo joven al que había visto en la obra de teatro que tanto le había encantado. Ahí comenzó el desarrollo de los sentimientos de Paula por él. No se trataban mucho, ni tampoco se veían muy a menudo; pero cada que Paula lo veía, su corazón saltaba de emoción y nerviosismo al mismo tiempo.
El tiempo pasó y fueron pocas las oportunidades que se presentaban para estar con él; aún así, Paula no podía evitar que creciera poco a poco su atracción por Rodrigo.
Por cierto, debido a que Paula era muy reservada, nunca quiso platicar con nadie aquellos sentimientos, ni siquiera con su íntima amiga. Por lo tanto, como suele suceder en este tipo de enredos amorosos, su amiga comenzó a cortejar a Rodrigo, y, más aún, a salir con él. Paula se sentía dolida, pero no con su amiga, si no consigo misma al ver que le era indiferente a Rodrigo y también al ver su poca o nula capacidad para acercarse o llamar su atención. Así que finalmente, decidió dejarlo por la paz, y verlo simplemente como un amor platónico, como los que hay muchos.
Siguió transcurriendo el tiempo, sin que por eso disminuyera el amor de Paula, y más todavía debido a que el papá de Paula y de Rodrigo eran conocidos y a menudo tenían asuntos qué atender con motivo de su trabajo.
Para esto, Paula nunca había tenido noticias de que a Rodrigo le interesara alguna persona en especial, y mucho menos había escuchado de que hubiera iniciado alguna relación. Sin embargo, empezaron a correr los rumores de que él tenía tratos cada vez más frecuentes con una muchachita conocida suya, y que incluso, sus papás –de la muchacha y de Rodrigo—eran íntimos amigos. Como era de suponerse, estas no fueron noticias alentadoras.
Poco a poco los rumores fueron creciendo hasta que se hizo oficial la noticia: Rodrigo tenía novia. Por supuesto el ánimo de Paula se ensombreció bastante por varios días. Diego –quien todo el tiempo había estado al tanto de todo esto, incluidos los pensamientos de Paula—trató de animarla, y esto porque según él, la relación de Rodrigo con su novia no parecía ser muy sólida. Pero lo que más le reprochaba Diego a Paula era que, si era de tal magnitud su cariño por Rodrigo, cómo era que nunca le había dejado ver un poco de su interés, o siquiera hubiera tratado de conocerlo e inducirlo a conocerla a ella por consecuencia.
A su vez, Paula argumentaba que no se sentía con los medios suficientes como para llamar la atención de él, que era tan popular. Ella solo se limitaba a saludarlo cuando él se acercaba y tenía ese detalle con ella, pero hasta ahí.
El problema aquí queridos lectores y novelófilos, fue cuando Paula tuvo la certeza de quién era la novia de Rodrigo. Solamente tuvo la oportunidad de conocerla en una ocasión en la que salieron a pasear junto con otros amigos –antes de que fueran novios ella y Rodrigo—y desde entonces le había parecido completamente desagradable. En personalidad, en físico y hasta en comportamiento. ¿Se dan una idea de la reacción de Paula al enterarse que precisamente ella era la famosa noviecita de Rodrigo? Por supuesto, aunque la misma Paula no se consideraba apta para acercarse a él, muchísimo menos lo era ella, ¡y peor! Para ser su novia.
Pero el tiempo siguió pasando y la parejita parecía cada vez más unida y enamorada, así que poco a poco Paula iría persuadiéndose de hacer algo completamente fuera de lo convencional en ella, fuera de lo ordinario.
Con los ánimos de Diego y de otra amiga de Paula, comenzó a redactar una carta para Rodrigo. En principio ella tenía bien en mente que no se la entregaría, que solo era como desahogo personal. Pero luego fue variando de opinión: Comenzó a pensar en dársela como anónima, así él se enteraría de que alguien lo amaba en secreto, pero no se percataría de quién era. Luego meditó en la posibilidad de rebelar su identidad de forma sutil; para que si él era lo suficientemente inteligente como para descubrirla, bien, si no, mejor sería.
En efecto, preparó la carta --que por cierto era extensa, puesto que plasmaba muchos de los recuerdos de ella-- pero con el remitente anónimo. Sin embargo, de último momento, Diego y otra amiga de Paula terminaron por convencerla para que indicara su identidad, al fin y al cabo, no tenía nada que perder. Para sorpresa de todos, incluida ella misma, lo hizo.
El plan era entregársela de forma indirecta, es decir, por un intermediario. Y a falta de alguien más adecuado, eligieron a un niño al azar.
La carta llegó a su destinatario y fue leída por el mismo. Algún tiempo después… la contestación de Rodrigo llegó.
Antes de saber exactamente lo que Rodrigo respondió –aunque en esencia ya lo conocemos—hace falta aclarar que Paula no pretendía que Rodrigo dejara a su novia, es decir, no era una carta agresiva con el fin de llamar desesperadamente la atención de él y que cambiara de parecer con respecto a su elección de pareja. Más bien, solo era con el propósito de hacer del conocimiento de Rodrigo lo que Paula sentía, pero con mucho respeto; esto tenía el fin de que Paula se desahogara y, tal vez, la ayudara a superar aquel enamoramiento.
Pues bien, Rodrigo dejó claro que él estaba muy adherido a su novia, y que probablemente lo estaría en el futuro. Pero también indicó que le había sorprendido la forma tan delicada y sentida de expresárselo de parte de Paula, y que apreciaba y agradecía ese cariño. Porque, de hecho, Rodrigo tenía la equivocada idea de que a Paula no le agradaba, porque siempre se mostraba reservada o distante con él. Pero ahora entendía todo.
En fin, Paula quedó conforme, aunque triste, y, efectivamente, le sirvió de mucho el externarlo directamente con él.
Pero esto no fue todo. Un breve tiempo después, Diego y Paula se enteraron de algo que los sorprendió mucho: Rodrigo y su novia habían terminado su relación. Al principio no eran problemas propios de la pareja, sino externos. Pero más adelante corrieron otros rumores. Aparentemente, uno de los amigos de Rodrigo tenía interés por su exnovia, y además, ella no le era tan indiferente.
En una ocasión posterior, Rodrigo y Paula se encontraron casualmente en un lugar público. Él se acercó a saludarla, y Paula se portó con un porte y tranquilidad envidiables. Se saludaron, cambiaron frases de cortesía habituales, pero... Diego --quien también estuvo presente-- notó algo bastante extraño en Rodrigo. Platicaron unos minutos y finalmente se despidieron.
En la mente de Diego empezaron a revolverse muchos pensamientos encontrados y confusos. Pero una de las preguntas que más resonaron en su cabeza fue:
“¿Y Mauro?”
Categoría:
EL "DESPERTAR" DE UNA NOCHE DE VERANO
Blog Invadido
Hola, qué tal. Soy Danielov, mentor del Enemigo Público en la blogósfera y ex blogger.
Me he tomado la libertad de publicar esta entrada con la finalidad de anunciarles que, si bien ahora soy coadministrador de este blog junto con Deivid, no tendré más participación en entradas como esta. Más bien, mi función será la de diseñador para este blog, puesto que algunas personas (en el mundo real) han externado su preocupación acerca del nulo apoyo gráfico para esta bitácora.
Es cierto; el mismo autor lo expresó, éste no sería un lugar que se caracterizara por su carácter visual, maxime las limitantes del mismo para desenvolverse en tal contexto. Por tanto, a fin de que este blog no pierda en tal terreno (obviamente entre los usuarios videntes), se me ha asignado la ejecución del desarrollo visual de este sitio.
Este proceso será paulatino; no esperen un blog completamente remodelado de la noche a la mañana (sobre todo, porque por el momento estoy algo saturado de ocupaciones). Poco a poco iremos orientando la gráfica del blog hacia un estilo más lúdico, y ello dependerá mucho de la aceptación de ustedes hacia el contenido generado por Deivid y su participación para con él en sus diversos planteamientos textuales. Síganle apoyando, pues; un blog que no es comentado y debatido es tan útil como un cuaderno en que se escribe y que luego es escondido debajo de la almohada.
Saludos. Mantenedse al pendiente.
Me he tomado la libertad de publicar esta entrada con la finalidad de anunciarles que, si bien ahora soy coadministrador de este blog junto con Deivid, no tendré más participación en entradas como esta. Más bien, mi función será la de diseñador para este blog, puesto que algunas personas (en el mundo real) han externado su preocupación acerca del nulo apoyo gráfico para esta bitácora.
Es cierto; el mismo autor lo expresó, éste no sería un lugar que se caracterizara por su carácter visual, maxime las limitantes del mismo para desenvolverse en tal contexto. Por tanto, a fin de que este blog no pierda en tal terreno (obviamente entre los usuarios videntes), se me ha asignado la ejecución del desarrollo visual de este sitio.
Este proceso será paulatino; no esperen un blog completamente remodelado de la noche a la mañana (sobre todo, porque por el momento estoy algo saturado de ocupaciones). Poco a poco iremos orientando la gráfica del blog hacia un estilo más lúdico, y ello dependerá mucho de la aceptación de ustedes hacia el contenido generado por Deivid y su participación para con él en sus diversos planteamientos textuales. Síganle apoyando, pues; un blog que no es comentado y debatido es tan útil como un cuaderno en que se escribe y que luego es escondido debajo de la almohada.
Saludos. Mantenedse al pendiente.
jueves, 11 de marzo de 2010
PENSAMIENTO LATERAL Y ACERTIJOS
El día de hoy me levanté meditando en lo poco que nos esforzamos los mexicanos para pensar o resolver problemas. Normalmente vemos un problema en que tenemos que usar la cabeza, y decidimos dejarlo para luego o para alguien más por la flojera que nos provoca el buscar ideas para solucionarlo. Y luego nos preguntamos con cara de preocupados: ¿porqué México no avanza?
Por eso decidí compartir con ustedes algunos acertijos que tendrán que resolver utilizando su cerebro exclusivamente. Yo sé que no voy a cambiar al mundo, y muchísimo menos, a México, pero la lucha se le hace, al menos para no aburrirme.
Hoy solo voy a publicar los acertijos, y ustedes podrán poner en sus comentarios los resultados posibles, y también, las razones por las que llegaron a esa conclusión. Yo sé que muchos nada más con ver de qué se trata el post de hoy van a saltárselo por flojera, pero eso solo les demostrará a sí mismos lo que tenga que mostrarles.
En unos días, dependiendo de la cantidad de personas que me ofrezcan sus resultados, entonces yo publicaré los reales y ustedes podrán compararlos para ver en cuántos están en lo correcto.
1. LO QUE DIJO EL REO:
En un determinado país donde la ejecución de un condenado a muerte solamente puede hacerse mediante la horca o la silla eléctrica, se da la situación siguiente, que permite a un cierto condenado librarse de ser ejecutado. Llega el momento de la ejecución y sus verdugos le piden que hable, y le manifiestan: "Si dices una verdad, te mataremos en la horca, y si mientes te mataremos en la silla eléctrica". El preso hace entonces una afirmación que deja a los verdugos tan perplejos que no pueden, sin contradecirse, matar al preso ni en la horca, ni en la silla eléctrica. ¿Qué es lo que dijo el reo?
2. LA MONEDA MAS PESADA DE TODA LA DOCENA:
El amigo Jacinto tiene doce monedas, pero sabe que una de ellas es falsa, esto es, que tiene un peso mayor que el peso de cada una de las restantes. Le dicen que use una balanza y que con solo tres pesadas averigüe cuál es la moneda de peso diferente. ¿Cómo lo logra?
3. LAS PEINETAS DE LA FERIA:
En la caseta de María tenemos 5 peinetas. Dos blancas, tres rojas. Se ponen tres niñas en fila india y, sin que ellas vean el color, se les coloca una peineta en la cabecita a cada una de ellas. Está claro que la niña que queda en tercer lugar si ve el color de las peinetas de las otras dos y la niña que está en segundo lugar verá solo el color de la peineta de la niña que tiene delante, la primera de la fila. Bueno, pues cuando alguien le preguntó a la última niña si podía deducir cuál era el color de la peineta que tenía en la cabeza, dijo "no, no puedo". A la misma pregunta, la niña segunda, que solo veía a la que teníaa delante, dijo, "yo tampoco puedo". En cambio, cuando la pregunta se le hizo a la primera niña, que escuchó las respuestas de las dos compañeras de atrás, dijo: "mi peineta es roja", a pesar de que no veía el color de ninguna de las peinetas. ¿Cómo lo dedujo?.
4. LAS ETIQUETAS:
Sin acertar con ninguna de las tres, un empleado etiquetó erróneamente tres cajas que contenían lápices, bolígrafos y grapas. Cuando alguien le comunica el error, dice: "no hay problema, con solo abrir una de las tres cajas y mirar su contenido, ya podré colocar las tres etiquetas correctamente". ¿Cómo lo hace?
5. CON LOS RELOJES DE ARENA:
Solamente dispones de dos relojes de arena, cuyas capacidades son de 8 minutos y de 5 minutos. ¿Podrás solo con ellos medir un intervalo de 11 minutos?.
6. REPARTIR LOS OCHO LITROS:
Un tonelero quiso repartir entre dos personas, a partes iguales, una jarra con 8 litros de vino, pero al intentar hacer las medidas se vió con el problema de que solamente disponía, aparte de la jarra de 8 litros, de dos jarras con capacidades de 3 y de 5 litros. Dijo: "no importa. Trasvasando adecuadamente el vino, puede hacerse la medición de forma que queden 4 litros en la jarra que ahora contiene 8 y otros cuatro litros en la jarra de capacidad para 5". ¿Cómo lo va a hacer?.
7. LAS CANICAS:
Los niños Juan y Raúl disponen de algunas canicas en el bolsillo. Dice Juan a Raúl: "Si me regalas una de tus canicas tendremos ambos igual cantidad". Pero dijo entonces Raúl: "Si tú me das a mi una de tus canicas, tendré yo el doble que tú". ¿Cuántas canicas tenía Juan y cuántas Raúl?.
8. EL BOCATA COMPARTIDO:
Tres niños con mucha hambre y poco dinero se van a un bar y piden un bocata para compartirlo entre los tres, que cuesta 300 pesetas, y lo pagan poniendo 100 pesetas cada uno. En el momento de pagarlo, el empleado del bar les hace una rebaja de 50 pesetas y les cobra solo 250 pesetas por el bocata. Les devuelve 50 pesetas a los tres niños, los cuales se guardan 10 pesetas cada uno y guardan las otras 20 en un fondo común para pipas. Pero los chicos piensan: "Si hemos pagado cada uno 90 pesetas y tenemos 20 en el fondo común, eso hace un total de 290 pesetas. ¿Dónde están entonces las otras 10 pesetas?
9. PROBLEMA DEL PASO DEL RIO:
Una persona que dispone de una barca para atravesar un río desde una orilla a la otra, tiene que pasar un lobo, una cabra y un arbusto. El problema es que en cada viaje solo puede pasar a uno de los tres y no puede dejar solos, en ninguna de las dos orillas, al lobo y a la cabra porque el lobo la mataría, y tampoco puede dejar solos a la cabra y al arbusto porque la cabra se lo comería. ¿Cómo podría esa persona resolver el problema con la barca de que dispone y sin ninguna otra ayuda externa?.
10. LA CESTA DE LOS HUEVOS:
A la señora se le cayó al suelo la cesta de los huevos, y alguien quería saber cuántos huevos había en la cesta. - ¿Cuantos huevos llevaba? - le preguntaron. - No lo se, recuerdo que al contarlos en grupos de 2, 3, 4 y 5, sobraban 1, 2, 3 y 4 respectivamente.
Espero que los disfruten y un consejo: siempre que tratamos de resolver este tipo de problemas pensamos de frente, es decir, con las solusiones más esperadas o lógicas. En este caso, resuélvanlos con el pensamiento lateral, o sea, buscando cosas fuera de lo ordinario. Claro, los resultados tienen que ser exactos y lógicos, pero al ustedes dejar volar su mente pueden venir ideas que les ayuden a resolverlos.
Por eso decidí compartir con ustedes algunos acertijos que tendrán que resolver utilizando su cerebro exclusivamente. Yo sé que no voy a cambiar al mundo, y muchísimo menos, a México, pero la lucha se le hace, al menos para no aburrirme.
Hoy solo voy a publicar los acertijos, y ustedes podrán poner en sus comentarios los resultados posibles, y también, las razones por las que llegaron a esa conclusión. Yo sé que muchos nada más con ver de qué se trata el post de hoy van a saltárselo por flojera, pero eso solo les demostrará a sí mismos lo que tenga que mostrarles.
En unos días, dependiendo de la cantidad de personas que me ofrezcan sus resultados, entonces yo publicaré los reales y ustedes podrán compararlos para ver en cuántos están en lo correcto.
1. LO QUE DIJO EL REO:
En un determinado país donde la ejecución de un condenado a muerte solamente puede hacerse mediante la horca o la silla eléctrica, se da la situación siguiente, que permite a un cierto condenado librarse de ser ejecutado. Llega el momento de la ejecución y sus verdugos le piden que hable, y le manifiestan: "Si dices una verdad, te mataremos en la horca, y si mientes te mataremos en la silla eléctrica". El preso hace entonces una afirmación que deja a los verdugos tan perplejos que no pueden, sin contradecirse, matar al preso ni en la horca, ni en la silla eléctrica. ¿Qué es lo que dijo el reo?
2. LA MONEDA MAS PESADA DE TODA LA DOCENA:
El amigo Jacinto tiene doce monedas, pero sabe que una de ellas es falsa, esto es, que tiene un peso mayor que el peso de cada una de las restantes. Le dicen que use una balanza y que con solo tres pesadas averigüe cuál es la moneda de peso diferente. ¿Cómo lo logra?
3. LAS PEINETAS DE LA FERIA:
En la caseta de María tenemos 5 peinetas. Dos blancas, tres rojas. Se ponen tres niñas en fila india y, sin que ellas vean el color, se les coloca una peineta en la cabecita a cada una de ellas. Está claro que la niña que queda en tercer lugar si ve el color de las peinetas de las otras dos y la niña que está en segundo lugar verá solo el color de la peineta de la niña que tiene delante, la primera de la fila. Bueno, pues cuando alguien le preguntó a la última niña si podía deducir cuál era el color de la peineta que tenía en la cabeza, dijo "no, no puedo". A la misma pregunta, la niña segunda, que solo veía a la que teníaa delante, dijo, "yo tampoco puedo". En cambio, cuando la pregunta se le hizo a la primera niña, que escuchó las respuestas de las dos compañeras de atrás, dijo: "mi peineta es roja", a pesar de que no veía el color de ninguna de las peinetas. ¿Cómo lo dedujo?.
4. LAS ETIQUETAS:
Sin acertar con ninguna de las tres, un empleado etiquetó erróneamente tres cajas que contenían lápices, bolígrafos y grapas. Cuando alguien le comunica el error, dice: "no hay problema, con solo abrir una de las tres cajas y mirar su contenido, ya podré colocar las tres etiquetas correctamente". ¿Cómo lo hace?
5. CON LOS RELOJES DE ARENA:
Solamente dispones de dos relojes de arena, cuyas capacidades son de 8 minutos y de 5 minutos. ¿Podrás solo con ellos medir un intervalo de 11 minutos?.
6. REPARTIR LOS OCHO LITROS:
Un tonelero quiso repartir entre dos personas, a partes iguales, una jarra con 8 litros de vino, pero al intentar hacer las medidas se vió con el problema de que solamente disponía, aparte de la jarra de 8 litros, de dos jarras con capacidades de 3 y de 5 litros. Dijo: "no importa. Trasvasando adecuadamente el vino, puede hacerse la medición de forma que queden 4 litros en la jarra que ahora contiene 8 y otros cuatro litros en la jarra de capacidad para 5". ¿Cómo lo va a hacer?.
7. LAS CANICAS:
Los niños Juan y Raúl disponen de algunas canicas en el bolsillo. Dice Juan a Raúl: "Si me regalas una de tus canicas tendremos ambos igual cantidad". Pero dijo entonces Raúl: "Si tú me das a mi una de tus canicas, tendré yo el doble que tú". ¿Cuántas canicas tenía Juan y cuántas Raúl?.
8. EL BOCATA COMPARTIDO:
Tres niños con mucha hambre y poco dinero se van a un bar y piden un bocata para compartirlo entre los tres, que cuesta 300 pesetas, y lo pagan poniendo 100 pesetas cada uno. En el momento de pagarlo, el empleado del bar les hace una rebaja de 50 pesetas y les cobra solo 250 pesetas por el bocata. Les devuelve 50 pesetas a los tres niños, los cuales se guardan 10 pesetas cada uno y guardan las otras 20 en un fondo común para pipas. Pero los chicos piensan: "Si hemos pagado cada uno 90 pesetas y tenemos 20 en el fondo común, eso hace un total de 290 pesetas. ¿Dónde están entonces las otras 10 pesetas?
9. PROBLEMA DEL PASO DEL RIO:
Una persona que dispone de una barca para atravesar un río desde una orilla a la otra, tiene que pasar un lobo, una cabra y un arbusto. El problema es que en cada viaje solo puede pasar a uno de los tres y no puede dejar solos, en ninguna de las dos orillas, al lobo y a la cabra porque el lobo la mataría, y tampoco puede dejar solos a la cabra y al arbusto porque la cabra se lo comería. ¿Cómo podría esa persona resolver el problema con la barca de que dispone y sin ninguna otra ayuda externa?.
10. LA CESTA DE LOS HUEVOS:
A la señora se le cayó al suelo la cesta de los huevos, y alguien quería saber cuántos huevos había en la cesta. - ¿Cuantos huevos llevaba? - le preguntaron. - No lo se, recuerdo que al contarlos en grupos de 2, 3, 4 y 5, sobraban 1, 2, 3 y 4 respectivamente.
Espero que los disfruten y un consejo: siempre que tratamos de resolver este tipo de problemas pensamos de frente, es decir, con las solusiones más esperadas o lógicas. En este caso, resuélvanlos con el pensamiento lateral, o sea, buscando cosas fuera de lo ordinario. Claro, los resultados tienen que ser exactos y lógicos, pero al ustedes dejar volar su mente pueden venir ideas que les ayuden a resolverlos.
Categoría:
Críticas constructivas,
El mundo de hoy
lunes, 8 de marzo de 2010
Fin de semana de perros
Es por demás. La decadencia del ser humano es más que patente. Hace aproximadamente 3 semanas me enfermé de la garganta, dejándome una tos de perro vastante desagradable. Después de una semana de sufrirla, aparentemente la había librado, pero ¡no!
Este sábado por la mañana volví a amanecer con una voz de hombre como los que ya no existen, y un ligero ardor en la garganta. Pensé que sería solo una irritación provocada por haberme enfriado el día anterior, y así pasé el día. Pero por la noche empeoré al grado de tener un dolor en la garganta insufrible. Y como consecuencia, no pude dormir en toda la noche. ¡no les exagero! Me acosté como a las 12 y dormité una hora cuando mucho. De ahí en adelante me la pasé con los ojos pelones (ups perdón, la costumbre, quise decir despierto).
Hasta me puse a ver una peliculilla mafufa que --bendito sea Dios-- pasaron a las 4 de la madrugada en el canal 5 a diferencia de todos los demás canales donde solo eran comerciales de esos de productos que para la próstata, que para bajar de peso, para hacer ejercicio sin moverte, y todas esas ñoñerías.
En fin, me dieron las 8 y seguía despierto. Ya nada más pude dormitar unas 2 horas, pero cuando desperté el dolor de garganta era peor... no lo creí posible.
Para colmo, a mi considerado papasito se le ocurrió llevarnos a un rancho con unos hermanos que nos invitaron a comer, y no me quejo de la hospitalidad de la gente, sino de que hacía un aiggggronaso del demonio.
Y claro, como era de suponerse, hoy estoy peor. Ni comer a gusto puedo debido al dolor de garganta. Habían de llevarme al rastro, ya para que me hagan caca...rnitas (perdón, se me va la voz).
Luego para colmo me hacen enfadar el sábado. Haber, qué afán ese de preguntarle a un ciego cada que lo saludas: haber… ¿quién soy?
Chale, parecen niños con juguete nuevo, y eso que me conocen hace un buen. y ¡peor! Todavía tienen el descaro de que cuando uno les contesta, y les dice acertadamente quienes son, dicen: aayy, que bonito, sí le atinó.
¡RAYOS! ¡NI QUE FUERA UNO MENSO! (al menos no por ese lado), somos "ciegos" no idiotas... bueno algunos.
Consejo: nunca hagan eso. Lo único que logran no es poner de manifiesto las habilidades auditivas del ciego en cuestión para reconocer voces. Solo están haciendo enojar al individuo y además le recuerdan que no es una persona “normal”, aunque no sea ese su propósito.
No, y dejen de eso. Yo no sé porqué hay esa costumbre de que cuando llegan a saludar a las personas en esta situación, por lo regular le gritan: ¡HOLA! ¡¿CÓMO ESTÁ?!
Y al recibir la respuesta acostumbrada de “bien gracias” vuelven a gritar: ¡QUÉ BUENO! ¡ME DA MUCHO GUSTO!
Haber, ¿qué parte de “CIEGOS” y no sordos no entienden?
Bueno, la verdad esque varios de nuestros colegas de profesión (porque sí es una profesión, no tienen idea el trabajo que cuesta desenvolverse eee) han dado esa impresión a los demás. Tal vez de ahí vengan esas costumbres.
En fin, no voy a cambiar al mundo. Solo es que ando en mis días difíciles (digo, los hombres tenemos derecho a tener días emocionales, mas no físicos, claro. Aunque con diferente frecuencia).
Bueno, ahora ya saben mis penas. Grrr, empieza a dolerme la cabeza, por si faltaba algo.
Ya dije. Ahora de aquí en adelante todo seguirá igual.
Este sábado por la mañana volví a amanecer con una voz de hombre como los que ya no existen, y un ligero ardor en la garganta. Pensé que sería solo una irritación provocada por haberme enfriado el día anterior, y así pasé el día. Pero por la noche empeoré al grado de tener un dolor en la garganta insufrible. Y como consecuencia, no pude dormir en toda la noche. ¡no les exagero! Me acosté como a las 12 y dormité una hora cuando mucho. De ahí en adelante me la pasé con los ojos pelones (ups perdón, la costumbre, quise decir despierto).
Hasta me puse a ver una peliculilla mafufa que --bendito sea Dios-- pasaron a las 4 de la madrugada en el canal 5 a diferencia de todos los demás canales donde solo eran comerciales de esos de productos que para la próstata, que para bajar de peso, para hacer ejercicio sin moverte, y todas esas ñoñerías.
En fin, me dieron las 8 y seguía despierto. Ya nada más pude dormitar unas 2 horas, pero cuando desperté el dolor de garganta era peor... no lo creí posible.
Para colmo, a mi considerado papasito se le ocurrió llevarnos a un rancho con unos hermanos que nos invitaron a comer, y no me quejo de la hospitalidad de la gente, sino de que hacía un aiggggronaso del demonio.
Y claro, como era de suponerse, hoy estoy peor. Ni comer a gusto puedo debido al dolor de garganta. Habían de llevarme al rastro, ya para que me hagan caca...rnitas (perdón, se me va la voz).
Luego para colmo me hacen enfadar el sábado. Haber, qué afán ese de preguntarle a un ciego cada que lo saludas: haber… ¿quién soy?
Chale, parecen niños con juguete nuevo, y eso que me conocen hace un buen. y ¡peor! Todavía tienen el descaro de que cuando uno les contesta, y les dice acertadamente quienes son, dicen: aayy, que bonito, sí le atinó.
¡RAYOS! ¡NI QUE FUERA UNO MENSO! (al menos no por ese lado), somos "ciegos" no idiotas... bueno algunos.
Consejo: nunca hagan eso. Lo único que logran no es poner de manifiesto las habilidades auditivas del ciego en cuestión para reconocer voces. Solo están haciendo enojar al individuo y además le recuerdan que no es una persona “normal”, aunque no sea ese su propósito.
No, y dejen de eso. Yo no sé porqué hay esa costumbre de que cuando llegan a saludar a las personas en esta situación, por lo regular le gritan: ¡HOLA! ¡¿CÓMO ESTÁ?!
Y al recibir la respuesta acostumbrada de “bien gracias” vuelven a gritar: ¡QUÉ BUENO! ¡ME DA MUCHO GUSTO!
Haber, ¿qué parte de “CIEGOS” y no sordos no entienden?
Bueno, la verdad esque varios de nuestros colegas de profesión (porque sí es una profesión, no tienen idea el trabajo que cuesta desenvolverse eee) han dado esa impresión a los demás. Tal vez de ahí vengan esas costumbres.
En fin, no voy a cambiar al mundo. Solo es que ando en mis días difíciles (digo, los hombres tenemos derecho a tener días emocionales, mas no físicos, claro. Aunque con diferente frecuencia).
Bueno, ahora ya saben mis penas. Grrr, empieza a dolerme la cabeza, por si faltaba algo.
Ya dije. Ahora de aquí en adelante todo seguirá igual.
domingo, 7 de marzo de 2010
¿No hay nada mejor que hacer?
Bueno, mis queridos lectores, había estado evitando el reabrir el debate y el escribir más sobre el tema porque lo consideraba innecesario e incluso imprudente. Pero al fin y al cabo ¡qué rayos!, para eso es un blog ¿no? Para expresar diversas opiniones, y aquí les dejo la mía.
Antes de entrar en materia les hago una recomendación: Lean los comentarios publicados en la entrada “Los tiempos de esclavitud han pasado...?” para que entiendan mejor el contexto.
Bien, abordemos el tema entonces. Como ya les mencioné más arriba, tiene que ver con lo publicado en esa polémica entrada donde yo hablaba de la Esclavitud a las opiniones ajenas, es decir, a que nos dejamos llevar tanto por ellas con respecto a la apariencia exterior, que la sociedad en general se ha vuelto superficial.
Sin embargo, las opiniones variaron vastante en torno al tema principal, y se expusieron ideas interesantes y puntos de vista personales también. El último de ellos en particular --publicado por srx-- fue el que me decidió a reabrir el debate, por el hecho de que toca varios puntos interesantes. Iré desmenuzando uno a uno dichos puntos, expondré mi opinión, y entonces habrá tela de donde cortar.
INFLUENCIA
“Estoy en proceso de librarme de esa toxicidad que se llama "influencia".”
Esa fue una de sus primeras expresiones que resumen la idea planteada de inicio. Comentaba que ella también se había dejado arrastrar por esta corriente. Sin embargo, entendamos una cosa: Dependiendo de lo que conlleve esa “influencia” podemos considerarla tóxica o beneficiosa. Yo entiendo que ella hablaba en un contexto de una “influencia” sobre las opiniones de la apariencia exterior de la gente, y en este caso sí es muy posible que sea tóxica, debido a que se suele catalogar a la gente por la impresión física que dan. El excluir a personas que no tienen las mismas costumbres o gustos que los nuestros.
Aparentemente, hasta ahí todos estuvimos de acuerdo en lo comentado.
AUTENTICIDAD
Ahora bien, ella habló también en particular de la autenticidad:
“en cuanto a si ser aceptados o no en cierto cìrculo social, hablamos de la autenticidad. como un amigo actor dijo: la vida, es teatro, los lugares y situaciones son los escenarios. Nosotros, somos los personajes. Adoptamos el papel segùn en el escenario donde estemos. Por ejemplo, no te portaràs igual cuando estàs con tu familia a que si estàs con tus amigos, esto es, (y por sòlo poner un ejemplo) el manejo del lenguaje verbal. No le hablas igual a tu padre que al jefe de tu àrea laboral. Pero no quiero enfrascarme en este rollo de la autenticidad... puedo concluir con que muchas veces, usamos màscaras.”
Es cierto que según la persona o el lugar, variamos nuestro comportamiento, pero lo importante es saber hasta qué punto variamos este desenvolvernos en cada situación. Al final ella reconoce que a veces usamos máscaras, y, no sé si ustedes estén de acuerdo conmigo, pero esto no debería de ser. Eso ya no sería autenticidad. Claro que no le hablarías igual a tu papá que a un jefe o a un amigo, sin embargo tus valores y forma de expresarte debe ser la misma si quieres ser auténtico y no llegar a caer en la hipocresía.
ESCLAVIZARNOS A NOSOTROS MISMOS
En seguida, habló de la autoesclavitud, ella lo expresó así:
“en cuanto al texto, un enfoque màs certero serìa: nosotros nos volverìamos esclavos de nosotros mismos.
al decir "no tengo tiempo", por ejemplo, es una muestra clara; en realidad deberìamos decir: "no me he dado tiempo". nosotros nos ponemos lìmites... todo està en nosotros... nos vemos afectados por el entorno, pero si nos dejamos manipular como tìteres... jamàs saldremos de eso hoyo de la "anti-autenticidad".
En esto estoy absolutamente de acuerdo. nosotros decidimos hasta donde nos dejamos amarrar por las circunstancias, es cierto que nosotros no podemos manejar la mayoría de ellas debido a que el tiempo y el suceso imprevisto nos acaesen a todos como dijo el sabio rey Salomón, pero sí podemos determinar hasta donde nos afecta emocionalmente las situaciones, o al menos en gran medida.
LA LIBERTAD
Por último, ella tocó un punto muy delicado, pero que si lo vemos objetivamente, podemos obtener una buena conclusión:
“Y de la libertad... ¿quièn lo es?
En todo siempre hay reglas. "La libertad es sòlo una ilusiòn"
O como dirìa Eric Froom "tenemos miedo a la libertad", porque si el hombre en verdad se empeñara en encontrarla... el mundo serìa un caos, cada quien haciendo lo que se le venga en gana.”
En esto no estoy de acuerdo. Vamos por partes:
Primero no se debe confundir –como usualmente sucede—el término “libertad” con la idea de “libertinaje”.
La libertad según un diccionario es: “Facultad de las personas para actuar según su propio deseo en el seno de una sociedad organizada y dentro de los límites de reglas definidas.”
En cambio, el libertinaje lo describe así el mismo diccionario: “Abuso de libertad, desenfreno. Comportamiento inmoral y vicioso:
Segundo, Contrario a lo que muchos creen, la libertad no significa ausencia total de reglas. Y viceversa, las reglas no limitan la libertad individual. Un ejemplo muy claro sería este: Si ustedes transitan por un puente elevado, notarán que a ambos lados existen límites, muros de contención. Ahora bien, ¿dirían que esos muros están menoscabando su libertad de movimiento? Por supuesto que no. Esos muros están ahí por protección. Además, los muros no están ahí para chocar contra ellos, si no para darnos seguridad.
Lo mismo pasa con las reglas. Están ahí no para romperlas, si no para darnos seguridad, y aún así, tenemos libertad de decidir cuál es nuestro rumbo.
Por lo tanto, sí existen personas libres, y que ejercen dicho derecho con responsabilidad y sabiduría.
Aquí terminó el comentario de nuestra querida srx.
Ahora bien, estas son mis opiniones. Pero, ¿qué opinan ustedes?
¡se abre el debate!
Antes de entrar en materia les hago una recomendación: Lean los comentarios publicados en la entrada “Los tiempos de esclavitud han pasado...?” para que entiendan mejor el contexto.
Bien, abordemos el tema entonces. Como ya les mencioné más arriba, tiene que ver con lo publicado en esa polémica entrada donde yo hablaba de la Esclavitud a las opiniones ajenas, es decir, a que nos dejamos llevar tanto por ellas con respecto a la apariencia exterior, que la sociedad en general se ha vuelto superficial.
Sin embargo, las opiniones variaron vastante en torno al tema principal, y se expusieron ideas interesantes y puntos de vista personales también. El último de ellos en particular --publicado por srx-- fue el que me decidió a reabrir el debate, por el hecho de que toca varios puntos interesantes. Iré desmenuzando uno a uno dichos puntos, expondré mi opinión, y entonces habrá tela de donde cortar.
INFLUENCIA
“Estoy en proceso de librarme de esa toxicidad que se llama "influencia".”
Esa fue una de sus primeras expresiones que resumen la idea planteada de inicio. Comentaba que ella también se había dejado arrastrar por esta corriente. Sin embargo, entendamos una cosa: Dependiendo de lo que conlleve esa “influencia” podemos considerarla tóxica o beneficiosa. Yo entiendo que ella hablaba en un contexto de una “influencia” sobre las opiniones de la apariencia exterior de la gente, y en este caso sí es muy posible que sea tóxica, debido a que se suele catalogar a la gente por la impresión física que dan. El excluir a personas que no tienen las mismas costumbres o gustos que los nuestros.
Aparentemente, hasta ahí todos estuvimos de acuerdo en lo comentado.
AUTENTICIDAD
Ahora bien, ella habló también en particular de la autenticidad:
“en cuanto a si ser aceptados o no en cierto cìrculo social, hablamos de la autenticidad. como un amigo actor dijo: la vida, es teatro, los lugares y situaciones son los escenarios. Nosotros, somos los personajes. Adoptamos el papel segùn en el escenario donde estemos. Por ejemplo, no te portaràs igual cuando estàs con tu familia a que si estàs con tus amigos, esto es, (y por sòlo poner un ejemplo) el manejo del lenguaje verbal. No le hablas igual a tu padre que al jefe de tu àrea laboral. Pero no quiero enfrascarme en este rollo de la autenticidad... puedo concluir con que muchas veces, usamos màscaras.”
Es cierto que según la persona o el lugar, variamos nuestro comportamiento, pero lo importante es saber hasta qué punto variamos este desenvolvernos en cada situación. Al final ella reconoce que a veces usamos máscaras, y, no sé si ustedes estén de acuerdo conmigo, pero esto no debería de ser. Eso ya no sería autenticidad. Claro que no le hablarías igual a tu papá que a un jefe o a un amigo, sin embargo tus valores y forma de expresarte debe ser la misma si quieres ser auténtico y no llegar a caer en la hipocresía.
ESCLAVIZARNOS A NOSOTROS MISMOS
En seguida, habló de la autoesclavitud, ella lo expresó así:
“en cuanto al texto, un enfoque màs certero serìa: nosotros nos volverìamos esclavos de nosotros mismos.
al decir "no tengo tiempo", por ejemplo, es una muestra clara; en realidad deberìamos decir: "no me he dado tiempo". nosotros nos ponemos lìmites... todo està en nosotros... nos vemos afectados por el entorno, pero si nos dejamos manipular como tìteres... jamàs saldremos de eso hoyo de la "anti-autenticidad".
En esto estoy absolutamente de acuerdo. nosotros decidimos hasta donde nos dejamos amarrar por las circunstancias, es cierto que nosotros no podemos manejar la mayoría de ellas debido a que el tiempo y el suceso imprevisto nos acaesen a todos como dijo el sabio rey Salomón, pero sí podemos determinar hasta donde nos afecta emocionalmente las situaciones, o al menos en gran medida.
LA LIBERTAD
Por último, ella tocó un punto muy delicado, pero que si lo vemos objetivamente, podemos obtener una buena conclusión:
“Y de la libertad... ¿quièn lo es?
En todo siempre hay reglas. "La libertad es sòlo una ilusiòn"
O como dirìa Eric Froom "tenemos miedo a la libertad", porque si el hombre en verdad se empeñara en encontrarla... el mundo serìa un caos, cada quien haciendo lo que se le venga en gana.”
En esto no estoy de acuerdo. Vamos por partes:
Primero no se debe confundir –como usualmente sucede—el término “libertad” con la idea de “libertinaje”.
La libertad según un diccionario es: “Facultad de las personas para actuar según su propio deseo en el seno de una sociedad organizada y dentro de los límites de reglas definidas.”
En cambio, el libertinaje lo describe así el mismo diccionario: “Abuso de libertad, desenfreno. Comportamiento inmoral y vicioso:
Segundo, Contrario a lo que muchos creen, la libertad no significa ausencia total de reglas. Y viceversa, las reglas no limitan la libertad individual. Un ejemplo muy claro sería este: Si ustedes transitan por un puente elevado, notarán que a ambos lados existen límites, muros de contención. Ahora bien, ¿dirían que esos muros están menoscabando su libertad de movimiento? Por supuesto que no. Esos muros están ahí por protección. Además, los muros no están ahí para chocar contra ellos, si no para darnos seguridad.
Lo mismo pasa con las reglas. Están ahí no para romperlas, si no para darnos seguridad, y aún así, tenemos libertad de decidir cuál es nuestro rumbo.
Por lo tanto, sí existen personas libres, y que ejercen dicho derecho con responsabilidad y sabiduría.
Aquí terminó el comentario de nuestra querida srx.
Ahora bien, estas son mis opiniones. Pero, ¿qué opinan ustedes?
¡se abre el debate!
viernes, 5 de marzo de 2010
NOT AVAILABLE VIDEO
Alguna vez se han preguntado ¿cómo sueña un ciego? Bueno, en lo personal mucha gente me ha hecho esta cuestión. Incluso han llegado a comentar que si por este medio --el soñar-- no tengo visualizaciones de imágenes de lo que es ver.
Es una pregunta interesante, y aunque la respuesta puede parecer muy sencilla y obvia, me dí a la tarea de investigar un poco más sobre el tema y aquí lo expondré de la mejor manera que me sea posible.
Primero les platicaré mi experiencia personal y lo que yo creo –o creía—sobre el tema, y luego lo que he investigado al respecto.
Para los que no lo sepan, yo perdí la vista a los 2 años aproximadamente. Al año y medio de edad me diagnosticaron “retinoblastoma bilateral”, que viene siendo cáncer en ambas retinas. Para no hacérselas larga, tuvieron que operarme de ambos ojos para retirarlos, puesto que el cáncer era de tipo maligno, y existía el latente peligro de que se extendiera al cerebro. Por lo tanto, para los dos años y medio había perdido tanto la vista por completo, como ambos ojos.
Al respecto muchos me han preguntado si no recuerdo nada del poco tiempo que conservé la vista, alguna imagen, color, etc. Les diré que no. A esa edad difícilmente se conservan recuerdos, por no decir imposible. Ustedes traten de recordar algo de cuando ni siquiera caminaban o hablaban, y se darán una idea.
Ahora bien, hablando específicamente de mis sueños, son única y exclusivamente por sonidos, sensaciones (es decir, por medio del tacto), e incluso olores y sabores. Por lo regular sueño con las personas que ya conozco y que siempre están conmigo; como mis amigos, familiares, compañeros de escuela y excompañeros de la misma, etc. Además suelo soñarme en lugares conocidos y frecuentes, como mi casa (suya también), mi escuela (y aunque ya no esté estudiando actualmente he soñado frecuentemente con la preparatoria y la secundaria), los lugares que frecuento en la calle, etc. Sin embargo, también he tenido sueños de personas desconocidas, y por supuesto, oigo su voz, --que no identifico--, puedo sentirlas y darme una idea de su complexión, altura, y de más detalles como su cabello, sus manos, etc, y también he estado en lugares completamente desconocidos, o inventados por la imaginación y que visualizo dentro del mismo sueño.
Por lo demás mis sueños –supongo—son generalmente iguales a los de la gente “normal”. Puedo oler, sentir, oír, saborear, hablar, moverme etc, según el sueño. En lo personal no recuerdo haber tenido sueños donde Percibiera visiones de imágenes, y yo lo atribuyo al mismo hecho de haber perdido la vista a muy temprana edad.
Es natural por supuesto que las personas que hayan perdido la vista a edades más tardías, como los 5 o 6 años en adelante, tengan sueños con imágenes, pero lo más común esque dichas imágenes se vayan extinguiendo con el tiempo o se vuelvan borrosas. Lo mismo pasa con quienes pierden la vista a edades adultas, aunque, en esos casos, sí es más probable que las imágenes duren más tiempo plasmadas en la mente y, por lo tanto, en los sueños.
Ahora bien, efectivamente la idea que yo había conservado –hasta hoy debo decir—es que es imposible que un ciego de nacimiento o congénito tenga sueños con imágenes, debido a que nunca han sido registradas en su mente. Sin embargo, para los que quieran más información, les adjunto un enlace donde podrán leer el comentario de un profesor en biología celular que yo encontré en Internet. Obviamente, no por ser profesor es confiable la idea, pero por la explicación que se da suena vastante convincente.
Y sí, es posible que los ciegos congénitos tengan sueños con imágenes, o “video”, como ustedes prefieran, aunque suene increíble. Según el profesor esto sigue estando bajo investigación. Pero no les platico más, véanlo ustedes mismos.
http://www.encuentros.uma.es/encuentros91/ciegos.htm
(disculpen ustedes que no les puse el enlace, pero esque esta maquinita mía me está haciendo batallar, en fin, copien la dirección y péguenla en su barra de direcciones y podrán acceder al sitio)
Interesante, ¿no?
Bueno, espero haberles respondido sus dudas, o al menos, muchas de ellas. Si siguen teniendo algunas, las que sean, créanme, yo también las tengo.
Es una pregunta interesante, y aunque la respuesta puede parecer muy sencilla y obvia, me dí a la tarea de investigar un poco más sobre el tema y aquí lo expondré de la mejor manera que me sea posible.
Primero les platicaré mi experiencia personal y lo que yo creo –o creía—sobre el tema, y luego lo que he investigado al respecto.
Para los que no lo sepan, yo perdí la vista a los 2 años aproximadamente. Al año y medio de edad me diagnosticaron “retinoblastoma bilateral”, que viene siendo cáncer en ambas retinas. Para no hacérselas larga, tuvieron que operarme de ambos ojos para retirarlos, puesto que el cáncer era de tipo maligno, y existía el latente peligro de que se extendiera al cerebro. Por lo tanto, para los dos años y medio había perdido tanto la vista por completo, como ambos ojos.
Al respecto muchos me han preguntado si no recuerdo nada del poco tiempo que conservé la vista, alguna imagen, color, etc. Les diré que no. A esa edad difícilmente se conservan recuerdos, por no decir imposible. Ustedes traten de recordar algo de cuando ni siquiera caminaban o hablaban, y se darán una idea.
Ahora bien, hablando específicamente de mis sueños, son única y exclusivamente por sonidos, sensaciones (es decir, por medio del tacto), e incluso olores y sabores. Por lo regular sueño con las personas que ya conozco y que siempre están conmigo; como mis amigos, familiares, compañeros de escuela y excompañeros de la misma, etc. Además suelo soñarme en lugares conocidos y frecuentes, como mi casa (suya también), mi escuela (y aunque ya no esté estudiando actualmente he soñado frecuentemente con la preparatoria y la secundaria), los lugares que frecuento en la calle, etc. Sin embargo, también he tenido sueños de personas desconocidas, y por supuesto, oigo su voz, --que no identifico--, puedo sentirlas y darme una idea de su complexión, altura, y de más detalles como su cabello, sus manos, etc, y también he estado en lugares completamente desconocidos, o inventados por la imaginación y que visualizo dentro del mismo sueño.
Por lo demás mis sueños –supongo—son generalmente iguales a los de la gente “normal”. Puedo oler, sentir, oír, saborear, hablar, moverme etc, según el sueño. En lo personal no recuerdo haber tenido sueños donde Percibiera visiones de imágenes, y yo lo atribuyo al mismo hecho de haber perdido la vista a muy temprana edad.
Es natural por supuesto que las personas que hayan perdido la vista a edades más tardías, como los 5 o 6 años en adelante, tengan sueños con imágenes, pero lo más común esque dichas imágenes se vayan extinguiendo con el tiempo o se vuelvan borrosas. Lo mismo pasa con quienes pierden la vista a edades adultas, aunque, en esos casos, sí es más probable que las imágenes duren más tiempo plasmadas en la mente y, por lo tanto, en los sueños.
Ahora bien, efectivamente la idea que yo había conservado –hasta hoy debo decir—es que es imposible que un ciego de nacimiento o congénito tenga sueños con imágenes, debido a que nunca han sido registradas en su mente. Sin embargo, para los que quieran más información, les adjunto un enlace donde podrán leer el comentario de un profesor en biología celular que yo encontré en Internet. Obviamente, no por ser profesor es confiable la idea, pero por la explicación que se da suena vastante convincente.
Y sí, es posible que los ciegos congénitos tengan sueños con imágenes, o “video”, como ustedes prefieran, aunque suene increíble. Según el profesor esto sigue estando bajo investigación. Pero no les platico más, véanlo ustedes mismos.
http://www.encuentros.uma.es/encuentros91/ciegos.htm
(disculpen ustedes que no les puse el enlace, pero esque esta maquinita mía me está haciendo batallar, en fin, copien la dirección y péguenla en su barra de direcciones y podrán acceder al sitio)
Interesante, ¿no?
Bueno, espero haberles respondido sus dudas, o al menos, muchas de ellas. Si siguen teniendo algunas, las que sean, créanme, yo también las tengo.
martes, 2 de marzo de 2010
TU NOMBRE
1.-Caminaba por el parque al atardecer. Nada me preocupaba, nada me faltaba. No entendía porqué me sentía tan feliz, porqué mi pecho se hinchaba de alegría, porqué los latidos de mi corazón estaban tan acelerados. De pronto lo comprendí: sentí algo en mi mano derecha, sí, algo tibio, suave, delicado. Eras tú; tú y yo tomados de la mano, caminando juntos.
No había nadie a nuestro alrededor, solo tú y yo y el correr de la brisa, el sonido de nuestros pies descalzos al avanzar por el pasto, el canto de los pájaros regresando a sus nidos al ponerse el sol.
2.-No pronunciábamos palabra ni emitíamos sonido alguno; solo percibía tus movimientos al andar junto a mí, el aroma de tu piel que se esparcía envolviéndome, y el roce de tus cabellos sueltos que movía el viento. No parecías darte cuenta de mi presencia siquiera.
Entonces quise hablar, pronunciar tu nombre, decirte cómo me sentía en ese preciso instante, y además, escuchar tu voz en respuesta. Pero cuando lo intenté, no salió sonido de mi garganta, no pude pronunciar ni una palabra.
Traté de tranquilizarme, al fin y al cabo, estaba contigo, era feliz, y nada más importaba. Intenté recordar tu nombre para llamar tu atención pero… ¡no lo sabía!
Entonces quise evocar tu voz en mis recuerdos para tranquilizarme, y tampoco la tenía registrada mi cerebro. Parecía como si nunca la hubiera escuchado, como si nunca te hubiera tratado.
3.-De pronto, como en respuesta a mis pensamientos, tú me soltaste la mano, y por un instante creí desfallecer, pero en seguida recobré la calma al sentir que tu brazo se deslizaba por mi espalda y tu mano tocaba mi hombro izquierdo. No creí posible más felicidad. Hubo un movimiento inesperado en tu cuerpo, intuí que querías detenerte, que te habías vuelto hacia mí; y entonces, te detuviste.
4.-Estábamos a la sombra de un árbol frondoso –lo sé por las enormes raíces que sobresalían del suelo a mis pies—y no tenía idea de tus intenciones hasta que… sí, te aproximaste a mí lentamente; aquellos fueron los instantes más largos y más maravillosos de toda mi vida.
Cuando tu rostro y el mío estaban ya muy cerca, con nuestros labios a punto de rozarse, sentí un sobresalto: estaba temblando y no hacía frío, sudando y no hacía calor. Extendí mi mano para alcanzarte y palpé unas ropas suaves y húmedas... mis sábanas.
5.-No pude conciliar el sueño durante el resto de la noche, mis pensamientos corrían incesantemente por mi cabeza. Al siguiente día, no dejaba de pensar en ti, y me torturaba la idea de no saber tu nombre, de no recordar tu voz; y aún así, tenía la sensación de haberte encontrado en otra parte, en otro momento similar tiempo atrás. Pero claro, era posible aquello, puesto que mi cerebro te había creado en el sueño, podía tener la ilusión de haberte conocido antes.
6.-En todo aquel día nunca estuve tranquilo, todo me sobresaltaba y me impresionaba.
Al fin, la noche. La había estado esperando con ansias, y debido al agotamiento físico y mental de la angustia vivida en todo aquel día, me fui a acostar temprano. Sin embargo, no dormí si no hasta entrada la madrugada, pero desperté pronto, asustado, temblando y sudoroso: había tenido una pesadilla que ni siquiera recordaba.
No volví a dormir, y al amanecer, escuché a mi hermana alistándose para el trabajo, así que me decidí a acompañarla a desayunar. A ella le sorprendió, y más al ver mi semblante: se habían formado profundas ojeras en mi rostro e incluso me notaba ligeramente pálido.
El díia transcurrió sin novedad ni diferencia con respecto al anterior, y mis fuerzas físicas, morales y espirituales iban menguando.
Quería desesperadamente que llegara la noche… seguía teniendo la esperanza de volverte a ver, y recordar tu identidad que era lo que más me afectaba.
7.-Al fin llegó, y, nuevamente, me acosté temprano. Esta vez, en cuanto me acomodé y me arropé en mi cama quedé profundamente dormido, aunque no recuerdo haber soñado nada en seguida.
Entrada la madrugada, me visualicé nuevamente en aquel mismo parque, con el mismo escenario del sueño anterior pero… tú no estabas conmigo. Te comencé a buscar guiado únicamente por mi instinto y mis sentidos. Trataba de percibir algo de ti, tu aroma, tu voz –aunque no la recordara—o el calor de tu piel. Mi desesperación iba en aumento al no tener noticias tuyas ni encontrar rastro de tu presencia, y las ganas de gritar tu nombre me quemaban la garganta, pero seguía sin recordarlo.
8.-Al fin, un sonido: suave pero distante, subyugador y cautivante. Aunque no era muy claro, lo supe en seguida: ¡era tu voz! Comencé a caminar en la dirección del sonido, guiándome por mi instinto, palpando con mis pies el terreno que pisaba. Cuando me fui acercando capté otro sonido: era constante y grave, era como un fluir o un correr. “Un río”. No sonaba caudaloso, pero tampoco era pequeño; aún así yo estaba decidido a cruzarlo si fuera necesario para encontrarte.
9.-Al llegar a la orilla, efectivamente me dí cuenta de que tú estabas al otro extremo pero ahora tu voz era más clara; parecías charlar con alguien que te acompañaba, sin embargo no entendía tus palabras. Sin pensarlo, salté desnudo dentro del río y comencé a nadar impetuosamente. La desesperación parecía alargarlo, pero mi amor parecía darme fuerzas y velocidad. Al fin, cuando daba una brazada con mi extremidad derecha, mi mano chocó con tierra firme: era la orilla opuesta, y me aferré a ella como un náufrago.
Con lo que me pareció un solo movimiento, salté a tierra y me puse en pie rápidamente.
10.-Caminé en tu dirección –o al menos donde mi intuición me indicaba que te encontrabas, puesto que habías dejado de hablar—y extendí mi mano derecha para buscarte... y te encontré. Toqué tu hombro izquierdo; estaba desnudo. Tú no pareciste darte cuenta de mi presencia, no te sobresaltaste ni te volviste hacia mí.
Mi mano siguió su camino: Recorrí tu hombro hacia tu cuello, y continué recorriendo con mis dedos tu tersa piel. Continué hasta tu mejilla que parecía estar ruborizada, pues la sentí caliente, y había algunos mechones de cabello que el viento agitaba.
Entonces decidí recorrer la distancia que separaba a mis dedos de tus labios.
11.-Ansiosa pero lentamente, deslicé mi mano en su dirección y… las yemas de mis dedos tropezaron: ¿un rostro? Áspero y grande… ¿otro hombre?
Tus labios y sus labios se unían en un beso apasionado. Con mi mano libre alcancé tu brazo y seguí su dirección curva: lo sujetabas por su cintura y lo atraías hacia ti.
12.-Mis sentidos se nublaron: Dejé de oler, dejé de escuchar y perdí la sensibilidad. Algo estalló dentro de mí y un dolor indescriptible se expandió por mi pecho y mis entrañas. Sentí mi corazón quebrarse en pedazos; y antes de desvanecerme por completo, con las últimas fuerzas de mi ser, lancé un grito desgarrador pronunciando...
TU NOMBRE
De: David Martínez
No había nadie a nuestro alrededor, solo tú y yo y el correr de la brisa, el sonido de nuestros pies descalzos al avanzar por el pasto, el canto de los pájaros regresando a sus nidos al ponerse el sol.
2.-No pronunciábamos palabra ni emitíamos sonido alguno; solo percibía tus movimientos al andar junto a mí, el aroma de tu piel que se esparcía envolviéndome, y el roce de tus cabellos sueltos que movía el viento. No parecías darte cuenta de mi presencia siquiera.
Entonces quise hablar, pronunciar tu nombre, decirte cómo me sentía en ese preciso instante, y además, escuchar tu voz en respuesta. Pero cuando lo intenté, no salió sonido de mi garganta, no pude pronunciar ni una palabra.
Traté de tranquilizarme, al fin y al cabo, estaba contigo, era feliz, y nada más importaba. Intenté recordar tu nombre para llamar tu atención pero… ¡no lo sabía!
Entonces quise evocar tu voz en mis recuerdos para tranquilizarme, y tampoco la tenía registrada mi cerebro. Parecía como si nunca la hubiera escuchado, como si nunca te hubiera tratado.
3.-De pronto, como en respuesta a mis pensamientos, tú me soltaste la mano, y por un instante creí desfallecer, pero en seguida recobré la calma al sentir que tu brazo se deslizaba por mi espalda y tu mano tocaba mi hombro izquierdo. No creí posible más felicidad. Hubo un movimiento inesperado en tu cuerpo, intuí que querías detenerte, que te habías vuelto hacia mí; y entonces, te detuviste.
4.-Estábamos a la sombra de un árbol frondoso –lo sé por las enormes raíces que sobresalían del suelo a mis pies—y no tenía idea de tus intenciones hasta que… sí, te aproximaste a mí lentamente; aquellos fueron los instantes más largos y más maravillosos de toda mi vida.
Cuando tu rostro y el mío estaban ya muy cerca, con nuestros labios a punto de rozarse, sentí un sobresalto: estaba temblando y no hacía frío, sudando y no hacía calor. Extendí mi mano para alcanzarte y palpé unas ropas suaves y húmedas... mis sábanas.
5.-No pude conciliar el sueño durante el resto de la noche, mis pensamientos corrían incesantemente por mi cabeza. Al siguiente día, no dejaba de pensar en ti, y me torturaba la idea de no saber tu nombre, de no recordar tu voz; y aún así, tenía la sensación de haberte encontrado en otra parte, en otro momento similar tiempo atrás. Pero claro, era posible aquello, puesto que mi cerebro te había creado en el sueño, podía tener la ilusión de haberte conocido antes.
6.-En todo aquel día nunca estuve tranquilo, todo me sobresaltaba y me impresionaba.
Al fin, la noche. La había estado esperando con ansias, y debido al agotamiento físico y mental de la angustia vivida en todo aquel día, me fui a acostar temprano. Sin embargo, no dormí si no hasta entrada la madrugada, pero desperté pronto, asustado, temblando y sudoroso: había tenido una pesadilla que ni siquiera recordaba.
No volví a dormir, y al amanecer, escuché a mi hermana alistándose para el trabajo, así que me decidí a acompañarla a desayunar. A ella le sorprendió, y más al ver mi semblante: se habían formado profundas ojeras en mi rostro e incluso me notaba ligeramente pálido.
El díia transcurrió sin novedad ni diferencia con respecto al anterior, y mis fuerzas físicas, morales y espirituales iban menguando.
Quería desesperadamente que llegara la noche… seguía teniendo la esperanza de volverte a ver, y recordar tu identidad que era lo que más me afectaba.
7.-Al fin llegó, y, nuevamente, me acosté temprano. Esta vez, en cuanto me acomodé y me arropé en mi cama quedé profundamente dormido, aunque no recuerdo haber soñado nada en seguida.
Entrada la madrugada, me visualicé nuevamente en aquel mismo parque, con el mismo escenario del sueño anterior pero… tú no estabas conmigo. Te comencé a buscar guiado únicamente por mi instinto y mis sentidos. Trataba de percibir algo de ti, tu aroma, tu voz –aunque no la recordara—o el calor de tu piel. Mi desesperación iba en aumento al no tener noticias tuyas ni encontrar rastro de tu presencia, y las ganas de gritar tu nombre me quemaban la garganta, pero seguía sin recordarlo.
8.-Al fin, un sonido: suave pero distante, subyugador y cautivante. Aunque no era muy claro, lo supe en seguida: ¡era tu voz! Comencé a caminar en la dirección del sonido, guiándome por mi instinto, palpando con mis pies el terreno que pisaba. Cuando me fui acercando capté otro sonido: era constante y grave, era como un fluir o un correr. “Un río”. No sonaba caudaloso, pero tampoco era pequeño; aún así yo estaba decidido a cruzarlo si fuera necesario para encontrarte.
9.-Al llegar a la orilla, efectivamente me dí cuenta de que tú estabas al otro extremo pero ahora tu voz era más clara; parecías charlar con alguien que te acompañaba, sin embargo no entendía tus palabras. Sin pensarlo, salté desnudo dentro del río y comencé a nadar impetuosamente. La desesperación parecía alargarlo, pero mi amor parecía darme fuerzas y velocidad. Al fin, cuando daba una brazada con mi extremidad derecha, mi mano chocó con tierra firme: era la orilla opuesta, y me aferré a ella como un náufrago.
Con lo que me pareció un solo movimiento, salté a tierra y me puse en pie rápidamente.
10.-Caminé en tu dirección –o al menos donde mi intuición me indicaba que te encontrabas, puesto que habías dejado de hablar—y extendí mi mano derecha para buscarte... y te encontré. Toqué tu hombro izquierdo; estaba desnudo. Tú no pareciste darte cuenta de mi presencia, no te sobresaltaste ni te volviste hacia mí.
Mi mano siguió su camino: Recorrí tu hombro hacia tu cuello, y continué recorriendo con mis dedos tu tersa piel. Continué hasta tu mejilla que parecía estar ruborizada, pues la sentí caliente, y había algunos mechones de cabello que el viento agitaba.
Entonces decidí recorrer la distancia que separaba a mis dedos de tus labios.
11.-Ansiosa pero lentamente, deslicé mi mano en su dirección y… las yemas de mis dedos tropezaron: ¿un rostro? Áspero y grande… ¿otro hombre?
Tus labios y sus labios se unían en un beso apasionado. Con mi mano libre alcancé tu brazo y seguí su dirección curva: lo sujetabas por su cintura y lo atraías hacia ti.
12.-Mis sentidos se nublaron: Dejé de oler, dejé de escuchar y perdí la sensibilidad. Algo estalló dentro de mí y un dolor indescriptible se expandió por mi pecho y mis entrañas. Sentí mi corazón quebrarse en pedazos; y antes de desvanecerme por completo, con las últimas fuerzas de mi ser, lancé un grito desgarrador pronunciando...
TU NOMBRE
De: David Martínez
Categoría:
poemas,
Puntos de "VISTA" de un ciego,
sentimentalismos
lunes, 1 de marzo de 2010
Los tiempos de esclavitud han pasado...?
Este mundo nos absorve tanto tiempo y atención, que la mayoría de las veces ni siquiera nos damos cuenta de lo triste que es nuestra existencia personal. El estar ocupados –ya sea en nuestro trabajo, estudios, vida social, entretenimiento y esparcimiento (que por lo regular es lo que más tiempo y atención nos roba), etc—simplemente nos convierte en esclavos.
Pero el asunto no queda ahí: también dejamos que nuestro entorno, las costumbres y las ideas de otras personas influyan a tal grado en nosotros, que quedamos vacíos por dentro, sin personalidad propia, y actuamos –nuevamente—como esclavos.
Lean por favor las siguientes expresiones que describen perfectamente la última situación planteada. Las ideas fueron tomadas del Metroflog de una excompañera de la preparatoria llamada Lizey (creo que así se escribe, y si no, mil disculpas niña jio jio), y sí, yo también me sorprendí de encontrar información tan profunda e interesante en un metroflog, que como lo expresé en mi entrada de apertura de este blog, este tipo de metros son la excepción, y preguntándole a ella al respecto, me dijo que las ideas fueron extraídas del libro “El esclavo” de cuyo autor desconozco su nombre:
“Realmente no tienes la más remota idea de kien eres, vives de trás de una máscara que es la personalidad, sin poder mostrarte a otros. Ingieres alcohol para poder aflojar tus ataduras, sin sustancias extrañas en el cuerpo no puedes hablar,no puedes reír abiertamente, no puedes bailar, no puedes siquiera expresar tus emosiones, como vives a través de otros, su opinión es más importante que tus sentimientos. El "QUÉ DIRÁN" es lo que rige tu vida.
Conocerse a uno mismo es saber qué queda cuando te desprendes de todas esas etiquetas con las que te has identificado: de ideologías, de creencias,de estereotipos, de modas.
Han programado en ti lo que es bueno y malo, lo que debes considerar bonito o feo...
entonces nos topamos con un pequeño inconveniente:
Si no eres capaz de darte cuenta que tu no eres esos condicionamientos sociales, entonces no eres más que un autómata, un robot, una pieza de ajedrez que mueven los que están en el poder.
Yo me pregunto:
¿Porqué tenemos que actuar como los demás quieren que lo hagamos?
¿Porqué dejamos a un lado nuestros ideales?????
¿Para ser aceptados por quién,por otra bola de estúpidos que al = que uno no tenemos una personalidad propia, si no solo la que la misma sociedad nos ha impuesto?
Entonces todos somos unos esclavos....
¿Porqué tiene que ser así?”
Desconozco si las ideas son totalmente tomadas del libro, o también contienen palabras de mi amiga antes mencionada, pero eso es lo de menos… da mucho en que pensar ¿no?
Y si me lo permiten, quisiera agregar que una de las personas más afectadas por este fenómeno social es su seguro servidor. ¿Porqué? ¿Se han puesto a pensar lo difícil que es estar al corriente para una persona en mi situación de las expresiones, gestos, ademanes, vestimenta, imágenes, peinados, etc etc, que están de moda?
Ah, pero si actúas diferente porque tu único pecado es no tener los medios para ser como los demás… “qué raro es ese chavo ¿no?
Piénsenlo.
Y volvemos a lo mismo: tu vida se rige por el "QUÉ DIRÁn"
¿Porqué no nos desprendemos de estas cadenas?
CHEQUEN LOS COMENTARIOS. OPINIONES INTERESANTES
Pero el asunto no queda ahí: también dejamos que nuestro entorno, las costumbres y las ideas de otras personas influyan a tal grado en nosotros, que quedamos vacíos por dentro, sin personalidad propia, y actuamos –nuevamente—como esclavos.
Lean por favor las siguientes expresiones que describen perfectamente la última situación planteada. Las ideas fueron tomadas del Metroflog de una excompañera de la preparatoria llamada Lizey (creo que así se escribe, y si no, mil disculpas niña jio jio), y sí, yo también me sorprendí de encontrar información tan profunda e interesante en un metroflog, que como lo expresé en mi entrada de apertura de este blog, este tipo de metros son la excepción, y preguntándole a ella al respecto, me dijo que las ideas fueron extraídas del libro “El esclavo” de cuyo autor desconozco su nombre:
“Realmente no tienes la más remota idea de kien eres, vives de trás de una máscara que es la personalidad, sin poder mostrarte a otros. Ingieres alcohol para poder aflojar tus ataduras, sin sustancias extrañas en el cuerpo no puedes hablar,no puedes reír abiertamente, no puedes bailar, no puedes siquiera expresar tus emosiones, como vives a través de otros, su opinión es más importante que tus sentimientos. El "QUÉ DIRÁN" es lo que rige tu vida.
Conocerse a uno mismo es saber qué queda cuando te desprendes de todas esas etiquetas con las que te has identificado: de ideologías, de creencias,de estereotipos, de modas.
Han programado en ti lo que es bueno y malo, lo que debes considerar bonito o feo...
entonces nos topamos con un pequeño inconveniente:
Si no eres capaz de darte cuenta que tu no eres esos condicionamientos sociales, entonces no eres más que un autómata, un robot, una pieza de ajedrez que mueven los que están en el poder.
Yo me pregunto:
¿Porqué tenemos que actuar como los demás quieren que lo hagamos?
¿Porqué dejamos a un lado nuestros ideales?????
¿Para ser aceptados por quién,por otra bola de estúpidos que al = que uno no tenemos una personalidad propia, si no solo la que la misma sociedad nos ha impuesto?
Entonces todos somos unos esclavos....
¿Porqué tiene que ser así?”
Desconozco si las ideas son totalmente tomadas del libro, o también contienen palabras de mi amiga antes mencionada, pero eso es lo de menos… da mucho en que pensar ¿no?
Y si me lo permiten, quisiera agregar que una de las personas más afectadas por este fenómeno social es su seguro servidor. ¿Porqué? ¿Se han puesto a pensar lo difícil que es estar al corriente para una persona en mi situación de las expresiones, gestos, ademanes, vestimenta, imágenes, peinados, etc etc, que están de moda?
Ah, pero si actúas diferente porque tu único pecado es no tener los medios para ser como los demás… “qué raro es ese chavo ¿no?
Piénsenlo.
Y volvemos a lo mismo: tu vida se rige por el "QUÉ DIRÁn"
¿Porqué no nos desprendemos de estas cadenas?
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